Arcano económico
De la mesa de redacciónArcano Radio
En cinco años México está al nivel sudafricano y se recuperarán de los estragos económicos de la pandemia, según recientes Perspectivas Económicas de la OCDE y su reajuste al alza de 1.6 por ciento, de 4.2 a 5.8 por ciento, en las perspectivas de la economía mundial para 2021 por la locomotora estadounidense.
En un comunicado dado en París este lunes 31 de mayo, se indica que las diferencias de recuperación entre países, obedecen a las distintas estrategias de salud pública, velocidades de vacunación y niveles de apoyo fiscal y monetario, así como a la importancia de sectores especialmente perjudicados, como el turismo.
Se recuerda que la economía moral del presidente Andrés Manuel López Obrador, dejó sin recursos al sector médico asistencia, negó apoyo económico para micro, pequeñas, medianas y grandes empresas que impacto el crecimiento del 5 por ciento de desempleo, según las cifras oficiales maquilladas, y empujó a 15 millones de clase media a la pobreza.
Mientras que Corea y Estados Unidos ya han retornado a los niveles de ingreso previos a la pandemia, se espera que buena parte de Europa tarde otro año en recuperarse. En el caso de México y Sudáfrica, podrían ser de tres a cinco años.
La OCDE ha revisado al alza sus proyecciones de crecimiento para las principales economías del mundo desde las últimas Perspectivas Económicas publicadas en diciembre de 2020.
Ahora prevé un crecimiento del PIB mundial del 5,8% para este año (frente al 4,2% proyectado en diciembre), gracias al repunte propiciado por el estímulo fiscal en Estados Unidos, y del 4,4% para 2022 (3,7% en diciembre).
La economía mundial ha vuelto ya a
los niveles de actividad previos a la pandemia, pero al final de 2022 el
ingreso real mundial seguirá siendo unos 3 billones de dólares inferior de lo
que hubiera sido sin la crisis.
Mientras una gran proporción de la población mundial siga sin estar vacunada y persista el riesgo de rebrotes, la recuperación será desigual y vulnerable a nuevos reveses, según las Perspectivas Económicas.
Es posible que todavía haya que mantener algunas restricciones localizadas a la movilidad y la actividad, sobre todo a los viajes transfronterizos. Esto afectará a las posibilidades de recuperación plena de todos los países, incluidos aquellos en los que la vacunación avanza a buen ritmo o que tienen tasas de infección reducidas.
En muchas economías avanzadas, cada vez son más las personas vacunadas, el estímulo del gobierno está contribuyendo a impulsar la demanda y las empresas se están adaptando mejor a las restricciones impuestas para contener la propagación del virus.
Pero en el resto del mundo, incluidas numerosas economías emergentes en las que el acceso a vacunas y la capacidad de apoyo del gobierno son limitados, la recuperación económica será modesta.
Estas proyecciones están sujetas a una incertidumbre considerable, aunque los riesgos están ahora más equilibrados entre los posibles efectos positivos y negativos. En los países en los que la vacunación no se ha generalizado, el riesgo de nuevos rebrotes sigue siendo muy alto, con la posibilidad de que surjan además nuevas variantes del virus resistentes a las vacunas.
Esto podría obligar a imponer
nuevas medidas de contención y retrasar la recuperación económica.
Del lado positivo, los elevados niveles de ahorro acumulados por los hogares durante la crisis podrían liberarse al reabrirse las economías, con el consiguiente impulso del consumo y el crecimiento hasta niveles superiores a los previstos, especialmente en economías avanzadas.
La liberación de la demanda acumulada en las economías avanzadas y las interrupciones de las cadenas de suministro causadas por la COVID-19 podrían provocar un ascenso de la inflación y de los tipos de interés de mercado, lo que a su vez entrañaría un riesgo de presiones financieras sobre los mercados emergentes y economías en desarrollo vulnerables.
Sin embargo, según las
Perspectivas Económicas, el incremento de la inflación probablemente será
temporal, ya que las interrupciones deberían comenzar a atenuarse hacia finales
de año, con la normalización de la capacidad de producción y el reequilibrio
del consumo de bienes y servicios. La
OCDE agrega que con tantas personas todavía sin empleo, es improbable que se
produzca un ciclo de subidas abruptas de salarios y precios.
En su presentación de las Perspectivas Económicas, el Secretario General de la OCDE, Ángel Gurría, dijo: «Gracias a los eficaces programas de vacunación puestos en marcha en muchos países, las Perspectivas Económicas que publicamos hoy son las más esperanzadoras desde que comenzó esta devastadora pandemia.
Sin embargo, para millones de
personas en todo el mundo, la posibilidad de que se les administre una vacuna
sigue siendo remota. Necesitamos
acelerar urgentemente la producción y la distribución equitativa de vacunas».
Laurence Boone, Economista Jefe de la OCDE, señaló: «Nuestras últimas proyecciones nos permiten albergar esperanzas de que, en muchos países, las personas perjudicadas por la pandemia puedan volver pronto a trabajar y a desarrollar su vida con normalidad.
Pero nos encontramos en un momento
crucial de la recuperación. La producción y la distribución de vacunas deben
acelerarse en todo el mundo y contar con el respaldo de estrategias de salud
pública eficaces».
«Hace falta una cooperación
internacional más intensa para proporcionar a los países de bajos ingresos los
recursos —médicos y económicos— que necesitan para vacunar a su población. El
comercio de productos sanitarios debe desarrollarse sin restricciones».
Laurence Boone sostuvo que el apoyo a los ingresos de ciudadanos y empresas debe continuar, pero también ha de evolucionar y adaptarse a la fortaleza de la economía y a la situación sanitaria.
Conforme las medidas de contención
se levanten, una focalización más precisa de las ayudas allí donde hacen más
falta —mediante iniciativas de reciclaje profesional e inserción laboral, entre
otras,- mejorará las perspectivas, especialmente las de los trabajadores poco
cualificados y los jóvenes. El apoyo
también debe centrarse en empresas viables, para fomentar el uso de capital en
detrimento de la deuda, así como en crear empleos e invertir en digitalización.
Aunque el apoyo fiscal de los gobiernos a lo largo de la pandemia ha incrementado la deuda pública en la mayoría de las economías, las Perspectivas Económicas señalan que los bajos tipos de interés actuales hacen que el servicio de la deuda sea más manejable y deberían allanar el camino para inversiones en ámbitos como la sanidad, la digitalización y la lucha contra el cambio climático.
La Economista Jefe de la OCDE insistió: «La sostenibilidad de la deuda debería ser una prioridad solo cuando la recuperación esté consolidada, pero los gobiernos deberían empezar ya a planificar una revisión de la gestión de las finanzas públicas.
No estamos ante una crisis corriente, ni tampoco ante una recuperación corriente. Las políticas poscrisis deben reformarse en profundidad para afrontar con mayor eficacia los retos actuales y futuros».
No hay comentarios:
Publicar un comentario