En las nubes
Carlos RAVELO GALINDO, afirma:
Foto: Paulina Terrazas. Twitter.
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Acabamos de dar lectura al comentario de la escritora y
periodista Teresa Gurza, que no tiene desperdicio. Al darlo a conocer nosotros
lo titulamos “Qué Desvergüenza”. Sí, seis años de enfrentarla. Y lamentarnos de
las autoridades que “tiene” México.
Podríamos añadir que no hay asombro. No hay alegría. No hay
tristeza. No hay nada.
Doña Teresa nos platica:
“Esta semana abre con
la novedad, de que Peña Nieto nos integró a la felicidad.
Risa, vergüenza, indignación, incredulidad y sorpresa, me
dio leer en el diario Reforma de este martes 13, que por cierto no fue Día de
los Inocentes, la noticia de que el gobierno había firmado la integración de
México a la Coalición Mundial de la Felicidad.
Me parece ridículo que en estos momentos por los que pasa
nuestro país, el Presidente se ocupe en mandar a alguien a avalar la adhesión
mexicana, a esa cuestión tan rara.
El documento respectivo fue firmado en Dubái por Paulina
Terrazas, jefa de la Unidad de Proyectos Especiales de la Presidencia de la
República y representante de México en la VI Cumbre Gobierno Mundial,
auspiciada por el jeque Mohammed bin Rashid Al Maktoum, vicepresidente y Primer
Ministro de Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Gobernador de Dubái.
Ingenua de mí, pensé que sabiendo que más de la mitad de los
mexicanos no pueden cubrir sus necesidades básicas, y que hay millones de
familias divididas por la emigración a otros países o a otros estados para
poder sobrevivir, quienes ocupan la Presidencia y sus dependencias estarían más
preocupados en investigar como disminuir la desigualdad y la pobreza que nos
afrentan, y cuya solución ayudaría a la felicidad colectiva.
¿Sabrán el señor presidente y la señorita Terrazas, que no
se puede ser feliz con hijos hambrientos, enfermos o ausentes?
¿Qué es imposible tener ya no felicidad sino tranquilidad,
cuando se vive en el terror que causa la violencia?
¿O qué estamos en la triste e infeliz perspectiva de tener
un futuro en el que será el miedo el que decida las elecciones?
A lo mejor en el gobierno creen, que los mexicanos no
sabemos ser felices; tal vez, no se han dado cuenta, que las condiciones de
vida de la mayoría no lo permiten; y que si no hay cambios, no serán felices
así se firmen diez mil protocolos internacionales.
Da vergüenza imaginar lo que pensarán los enterados de cómo
andamos en corrupción, impunidad, niveles educativos y democráticos, índices de
pobreza y de todo lo demás, al saber que nos adherimos a esa felicidad que por
ahora solo conocen funcionarios que pasan los días no pensando como joder a
México, como dijo el Presidente, sino jodiéndolo.
Hay que aclararles, que no todos vivimos al borde del estallido
de felicidad, que muestran las fotos de ese senador que regala collares de
miles de pesos en el Día del Amor; o las de los chuchos perredistas,
contorsionados por las carcajadas que les produce algo que solo ellos conocen.
No, la mayoría de los mexicanos viven sumergidos en la
preocupación por cómo será su día a día.
Preocupación que Terrazas desconoce, porque declaró a la
agencia Efe "Nos estamos comprometiendo a discutir y a debatir el asunto
de la felicidad con toda la seriedad del Gobierno y, más allá de la teoría, a
dar pasos concretos (...) para que esa teoría incida en la política
pública".
¡¡¡Ah!!!
Sería mucho mejor que en lugar de perder tiempo y dinero en
esas andanzas, y dada la certeza de que no se puede ser feliz sin estar sano,
dedicaran esos recursos al IMSS; cuya eficiencia se ha cacareado tanto estos
días en páginas enteras de publicidad, que intentan convencernos de su
eficacia.
Sería mucho más conveniente destinar más dinero a mejorar
sus servicios y dotar de medicinas indispensables a sus clínicas; entre ellas
por favor, a la Unidad Familiar de Yecapixtla, donde no hay siquiera vacuna
contra la influenza.
Si sus servicios fueran lo que mentirosamente se pregona, la
publicidad para el IMSS sería gratuita al correrse la voz entre los
derechohabientes, y aumentaría la felicidad.
Tampoco ayuda a la felicidad, saber que el año pasado el
gobierno excedió en 218 mil millones de pesos el presupuesto, de 131 mil 866,
aprobado por los diputados para el ramo 23.
El ramo 23 “es un Instrumento de política presupuestaria
para atender las obligaciones del Gobierno Federal, cuyas asignaciones no
corresponden al gasto directo de las Secretarías o sus entidades… y tiene como
uno de sus objetivos otorgar recursos a Entidades Federativas y Municipios a
través de fondos específicos”.
¿Será que la Secretaría de Hacienda no está enterada de qué
nos quieren felices y por eso dilapida 349 mil 866 millones de pesos, en ese
fondo poco transparente, que regala miles de millones a la corrupción y los
moches?” Concluye Doña Teresa.
Y nosotros añadimos,
con su venia, un comentario propio:
Cada día los diarios dan una clase de historia. Enseñan por
lo que dicen y por lo que callan. Quizá por eso sus silencios dicen más que mil
palabras.
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