De la Mesa de Redacción
De Radio Vaticano
El Papa Francisco y el Card.
Turkson,
foto de archivo.
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Son los cinco aspectos que destacó el Papa Francisco, en su
cordial bienvenida a los participantes en el Congreso Internacional que celebra
el 50 aniversario de la Encíclica Populorum progressio, encabezados por el
Card. Turkson que «ha puesto en marcha, no sin dificultades» el nuevo
Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.
Con su profunda gratitud «por lo que hacen en su actividad
de promoción humana y del bien común», el Santo Padre hizo resonar en el Aula
del Sínodo el anhelo y las palabras que escribió el Papa Montini en su
Encíclica «sobre la necesidad de promover el desarrollo de los pueblos».
Alentando a seguir las huellas de Pablo VI, el Papa
Francisco señaló el primer aspecto:
«Se trata de integrar los diversos pueblos de la tierra. El
deber de solidaridad nos obliga a buscar modalidades justas en el compartir,
para que no haya esa dramática desigualdad entre quienes tienen demasiado y los
que no tienen nada, entre el que descarta y el que es descartado. Sólo el
camino de la integración entre los pueblos consiente a la humanidad un futuro
de paz y de esperanza».
Con la «Visión cristiana del desarrollo» del Beato Pablo VI
en su Encíclica Populorum progressio, reafirmó que «el desarrollo no se reduce
al simple crecimiento económico. Para ser auténtico, debe ser integral, es
decir, promover a todos los hombres y a todo el hombre» (14), el Papa recordó
asimismo el servicio que la Iglesia desea ofrecer al mundo siguiendo al Señor
Jesús:
«Dios se hizo conocer plenamente en Jesucristo: en Él, Dios
y el hombre no están divididos ni separados entre sí. Dios se hizo hombre para
hacer de la vida humana, tanto personal como social, un camino concreto de
salvación. Así la manifestación de Dios en Cristo – incluyendo sus gestos de
sanación, liberación, reconciliación que hoy estamos llamados a volver a
proponer a los tantos heridos en el borde del camino – indica la senda y la
modalidad del servicio que la Iglesia se propone ofrecer al mundo: con su luz
se puede comprender qué significa un desarrollo ‘integral’, que no le falta el
respeto ni a Dios ni al hombre, porque asume toda la consistencia de ambos.
En este sentido, precisamente, el concepto de persona,
nacido y madurado en el cristianismo, ayuda a perseguir un desarrollo
plenamente humano. Porque persona dice siempre relación, no individualismo,
afirma la inclusión y no la exclusión, la dignidad única e inviolable y no la
explotación, la libertad no la constricción
La Iglesia no se cansa de ofrecer esta sapiencia y su obra
al mundo, con la conciencia de que el desarrollo integral es el camino del bien
que la familia humana está llamada a recorrer. Les pido que lleven adelante
esta acción con paciencia y constancia, confiando en que el Señor nos acompaña.
Que él los bendiga y la Virgen los proteja».
Tras reiterar que
«economía, finanza, trabajo, cultura, vida familiar, religión, son cada uno con
sus características, un momento irrenunciable» en el desarrollo humano integral
y la importancia de la tutela de la dignidad de la vida humana, el Papa puso en
guardia, una vez más, contra cierta cultura, por lo menos en el mundo
occidental, que exalta el individualismo.
Sin olvidar «las visiones ideológicas
y los poderes políticos que han aplastado a la persona, masificándola y
privándola de aquella libertad sin la cual el hombre ya no se siente hombre».
Masificación que interesa también a poderes económicos que quieren explotar la
globalización para imponer un mercado global con reglas que favorecen sólo sus
provechos.
El Papa Francisco recordó asimismo que la familia es la
primera célula de la sociedad en la que se aprende a estar juntos.
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