Por Carla GARCÍA y Beatriz BARRAL
Periodistas de nuestra asociada RNU
Dos niños intentan calentarse
junto a un fuego
en un almacén en Jibreen, que
acoge a familias
desplazadas por los recientes
combates en el
este de Alepo. 31.500 personas
han sido
desplazadas en esa zona de la
ciudad desde
el 24 de noviembre, incluyendo
a unos
19.000 niños.
Foto: UNICEF/Al-Issa
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Hanaa Singer, tras visitar la ciudad siria, dio fe de los bombardeos, ataques de mortero
y explosiones constantes que siguen cobrándose víctimas inocentes entre la
población civil.
Los habitantes de Alepo viven en una situación cada vez más
precaria. Singer aseguró que en uno de
los albergues para desplazados de Jibreen las familias están apiñadas sobre
colchones en el piso, soportando frío y humedad.
La funcionaria también visitó un barrio recuperado por el
Gobierno el 27 de noviembre en el este de Alepo al que han regresado ya 6.000
personas. Allí, pese a la destrucción masiva causada por la violencia, la gente
intenta reconstruir sus casas y sus vidas.
UNICEF está repartiendo agua y ropa de invierno entre otros
suministros vitales entre los desplazados de Alepo, además de que trabaja en la reparación de la
red hidráulica de la ciudad.
Por su parte, el Secretario General de la ONU, reiteró la
necesidad de un cese de hostilidades sostenible para proveer asistencia
humanitaria a la población de Alepo.
"He urgido a las autoridades sirias y a los grupos
armados, así como a sus aliados, a mantener su promesa para que podamos
desempeñar adecuadamente nuestro papel humanitario en ausencia de una solución
política", puntualizó Ban Ki-moon,
en una conferencia de prensa en Viena con el ministro de Asuntos
Exteriores de Austria.
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