De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Inauguran este miércoles 7 de diciembre la exposición “Picasso
y Rivera: Conversaciones” compuesta de cien obras del mexicano Diego Rivera y
el español Pablo Picasso en el Museo de Arte del Condado de Los Angeles,
California, Estados Unidos.
Como un recorrido de líneas paralelas por la obra, las vidas
y la influencia mutua de dos de los artistas más importantes del siglo XX:
Diego Rivera y Pablo Picasso, fue definida la exposición curador Juan Rafael
Coronel Rivera de 55 años.
Pablo Ruiz Picasso nació en Málaga, el 25 de octubre de 1881
y partió al astral por Mougins, 8 de abril de 1973. Pintor y escultor español,
creador, junto con Georges Braque, del cubismo.
Diego María de la Concepción Juan Nepomuceno Estanislao de
la Rivera y Barrientos Acosta y Rodríguez y Medina nació en Guanajuato, el 8 de
diciembre de 1886 y murió en la Ciudad de México, el 24 de noviembre de 1957. Destacado
muralista mexicano de ideología comunista, famoso por plasmar obras de alto
contenido social en edificios públicos.
Las dos biografías se cruzan en París, Francia, en 1916. Y
este miércoles, con la exposición Picasso y Rivera: Conversaciones a través del
tiempo es en opinión del curador Juan Coronel una oportunidad para que el
público descubra cómo la evolución de ambos artistas fue paralela y que incluso
estudiaron bajo el mismo sistema escolar en las academias de arte, que
consistía en enfrentarse a los yesos para hacer copiados, algo con los que
ambos rompen casi al mismo tiempo.
"Todo ello se muestra en el primero de los núcleos de
esta exposición, cuya investigación arrojó nueva luz sobre aspectos poco
conocidos de ambos artistas y en los que es evidente que Rivera mira a Picasso,
pero Picasso también mira a Rivera".
Recordó que hacia 1906 Pablo Picasso comenzó a desarrollar
el cubismo y Diego Rivera también se ve influido por esta corriente y realiza
en 1912 su primer cuadro con estas características: La adoración de la virgen,
una obra con connotaciones religiosas.
Sin embargo, aun cuando su entrada al cubismo fue muchos
años después de que su colega español revolucionara al arte con este concepto,
Juan Coronel dijo que Diego Rivera aporta al cubismo una gama de colores que
hasta entonces no se había visto, además de que incorpora los elementos
precolombinos y populares, algo que tampoco se había hecho antes en la historia
del arte.
“Luego, a su regreso a México en 1921, Diego Rivera comienza
a experimentar mucho más y es ahora Picasso el que voltea la mirada hacia el
trabajo de su colega mexicano y curiosamente poco después desarrolla una de sus
obras maestras: el Guernica, es decir, estamos ante una retroalimentación
plástica, estética e ideológica".
Miguel Fernández Félix, director del Museo del Palacio de
Bellas Artes, afirmó que esta muestra es resultado de una profunda colaboración
entre la Secretaría de Cultura a través del Instituto Nacional de Bellas Artes
y el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA, por sus siglas en inglés)
para mostrar a dos grandes genios del arte universal que se conocieron a
principios del siglo XX y llevaron trayectorias similares.
Explicó que para esta exposición cada museo tenía su guion
curatorial y se enriqueció un sólo proyecto con las visiones de ambas
instituciones para mostrar ese diálogo común que mantuvieron Diego Rivera y
Pablo Picasso a lo largo de los años.
“Uno de los ejemplos más sobresalientes que subrayaron los
curadores Diana Magaloni por parte del LACMA y Juan Coronel por Bellas Artes es
el tronco común del que surgen ambos artistas: Diego en la Academia de San
Carlos, en México y Picasso en la Academia de San Fernando, por la que después
pasaría también Rivera”, refirió Miguel Fernández Félix.
El director del Museo del Palacio de Bellas Artes recordó
que a partir de que Picasso y Rivera se conocieron en 1914 siguieron caminos
paralelos en sus influencias personales, sobre todo en su interés por plasmar
las estéticas del pasado.
“Después de que realiza el famoso cuadro de Las señoritas de
Aviñón, Picasso dijo que había sido influido por los descubrimientos de la
escultura ibérica y grecorromana, mientras que Diego Rivera estaba fascinado
con mostrar la riqueza de las culturas ancestrales de México”.
Finalmente, Miguel Fernández Félix evocó que el regreso a
México de Rivera en la segunda década del siglo XX y con el apoyo de José
Vasconcelos, le permite crear en el muralismo una contrapartida tan importante
como la de Picasso en el cubismo.
“Estamos ante una exposición que abre nuevos discursos
acerca de dos grandes, su relación, visiones, legado y elementos paralelos con
los que enriquecieron su trabajo”, concluyó.
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