viernes, 20 de noviembre de 2020

El trabajo infantil es una afrenta a nuestros valores comunes

Día Mundial del Niño

La ratificación universal del Convenio de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil constituye un gran avance para la infancia en África

Por Cynthia SAMUEL-OLONJUWONamuel-Olonjuwon,
Subdirectora General de la OIT y Directora Regional para África
Para Arcano Radio

El Convenio núm. 182 de la OIT sobre las peores formas de trabajo infantil  se ha convertido en la primera norma internacional del trabajo objeto de una ratificación universal. Este hito histórico pone de manifiesto un consenso a escala mundial, en virtud del cual se considera que las peores formas de trabajo infantil son inaceptables y contrarias a los valores que compartimos. También refleja la acuciante necesidad de adoptar medidas para proteger los derechos y la infancia de los niños que sean objeto de esclavitud, trabajos forzosos o trata de personas, o se vean obligados a participar en conflictos armados, ejercer la prostitución, o realizar pornografía, entre otros tipos de actividades ilícitas, así como a llevar a cabo trabajos peligrosos.

Pese a que la ratificación universal del Convenio 182 de la OIT  contribuirá en gran medida a erradicar el problema mediante el establecimiento de un marco jurídico adecuado, los países aún deben hacer cumplir y garantizar su aplicación de forma eficaz, en particular por medio de inspecciones laborales, con objeto de promover el trabajo decente para adultos y jóvenes en edad de trabajar de forma legal.

El Convenio núm. 182 reviste suma importancia en África. De hecho, el primer país que ratificó oficialmente dicho Convenio fue la República de Seychelles , solo varios meses después de que los 174 Estados miembros de la OIT lo aprobaran por unanimidad en junio de 1999.

© OIT

La ratificación generalizada del Convenio por los países de África permitió que se registraran avances para abordar la cuestión en el marco de los programas de trabajo de los encargados de formular políticas y de los interlocutores sociales. Con objeto de tener una compresión más cabal de las consecuencias de esa ratificación, se han llevado a cabo encuestas y estudios de índole diversa a escala nacional. En muchos países de África se han logrado avances sustanciales, en particular la puesta en marcha de unidades nacionales de lucha contra el trabajo infantil, la armonización de marcos jurídicos nacionales con respecto a varios Convenios para hacer frente al trabajo infantil, la aprobación de planes de acción a escala nacional para erradicar el trabajo infantil y el establecimiento de comités de supervisión a escala local, encargados de analizar y notificar casos de trabajo infantil.

No obstante, 72,1 millones de niños siguen realizando trabajo infantil en África, incluidos 31,5 millones de niños que llevan a cabo trabajos peligrosos. Según estimaciones de la OIT sobre trabajo infantil a escala mundial publicadas en 2017, en el África subsahariana se registró un aumento del trabajo infantil de 2012 a 2016, a diferencia de otras regiones, en las que el trabajo infantil registró una disminución paulatina.

A fin de alcanzar la meta 8.7  de los Objetivos de Desarrollo Sostenible  (ODS), cuyo fin es la supresión de todas las formas de trabajo infantil para 2025, es necesario fomentar medidas encaminadas a erradicar el trabajo infantil en África. Los países de dicho continente deben abordar el problema de la informalidad, ampliar la protección social a toda la población, fortalecer los mecanismos para hacer cumplir la ley, mejorar el acceso a enseñanza gratuita básica y de calidad, y fomentar el diálogo social.

Desafortunadamente, la crisis de COVID-19  ha propiciado un aumento de la inseguridad económica, ha interrumpido las cadenas de suministro y ha repercutido de forma muy adversa en los procesos de producción. Puesto que alrededor del 85% del empleo en África se crea en la economía informal, cabe prever un aumento del trabajo infantil como consecuencia del cierre de escuelas, la pérdida sustancial de ingresos de los padres a lo largo de la pandemia, la falta de protección social fundamental y el aumento de la pobreza.


La OIT promueve la adopción de medidas encaminadas a fortalecer la capacidad de los gobiernos en materia de inspección laboral y medios para hacer cumplir la ley, y la de organizaciones de trabajadores y empleadores para luchar contra las peores formas de trabajo infantil. La OIT respalda asimismo el desarrollo de economías más resilientes después de la pandemia con objeto de facilitar una "mejor reconstrucción".

Hoy más que nunca debemos establecer asociaciones más sólidas y ampliar las medidas encaminadas a luchar contra el trabajo infantil. A este respecto, la aprobación por varios jefes de Estado de África en febrero de 2020 del Plan de acción continental de la Unión Africana frente al trabajo infantil por un período de diez años constituye una primera etapa de aplicación marcada por un contexto complejo.

Nos complace constatar que, de 22 países, once países de África, a saber, Camerún, Côte d'Ivoire, Etiopía, Ghana, Madagascar, Malawi, Marruecos, Mauritania, Nigeria, Túnez y Uganda, han llevado a cabo una labor precursora con respecto a la Alianza 8.7.

La Alianza 8.7 es un partenariado global que tiene por objeto facilitar el cumplimiento de la meta 8.7 de los ODS. Ello pone de manifiesto la sólida determinación de los países de África y el firme compromiso de la comunidad internacional de propiciar la adopción de medidas para erradicar el trabajo infantil, el trabajo forzoso, la trata de personas y la esclavitud moderna en el continente.

El proyecto regional de la OIT Fomento de medidas para erradicar el trabajo infantil en las cadenas de suministro en África  (Proyecto ACCEL África), financiado por el Gobierno de los Países Bajos, es uno de los ejemplos más destacados de fijación de objetivos conjuntos y de colaboración en África.


Con el fin de promover soluciones sostenibles para abordar de forma integral las causas subyacentes del trabajo infantil en las cadenas de suministro, en el proyecto ACCEL África se trabaja en estrecha colaboración con los mandantes de la OIT (gobiernos y organizaciones de trabajadores y de empleadores), la Comisión de la Unión Africana, las partes interesadas de las cadenas de suministro, varias organizaciones de la sociedad civil y otros organismos de las Naciones Unidas, en particular UNICEF.

Si bien aún queda mucho por hacer, la ratificación universal del Convenio núm. 182, en vísperas del Año internacional para la eliminación del trabajo infantil  en 2021 es muy oportuna. Debemos proseguir la labor. Es necesario trabajar de consuno para alcanzar los objetivos fijados en beneficio de nuestros niños y forjar un mejor futuro para todos.

Como señaló Kofi Annan, antiguo Secretario General de la ONU, un niño en peligro es un niño que no puede esperar.

El Convenio núm. 182 se aprobó para propiciar acciones a muy corto plazo a fin de hacer frente a las peores formas de trabajo infantil. Los países que lo han ratificado han de facilitar la adopción de medidas eficaces con arreglo a plazos fijados previamente, con objeto de suprimir las peores formas de trabajo infantil a la mayor brevedad posible.

Debemos actuar ahora para velar por que ningún niño se quede atrás.

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