De la Mesa de Redacción
De Radio Vaticano
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Papa Francisco: paz para todos
los egipcios y toda la región.
Foto: RV.
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Audio completo
del discurso del Papa Francisco
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Con estas palabras el Papa concluyó su denso discurso a las
autoridades en El Cairo, en el que también pidió:
«Paz para este amado país. Paz para toda esta región, de
manera particular para Palestina e Israel, paz para Siria, Libia, Yemen, Irak,
Sudán del Sur; paz para todos los hombres de buena voluntad»
En sus palabras a los miembros del Gobierno y del
Parlamento, al Cuerpo Diplomático y a los representantes de la Sociedad civil
egipcia, el Papa les reiteró, una vez más, sus deseos de paz y su gratitud por
encontrarse en Egipto, tierra de antiquísima y noble civilización, que
«representa mucho para la historia de la humanidad y para la Tradición de la
Iglesia».
Tierra mencionada tantas veces en la Sagrada Escritura,
donde, como recordó Juan Pablo II, Dios reveló su nombre a Moisés y en el monte
Sinaí dio a su pueblo y a la humanidad los Mandamientos, y donde encontró
refugio y hospitalidad la Sagrada Familia: Jesús, María y José. Reiteró el Papa
para luego destacar que «también hoy», en tierra egipcia «encuentran
acogida millones de refugiados que proceden de diferentes
países, como Sudán, Eritrea, Siria e Irak».
Tras destacar que Egipto, con su historia y posición
geográfica, ocupa un «rol insustituible en Oriente Medio y en el contexto de
los países que buscan soluciones a esos problemas difíciles y complejos, que
han de ser afrontados ahora para evitar que deriven en una violencia aún más
grave», el Papa se refirió a «la violencia ciega e inhumana causada por
diferentes factores: el deseo obtuso de poder, el comercio de armas, los graves
problemas sociales y el extremismo religioso que utiliza el Santo Nombre de
Dios para cometer inauditas masacres e injusticias».
Con el legítimo anhelo del pueblo a pedir un Egipto donde no
falte a nadie pan, libertad y justicia social, el Papa Francisco recordó la
tarea particular de este país de «reforzar y consolidar también la paz
regional». Y uniéndose al dolor de las numerosas familias, algunas de ellas
allí presentes, que lloran por la violencia ciega del terrorismo, recordó los
atentados en las iglesias coptas, también los más recientes en Tanta y en
Alejandría.
«Desarrollo, prosperidad y paz son bienes irrenunciables»
reiteró el Papa
Animando los esfuerzos en favor de la paz en Egipto y fuera
de él el Obispo de Roma reiteró que nadie debe ser excluido o marginado por
ninguna razón, recordando los derechos humanos inalienables, la libertad
religiosa y de expresión, con especial atención al rol de la mujer, de los
jóvenes, de los pobres y de los enfermos.
Rechazar toda ideología del mal que profana a Dios
Sin olvidar el escenario mundial delicado y complejo, y lo
que él ha llamado «guerra mundial por partes», el Papa hizo hincapié en que «no
se puede construir la civilización sin rechazar toda clase de ideología del
mal, violencia y extremismo, profanando
el Santo Nombre de Dios. Como ha dicho en varias oportunidades el mismo
presidente egipcio, al que invitó a escuchar valorando sus palabras en este
sentido.
La historia no perdona a los que proclaman la justicia y en
cambio practican la injusticia
Todos tenemos el deber de enseñar a las nuevas generaciones
que Dios, Creador del cielo y de la tierra, «no quiere nunca la muerte de sus
hijos», «ni pide, ni justifica la violencia», sino que la rechaza y la
desaprueba», destacó una vez más el Papa para luego añadir «tenemos el deber de
quitar la máscara a los vendedores de ilusiones»… «Tenemos el deber de
desmontar las ideas homicidas y las ideologías extremistas, afirmando la
incompatibilidad entre la verdadera fe y la violencia, entre Dios y los actos
de muerte. En cambio, la historia honra
a los constructores de paz, que luchan con valentía y sin violencia por un
mundo mejor: «Dichosos los constructores de paz porque se llamarán hijos de
Dios» (Mt 5,9)».
Recordando nuevamente la importancia de Egipto en la región,
cuna de tres grandes religiones, el Papa destacó el 70 aniversario de
relaciones diplomáticas entre la Santa Sede y la República Árabe de Egipto.
Abrazando paternalmente a todos los ciudadanos egipcios, el
Papa Francisco saludó a los hermanos cristianos: coptos ortodoxos, griegos
bizantinos, armenios ortodoxos, protestantes y católicos. Y deseó que San
Marcos, el evangelizador de esta tierra, los proteja y ayude a construir y
alcanzar la unidad, tan anhelada por Nuestro Señor, subrayando que son un
ejemplo para las demás naciones, viviendo juntos en el respeto mutuo.
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