De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Radio
¿Cuáles son los principales desafíos del futuro del trabajo
para la industria automotriz a nivel mundial? OIT Noticias habló con Tommaso
Pardi, autor de un documento de investigación comisionado por la OIT en el
marco del acuerdo de cooperación Francia-OIT, que analiza las transformaciones
en los países desarrollados y en los países en desarrollo.
Tommaso Pardi es Director de GIS Gerpisa, la Red internacional del automóvil,
e investigador en CNRS-IDHES en Francia
OIT Noticias: En el título de su informe se refiere a “Los
desafíos de la globalización”, ¿Puede explicarnos en qué consisten?
Tommaso Pardi: La industria automotriz está experimentando
una transformación resultado de la globalización, pero también de la
desglobalización, que es el proceso que reduce la interdependencia y la
integración entre ciertas unidades de producción en el mundo. No es tanto el
proteccionismo el que alimenta las tendencias hacia la desglobalización sino
más bien la naturaleza misma del producto.
Por ejemplo, un automóvil eléctrico puede tener un impacto
de CO2 diferente según el tipo de energía utilizado para producir la
electricidad, que varía de un país a otro. Además, es necesario considerar los
elevados niveles de contaminación en las grandes ciudades, en particular en los
países en desarrollo, que pueden impulsar el uso de tecnologías dedicadas.
Todos estos factores deben ser tomados en cuenta si analizamos estas
tendencias, además de las tradicionales consideraciones globales que son
indispensables para ser un protagonista de la industria a nivel mundial. Uno de
los desafíos es lograr un equilibrio entre estas necesidades, algunas veces
contrapuestas.
OIT Noticias: Su estudio sugiere que la industria está
experimentado cambios importantes en los países emergentes. ¿Puede explicarnos?
TP: Las economías emergentes representaban una cuarta parte
del total de la producción automotriz a principios de los años 2000; en 2015,
constituyen más de la mitad. Así que es evidente que el crecimiento de la
industria automotriz tuvo lugar en las economías emergentes, como China. En el
año 2000, menos de 4 millones de automóviles fueron producidos en China, hoy
día la cifra es de casi 30 millones. China se ha convertido en el principal
fabricante de automóviles del mundo y en el mayor mercado. Todo lo que sucede
en China tiene una importancia estratégica para la industria en general.
Una industria automotriz tan grande como la de Europa y
Estados Unidos juntas emergió en China en sólo 15 años, mientras que fue
necesario más de un siglo para construirla en cualquier otro lugar. Podemos
esperar que esta tendencia continúe en otros países como India, Brasil y Rusia.
En los países emergentes, los fabricantes de automóviles con frecuencia son
controlados por las principales marcas internacionales. Sin embargo, estas
filiales pueden tener más o menos autonomía y nuevos actores locales se están
integrando, por ejemplo en China e India.
OIT Noticias: ¿Cuál es el impacto de estos cambios sobre las
condiciones de trabajo en las economías emergentes?
TP: Dado que muchas fábricas han sido establecidas por las
firmas internacionales según las normas de producción mundiales, disponen de un
sistema de producción muy avanzado, comparable al de los países occidentales.
Gracias a ello, las condiciones de trabajo en estas fábricas pueden ser
consideradas como buenas en la mayoría de los casos.
Sin embargo, es necesario distinguir entre los trabajadores
permanentes y los trabajadores temporales. Estos últimos proporcionan la
flexibilidad que permite compensar los costos estructurales elevados para
seguir siendo competitivos, y la situación es aún peor para los proveedores de
equipos que con frecuencia producen más de 80 por ciento del valor. Esto con
frecuencia ocasiona tensiones sociales: así que uno de los desafíos es
requilibrar el sistema y mejorar las condiciones de todos.
OIT Noticias: La ecologización de los automóviles es también
uno de los criterios mencionados a menudo cuando se habla del futuro de la
industria automotriz. ¿En qué etapa nos encontramos a este respecto?
TP: Actualmente, la presión normativa es muy alta. Esto es
consecuencia de los recientes escándalos del diésel, pero además responde a la
necesidad de luchar contra el calentamiento global. Todas las crisis del
petróleo que hemos atravesado también nos han llevado a invertir más en la
investigación a fin de reducir el consumo. No obstante, el motor de los
vehículos todavía es considerado como “el malo” cuando se trata de
contaminación.
Sin embargo, esto plantea problemas para el empleo. Los
motores tradicionales implican tecnologías sofisticadas y son producidos
principalmente en el mundo occidental. En cambio, los motores para los
vehículos eléctricos utilizan baterías que pueden ser fabricadas en las
economías emergentes a un costo menor. De manera que son necesarias políticas
públicas para intervenir, así como otros actores incluyendo los interlocutores
sociales, a fin de gestionar la transición.
Por ejemplo, mientras que las normas ecológicas se han
vuelto muy estrictas en Europa Occidental, los automóviles de segunda mano que
son exportados masivamente hacia los países de Europa Central y Oriental (PECO)
son objeto de pocos controles. Los fabricantes de automóviles invirtieron en
Europa Oriental a fin de conquistar nuevos mercados. Sin embargo, tuvieron que
hacer frente al flujo de automóviles de segunda mano provenientes de los países
de Europa Occidental, sin prestar atención suficiente a las normas ecológicas.
Así que desde que abrieron estas fábricas, tienden a exportar gran parte de la
producción hacia los países de Europa Occidental. Cuatro millones de automóviles
son fabricados en los PECO, mientras que el mercado local absorbe sólo un
millón de vehículos. Esto pone de manifiesto las considerables repercusiones
sociales y de empleo que las políticas públicas nacionales y europeas, junto a
la presión sindical, pueden contribuir a mitigar.
OIT Noticas: Otro desafío que menciona es la digitalización
de la producción. ¿Cuál es la dimensión de la transformación actual en el
sector automotriz comparada con otras industrias?
TP: Sorprendentemente, hay pocas perspectivas de una mayor
automatización de la industria automotriz. De hecho, a lo largo de los últimos
15 años, la automatización del ensamblaje ha disminuido porque los seres
humanos son mucho más flexibles y rentables para gestionar las complejas
operaciones que involucran una gran diversidad de productos y de componentes. A
pesar del revuelo que suscita el fenómeno de la industria 4.0 y las fábricas
del futuro, no pienso que la digitalización tendrá un impacto masivo sobre el
empleo en el sector del automóvil en los próximos 10-15 años. Pero esto podría
cambiar después, debido a la difusión de estas nuevas tecnologías en otros
sectores donde las cadenas de producción automatizadas flexibles pueden ser
viables y rentables. En la próxima fase de nuestra investigación estudiaremos
más en detalles el impacto de la digitalización con un equipo de expertos
internacionales.
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