* Justicia social para los trabajadores migrantes: una
cuestión de interés común
* Los 150 millones de trabajadores migrantes del mundo deben
recibir un trato justo. Ese objetivo, que nos atañe a todos, sólo se conseguirá
mediante una migración laboral eficaz y bien gestionada, afirma Guy Ryder,
Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
©Huang jiexian / Imaginechina. |
Les compartimos el discurso del británico Guy Ryder,
Director General de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en Ginebra,
con motivo del Día Mundial de la Justicia Social:
La justicia social es la piedra angular de una paz duradera
y una convivencia próspera.
Al conmemorar este Día Mundial de la Justicia Social,
queremos poner el acento en los 150 millones de trabajadores migrantes del
mundo. Muchos de ellos son objeto de explotación, discriminación y violencia, y
ni siquiera pueden acogerse a los sistemas de protección más básicos. Además,
las mujeres, quienes conforman el 44 por ciento de los trabajadores migrantes,
son las más afectadas por esa realidad.
En la actualidad, la mayoría de la migración está vinculada,
directa o indirectamente, a la búsqueda de oportunidades de trabajo decente.
Sin embargo, un gran número de trabajadores
migrantes acaban atrapados en empleos caracterizados por una baja remuneración
y condiciones de trabajo inseguras e insalubres —con frecuencia en el contexto
de la economía informal— donde se vulneran sus derechos laborales y otros
derechos humanos. A menudo, para conseguir un empleo se ven obligados a pagar
elevadas comisiones de contratación que, en promedio, equivalen a más de un año
de salario, y tampoco se puede obviar la elevada vulnerabilidad de los
migrantes al trabajo infantil y al trabajo forzoso.
Los trabajadores migrantes, como cualquier trabajador,
tienen derecho a recibir un trato justo, y ello es indispensable para preservar
el tejido social de nuestras sociedades y avanzar en la consecución del
desarrollo sostenible.
Una migración laboral bien gestionada, justa y eficaz puede
reportar beneficios y oportunidades a los trabajadores migrantes, sus familias
y sus comunidades de acogida. Puede, asimismo, conciliar la oferta y la demanda
de mano de obra, facilitar el perfeccionamiento de las competencias y propiciar
su transferencia en todos los niveles, contribuir al mantenimiento de los
sistemas de protección social, impulsar la innovación empresarial y enriquecer
las comunidades cultural y socialmente.
Una buena gobernanza favorecerá una sólida cooperación entre
regiones y corredores migratorios. En ese sentido, cabe señalar que sus
procesos deberían regirse por las normas internacionales del trabajo y, en
particular, los principios y derechos fundamentales en el trabajo, así como los
convenios de la OIT y las convenciones de las Naciones Unidas pertinentes.
Además, el Marco multilateral de la OIT para las migraciones laborales y los
Principios generales y directrices prácticas para una contratación equitativa
brindan orientaciones adicionales al respecto.
La OIT fomenta la adopción de marcos de gobernanza en pro de
una migración laboral justa en todos los niveles: mundial, regional y nacional.
En ellos se propone, por ejemplo, aplicar un enfoque “pangubernamental”
integral e integrado con la colaboración activa tanto de los
ministerios de trabajo como de las
empresas y las organizaciones de empleadores y de trabajadores, es decir,
aquellos que se encuentran en la primera línea de los mercados de trabajo.
En 2016, la Asamblea General de las Naciones Unidas decidió
iniciar un proceso de negociaciones para elaborar un pacto mundial para una
migración segura, ordenada y regular con miras a mejorar la gobernanza de la
migración, abordar los retos conexos e intensificar la contribución de los
migrantes al desarrollo sostenible.
Así pues, está en nuestras manos hacer de la migración
laboral un fenómeno beneficioso tanto para los migrantes como para las
comunidades de acogida. La forma en que nosotros, la comunidad internacional,
demos forma a ese pacto y ayudemos a los Estados Miembros en su aplicación será
decisiva para determinar la evolución futura de la migración laboral.
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