viernes, 7 de abril de 2017

Suchiate, el río de la esperanza de migrantes y refugiadas de Centroamérica (Video)

Por Centro de Información
De las Naciones Unidas en México


Cada año, miles de personas migrantes y refugiadas centroamericanas cruzan el río Suchiate que separa México de Guatemala para buscar una vida mejor huyendo de la violencia que afecta a sus países.

José es de El Salvador y como muchas otras personas de su país huyó junto con su madre y sus hermanas por la violencia que sufrieron.

"Las pandillas, homicidios, amenazas de muerte. Donde uno trabaja, les piden una renta de 500.000 dólares mensuales y sin dinero posiblemente lo matan o toda su familia. Eso es lo que hace que uno decida irse para otro país", explicó

Ciudad Hidalgo es uno de los principales puntos de ingreso de migrantes y refugiados centroamericanos a México. Por el estado de Chiapas transitan miles de personas provenientes de Honduras, El Salvador y Guatemala, pero recientemente se ha reportado un incremento de personas que llegan de países africanos y asiáticos.

"Se supone que anualmente hay más de 450.000 personas que cruzan desde el sur hacia México con diferentes intenciones. Son casi medio millones de personas anualmente. Muchos son regresados, pero varios lo intentan más de una vez por distintas razones que pueden ser económicas, por reunificación familiar o huir de la violencia", indicó Christopher Gascon, Representante de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en México.

Los representantes de las agencias de la ONU en México realizaron recientemente una visita a la frontera sur mexicana para analizar la situación migratoria en esa parte del país, puesto que en Tapachula, la ciudad mexicana más importante cerca de la frontera, se llevan a cabo varios programas de las Naciones Unidas.

Foto: ONU México / Mónica Vazquez

Como parte de las actividades de la ONU en la región, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) atienden a los centroamericanos que llegan a México.

En los últimos años, se han detectado cada vez más niños, niñas y adolescentes centroamericanos cruzando la frontera mexicana. La mayoría de ellos viajaban sin el acompañamiento de un adulto.

“Hay un aumento desde hace tiempo de niños, especialmente de niños, niñas y adolescentes no acompañados. Huyen de unas condiciones muy difíciles de pobreza, de falta de oportunidades, pero también de violencia y de extorsiones en sus países de origen, sobre todo en Guatemala, Honduras y El Salvador. Hemos escuchado historias terribles. Para sobrevivir optan por huir”, explicó Christian Skoog, Representante de UNICEF en México.

Lizeth, una joven de 17 años proveniente de Honduras, huyó de su país a principios de marzo por las pandillas que amenazaron a su familia. La menor, a quien se le cambió el nombre por su seguridad, viajó durante varios días junto con su pareja y su bebé de un mes de edad para llegar a México.

"Tocaron la puerta. Yo la abrí pensando que eran mis papás. Llegaron ocho hombres armados, con pasamontañas y nos dejaron amarados dentro de la casa. Pero gracias a Dios un primo se pudo soltar y nos soltó a todos. Abrimos la lámina de la casa y nos subimos por el techo y nos tiramos en la casa de una vecina. Por ahí nos pudimos salir", relató la joven.

"Encontramos un trailero y nos preguntó que nos pasaba y para dónde íbamos a esa hora de la noche. Eran las 10:30 horas de la noche. Le contamos todo y le dijimos que veníamos para México y que después íbamos a ver cómo seguíamos para delante", contó.

Los riesgos para los migrantes y solicitantes de asilo son múltiples. Los traficantes aprovechan su situación para entregarlos a criminales que pueden usarlos y explotarlos económicamente y sexualmente. Las mujeres, los niños y las niñas son más vulnerables a la trata de personas.

En la medida en que aumenten los obstáculos a la migración para que los flujos migratorios no logren avanzar a sus destinos, estas personas se entregan a traficantes de migrantes, en los cuales existen organizaciones de trata de personas que usan a las personas migrantes indocumentadas.


Si en el cielo no hay barreras, que en la tierra nada nos detenga, dice el slogan de la OIM, por lo que las agencias de la ONU llaman al respeto y a no discriminar a los migrantes y refugiados.

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