Por Renato MARTÍNEZ
Periodista de Radio Vaticano
“Los campesinos en Palo Quemado (Ecuador), están viviendo en su propia carne el impacto ambiental producido por la minería, sobre todo en el agua y en los campos contaminados”. Foto RV. |
Según informó la Agencia Fides, Mons. Paz Hurtado realizó
estas declaraciones en los últimos días en un Encuentro en Sigchos, cerca de
Latacunga, una ciudad en la meseta de Ecuador, capital de la provincia de
Cotopaxi y del cantón del mismo nombre, a 90 km al sur de Quito, cerca del
volcán Cotopaxi.
El Obispo de Lacatunga en su intervención afirmó que, una
especie vegetal que servía para la alimentación del ganado, ya no existe, “son
cosas que produce la minería, precisó, he ido a constatar que después de su
exploración deja el terreno destruido…
Es por eso que la gente está atemorizada y preocupada”.
Después de varias intervenciones sobre lo que implica el
cambio ambiental a largo plazo, la Agencia Fides señaló que los participantes
en el Encuentro decidieron reunirse el 19 de julio en la parroquia de Palo
Quemado, donde discutirán la propuesta de dejar el cantón de Sigchos fuera de
cualquier actividad minera. La zona es famosa por la producción de Panela, un
preparado de alimentos obtenido a partir del jugo de caña de azúcar, que se
somete a ebullición y evaporación a temperaturas elevadas; del que se produce
una melaza viscosa que se vierte en moldes pequeños en los que se deja enfriar.
Además, es la única zona de Ecuador con el certificado
“verde”, es decir, el mejor, por lo que se presenta el riesgo de detener o
destruir esta producción nacional. En este sentido, Mons. Paz Hurtado dijo que,
“creo que nuestra preocupación por nuestra gente y el cuidado de nuestra casa
común es responsabilidad de todos. La actividad minera – subrayó el Obispo –
ofrece una solución temporal a los problemas económicos de la familia, pero no
nos damos cuenta del impacto a largo plazo”.
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