Inés Roncancio (tercera de izquierda a derecha) trabaja en
equipo con otras jóvenes estudiantes durante un taller de YO PUEDO, una escuela
de formación política respaldada por ONU Mujeres en Vista Hermosa, Colombia.ONU
Mujeres
Por Carla GarcíaPeriodista de nuestra asociada RNU
La falta de acceso de las mujeres a muchos servicios
básicos, al igual que la cultura machista predominante en su entorno, hizo a
Inés Roncancio consciente de la necesidad de luchar por la igualdad de la mujer
en la sociedad. Las mujeres somos independientes y podemos tomar decisiones,
subraya esta adolescente de 17 años decidida a combatir la violencia de género
y a construir paz en Colombia.
Inés María Roncancio Munar es una joven entusiasta, llena de energía, que quiere ayudar a combatir la violencia de género, a empoderar a la mujer y a construir paz en su país, Colombia.
Escuchemos
Inés vive en una vereda o poblado del municipio de Vista
Hermosa, en el departamento del Meta. A sus 17 años está por terminar el
bachillerato y piensa estudiar medicina, una inquietud surgida al observar los
múltiples problemas de salud que tiene su mamá debido a no haber contado con
los cuidados adecuados durante sus embarazos.
La falta de acceso de las mujeres a muchos servicios
básicos, al igual que la cultura machista predominante en su entorno, hizo a
Inés consciente de la necesidad de luchar por la igualdad de la mujer en la
sociedad.
“Hay machismo en Colombia. En mi comunidad hay muchos
hombres que a sus mujeres no las dejan salir, la mujeres no pueden opinar, no
pueden porque son mujeres y los que mandan en la casa son ellos”, dice.
La joven cita el abuso que ha observado en una pareja que
vive cerca de su vereda, donde ella no puede salir ni opinar.
“Él hace y deshace con la vida de él lo que quiere y con la
vida de la señora también. Le pega, la insulta, le dice es que no puede vivir
sin él, que sin él no es nada. Es muy triste ver a ese señor haciendo eso sin
poder explicarle a ella que ella sí es capaz”, lamenta.
Inés Roncancio (derecha) en un taller de YO PUEDO, una
escuela de formación política respaldada por ONU Mujeres en Vista Hermosa,
Colombia. ONU Mujeres
Enseñar a las mujeres
Inés cree que para combatir ese machismo hay que comenzar
por enseñar a las mujeres.
“Porque las mujeres deben decir ¡No! No me maltrates, no me
humilles. ¡No! Si iniciamos con ellas, ellas van a aprender a valorarse y, poco
a poco, el hombre va a entender que ella ya no es un objeto del que puede
disponer cuando quiera. ¡No! Ella es una persona independiente que decide por
ella misma, que tiene la valentía y la seguridad de decir ´yo puedo, yo soy
esto. Usted me maltrata, usted me pega. ¡No más!´”, apunta enfática.
Hace un año, Inés se acercó a la escuela de capacitación
política “YO PUEDO”, que forma parte del Proyecto Modelo Territorial para la No
Repetición auspiciado por ONU Mujeres y la Oficina de la Alta Comisionada para
los Derechos Humanos. Inés completó la formación que ahí se ofrece y se graduó
en septiembre.
Su experiencia fue a todas luces positiva y le emociona
recordar cómo fueron avanzando sus compañeras y ella a lo largo del curso.
Además de superar obstáculos Inés ha ganado confianza en sí
misma. “En YO PUEDO he aprendido a valorarme como mujer. A ver que soy capaz de
hacer muchas cosas que nunca pensé.”
Empoderamiento y formación política
¿Qué es YO PUEDO?, le preguntamos.
“Es una escuela que
nos enseña a valorarnos como mujeres y no solamente eso: es una escuela de
formación política. Nos enseñan política, nos enseñan liderazgo, defensa del
territorio, autonomía de la mujer, proceso del sistema integral…todos esos
temas nos enseñaron en la escuela YO PUEDO”, explica.
Inés agrega que todas las mujeres pueden ir a esa escuela
sin importar su edad o escolaridad.
“Para ser parte de YO PUEDO lo único que hace falta es tener
ganas de cambiar, de querer ayudar a acabar con el maltrato a la mujer. Lo que
queremos principalmente es que cada mujer que llegue ahí se fortalezca y se
vuelva independiente, se vuelva valiente. Eso es lo que queremos en YO PUEDO.”
Al igual que sus compañeras de clases, Inés sigue
participando en la escuela aunque ya haya terminado el programa. Su intención
es compartir con otras jóvenes y mujeres de todas las edades lo que ha
aprendido.
Taller de la escuela YO PUEDO en Vista Hermosa, en el departamento del Meta, ColombiaONU Mujeres
Todas podemos
“Quiero ayudar, quiero compartir mis experiencias. Decirles:
podemos, todas podemos, si yo pude significa que ustedes también pueden. Yo las
voy a ayudar, yo voy a colaborar, yo las puedo guiar”, puntualiza Inés.
Entre las experiencias que relata, está la de haber sido
minimizada por algunas personas mayores, que consideraban que no sabía o que
sus opiniones carecían de valor. Eso cambió a medida que avanzó su formación en
YO PUEDO.
“Para mí es muy
satisfactorio que con todo lo que me enseñaron en la escuela y lo que he puesto
en práctica, las personas que me minimizaban me miren y me digan `estamos
orgullosos de usted porque nos enseñó a cambiar y a mejorar. Pensábamos que
éramos los únicos que sabíamos, pero nos dimos cuenta de que ustedes, los
jóvenes, también saben, también pueden hacer, mucho más que nosotros´”,
recalca.
Taller respaldado por la ONU en el municipio de Vista
Hermosa, departamento del Meta, Colombia. ONU Mujeres
Jóvenes constructoras de paz
Inés sabe de la fuerza que tienen las jóvenes como ella y
está convencida de que su papel será vital para la implementación del Acuerdo
de Paz en Colombia.
Cuenta que en su vereda se vivió el conflicto armado y había
presencia de las FARC, pero ni ella ni su familia fueron víctimas directas. No
hubo muertos ni desaparecidos entre ellos. Sin embargo, “eso no significa que
no quiera ayudar a quienes fueron víctimas”, se apresura a aclarar.
“Eso no significa que no quiera un cambio. Eso no significa
que no quiera ser una constructora de paz. Al contrario, eso quiere decir que
con más ganas voy a ayudar a las personas que sufrieron y que aún sufren por la
pérdida de familiares que murieron o desaparecieron durante el conflicto
armado”, afirma Inés, quien se autodefine como una joven que ayudará a impulsar
el proceso de paz.
Una jornada internacional
Hace 20 años, antes de que Inés naciera, la Asamblea General
de la ONU adoptó una resolución en la que designó el 25 de noviembre como el
Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer con el
objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre este flagelo y de impulsar medidas
para ponerle fin.
No obstante las dos décadas transcurridas y los avances
logrados desde entonces, jóvenes como Inés siguen observando o sufriendo ese
lastre.
Hasta la fecha, sólo dos de cada tres países han prohibido
la violencia doméstica, mientras que en 37 Estados todavía no se juzga a los
violadores si están casados o si se casan posteriormente con la víctima.
Además, en otros 49 Estados no existe aún una legislación que proteja a las
mujeres de la violencia doméstica.
Para amplificar su llamado a acabar con la violencia contra las mujeres, el Día Internacional marca el principio de la campaña anual 16 Días de Activismo contra la Violencia de Género, que termina el 10 de diciembre, Día de los Derechos Humanos.
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