De la Mesa de Redacción
Radio Vaticano
Mensaje de paz y gratitud del Papa Francisco a Egipto. Foto: RV. |
Abrazando a todo el pueblo egipcio, el Papa abraza con su
aliento y consolación también a los cristianos de Oriente Medio y a todos los
habitantes de la Región, con un mensaje a todos los hijos de Abraham, en
especial al mundo islámico, con su anhelo de impulsar el diálogo interreligioso
y ecuménico.
El mundo necesita valientes constructores de paz
El Papa hace hincapié en que nuestro mundo, desgarrado por
la violencia ciega, que, ha golpeado también Egipto, tiene necesidad de paz, de
amor y de misericordia y subraya la necesidad de constructores de puentes de
paz, de diálogo, de hermandad, de justicia y de humanidad.
Voz y texto completo del vídeo mensaje del Papa:
«Querido pueblo de Egipto:
Al Salamò Alaikum! ¡La paz esté con ustedes!
Con el corazón alegre y agradecido iré dentro de pocos días
a visitar su querida Patria: cuna de civilización, don del Nilo, tierra del sol
y de la hospitalidad, donde vivieron Patriarcas y Profetas y donde Dios,
Clemente y Misericordioso, el Omnipotente y Único, hizo sentir Su voz.
Me siento verdaderamente feliz al venir como amigo, como
mensajero de paz y como peregrinos al País que, hace más de dos mil años, dio
refugio y hospitalidad a la Sagrada Familia que huyó de las amenazas del rey
Herodes (cfr Mt 2, 1-16). ¡Me honra visitar la tierra que visitó la Sagrada
Familia!
¡Los saludo cordialmente y les agradezco por haberme
invitado a visitar Egipto, al que ustedes llaman “Umm il Dugna” – Madre del
universo!
Agradezco vivamente al Señor Presidente de la República, a
Su Santidad el Patriarca Tawadros II, al Gran Imán de Al-Azhar y al Patriarca
Copto-Católico que me han invitado; y agradezco a cada uno de ustedes, que
abren espacio en sus corazones. Gracias también a todas las personas que han
trabajado y que están trabajando, para hacer posible este viaje.
Deseo que esta visita sea un abrazo de consolación y de
aliento a todos los cristianos de Oriente Medio; un mensaje de amistad y de
estima a todos los habitantes de Egipto y de la Región; un mensaje de fraternidad
y de reconciliación para todos los hijos de Abraham, en especial para el mundo
islámico, en el que Egipto ocupa un lugar de primer plano. Anhelo que sea
asimismo una válida contribución para el diálogo interreligioso con el mundo
islámico y para el diálogo ecuménico con la venerada y amada Iglesia Copto-
Ortodoxa.
Nuestro mundo, desgarrado por la violencia ciega – que ha
golpeado también el corazón de vuestra querida tierra – tiene necesidad de paz,
de amor y de misericordia; tiene necesidad de constructores de paz y de
personas libres y liberadoras, de personas valientes que saben aprender del
pasado para construir el futuro sin encerrarse en prejuicios; tiene necesidad
de constructores de puentes de paz, de diálogo, de hermandad, de justicia y de
humanidad.
Queridos hermanos egipcios, jóvenes y ancianos, mujeres y
hombres, musulmanes y cristianos, ricos y pobres… los abrazo cordialmente y le
pido a Dios Omnipotente que bendiga y proteja su País de todo mal.
¡Por favor recen por mí! Shukran wa Tahiaì Misr! ¡Gracias y
viva Egipto!»
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