* Luis Raúl González Pérez encabezó la Ceremonia Conmemorativa del Día Internacional de Nelson Mandela, en el Archivo General de la Nación antiguo Palacio de Lecumberri
* Fue instaurada oficialmente en la CNDH la Cátedra Extraordinaria sobre Justicia Restaurativa “Nelson Mandela”, otorgada a la doctora Esther Giménez Salinas Colomer, quien aseguró que este modelo busca el perdón moral, no jurídico, del agresor
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Ubicar a las víctimas
del delito como el centro de estrategias transformadoras y logre la
restauración social, pidió en en Palacio de Lecumberri de la Ciudad de México este
martes 18 de julio, Luis Raúl González Pérez, Ombudsman nacional, encabezar la
ceremonia conmemorativa del Día Internacional de Nelson Mandela.
Subrayó el Ombudsman nacional, González Pérez, la
importancia de impulsar políticas públicas que promuevan la justicia social y
la justicia restaurativa para que la víctima del delito esté en el centro de
estrategias transformadoras y logre la restauración social.
Explicó que la justicia restaurativa se plantea como vía
para responder ante el hecho delictivo en forma constructiva, a partir de la
necesidad de soluciones basadas en la reparación del daño, otorgamiento del
perdón y visibilización de la víctima a través de entender y reconocer sus
derechos y su condición, así como la búsqueda de soluciones al conflicto y la
construcción de una cultura de paz.
Al encabezar la ceremonia conmemorativa del Día
Internacional de Nelson Mandela –18 de julio— en las instalaciones del antiguo
Palacio de Lecumberri, ahora Archivo General de la Nación, el pasado viernes 14
de julio, precisó que la justicia restaurativa busca reparar las heridas en las
personas, privilegiando en el centro la figura de la víctima; promoviendo el
perdón, sin que esto signifique ausencia de castigo, lo que llevaría a la impunidad,
sino priorizando procesos sanadores y reparadores en todo momento.
Al referirse a los principios de la justicia restaurativa,
González Pérez destacó la restructuración del quebrantamiento de las relaciones
entre las personas como consecuencia del delito; la exigencia de una respuesta
con responsabilidad ante la comisión de un delito, y la reparación por el daño
causado y el ofrecimiento a toda víctima de la oportunidad de concluir su
proceso moral e incluso lograr el perdón al agresor por el hecho cometido en su
contra.
Destacó la significación de que este acto se lleve a cabo en
el recinto que alojó por más de 76 años a la Penitenciaría de la Ciudad de
México, que al cerrar como tal dio paso a una nueva etapa del penitenciarismo
en el país que, de acuerdo con el texto constitucional, “se organizará sobre la
base del respeto a los derechos humanos”, incorporando modificaciones
importantes buscando alcanzar los estándares internacionales señalados sobre
todo en las “Reglas Mandela”.
Llamó a las autoridades y sociedad a aprender del legado de
Nelson Mandela para trabajar en favor de una cultura de paz y construir mejores
sociedades, y expresó su reconocimiento a la doctora Esther Giménez Salinas por
su importante labor para la instauración oficial en la CNDH de la Cátedra
Extraordinaria sobre Justicia Restaurativa “Nelson Mandela”.
Al exponer la Cátedra, Giménez Salinas afirmó que en el
sistema penitenciario hay mucha resistencia al cambio, por lo que deben
establecerse nuevos paradigmas desde la perspectiva de derechos humanos. Dijo
que la justicia restaurativa tiene como objetivo lograr el perdón moral al
agresor, no así el perdón jurídico.
Señaló que la prisión es un dolor que debe cambiar y recordó
a Mandela quien destacó que “nadie conoce realmente a una nación hasta que ha
entrado a sus prisiones”, para abordar luego el modelo restaurativo y de
pedagogía social comunitaria, que enfatiza la necesidad de trabajar con rigor
científico en favor de los 11 millones de personas privadas de la libertad en
el mundo.
Luego de expresar su preocupación por el resurgimiento de
prácticas como cadena perpetua y endurecimiento de penas, que ya se creían
superadas, puso en relieve que hoy el castigo fundamental es la privación de
los medios y las redes sociales, el aislamiento total, incluso de los propios
familiares.
La prisión, dijo, no es la única respuesta ni mucho menos la
más satisfactoria, y reconoció el papel de las asociaciones de víctimas que ha
sido fundamental para humanizar el sistema penitenciario.
Previamente, Ruth Villanueva señaló que esta fecha
conmemorativa tiene el propósito de humanizar el sistema penitenciario y
reconocer la labor de quienes defienden los derechos de las personas privadas
de la libertad, porque, dijo, quienes se encuentran en esa situación merecen
respeto a sus derechos fundamentales.
Explicó que la Cátedra Extraordinaria Mandela pretende
profundizar en el análisis y estudio del tema penitenciario, propiciar la
investigación y el desarrollo de materiales de consulta, así como fomentar una
cultura de paz que considere los principios de la ONU en materia penal y
reconozca su aplicación en cualquier momento de un proceso penal, es decir,
antes, durante y después de la sentencia.
Por su parte, Antonio Sánchez Galindo recordó cómo han
evolucionado las prisiones en México, la labor para cerrar la penitenciaría de
Lecumberri y crear una institución modelo donde se aplicaran las normas mínimas
para sentenciados y procesados, niños, mujeres y hombres.
Consideró fundamental restaurar el tejido social y dijo que
las leyes no funcionan solas, es preciso que exista voluntad, acción y mística
para transformar la realidad. No sólo es castigar, afirmó, más bien hay que
restaurar y dar a la víctima la oportunidad de vivir una nueva vida, porque la
suya cambió cuando sufrió un ilícito.
Finalmente, llamó a cambiar patrones culturales que
persisten en este tema, sobre todo porque el derecho penal sólo ha servido para
hacer sufrir al ser humano. Celebró que el actual Ombudsman nacional entienda
la problemática que se vive en las prisiones y reconoció la labor de la Tercera
Visitadora General, Ruth Villanueva, por su compromiso para proteger los
derechos humanos de los internos, sobre todo de los menores de edad.
En este acto, el Presidente de la Comisión Nacional de los
Derechos Humanos (CNDH) –que entregó reconocimientos a personas que se han
distinguido por su labor en favor de los derechos humanos de las personas
privadas de la libertad, entre ellos 77 servidores públicos de este Organismo
Nacional— estuvo acompañado por Esther Giménez-Salinas Colomer, catedrática
emérita de la Universidad Ramón Llull de Barcelona, España; Ruth Villanueva
Castilleja, Tercera Visitadora General de la CNDH.
También estuvieron José Alberto Rodríguez Calderón,
Comisionado del Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación
Social; Luis Rodríguez Manzanera, experto en criminología y profesor de la
Facultad de Derecho de la UNAM, y Jesús Peña Palacios, Representante Adjunto en
México de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Derechos Humanos, y Antonio Sánchez Galindo, experto penitencialista.
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