* Luis Raúl González Pérez disertó sobre los aportes desde la ciencia, la ecología y el periodismo para alcanzar una paz sólida y duradera en el país
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
La atención integral a las víctimas de la violencia, de
abusos y crímenes constituye una deuda y un requisito que debe atenderse para
superar la coyuntura en que se requiere consolidar el respeto y vigencia de los
derechos humanos y fortalecer el Estado Democrático de Derecho, para
reencontrarnos como sociedad, reconciliarnos y sentar las bases para lograr una
cultura de paz.
Así lo afirmó el Ombudsman nacional, Luis Raúl González
Pérez, quien subrayó que sólo así recuperaremos la convivencia pacífica entre
las personas que la violencia, impunidad, corrupción, desigualdad y exclusión,
entre otros fenómenos, nos han arrebatado.
Al participar en la Segunda Conferencia Anual Violencia y
Paz: Diagnósticos y Propuestas para México, organizada por El Colegio de México
(Colmex) y auspiciada por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y
el Instituto Belisario Domínguez del Senado de la República, señaló que toda
política pública o acción que aspire a ser efectiva debe tomar en consideración
la opinión de las víctimas, así como de periodistas y defensores de derechos
humanos, que no necesitan medidas paliativas mediante declaraciones puramente
formales o estructuras burocráticas inoperantes.
Al disertar sobre aportes desde la ciencia, la ecología y el
periodismo para la construcción de una cultura de paz en México, González Pérez
estuvo acompañado por Gustavo Vega, Secretario General del Colmex; Gerardo
Esquivel, del Instituto Belisario Domínguez; Javier Velázquez Moctezuma,
Director del Área de Neurociencias de la Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM), y Roberto Mercadillo, investigador de esa casa de estudios.
Puntualizó que en el contexto de violencia e inseguridad que
enfrenta nuestro país en algunas regiones, el periodismo contribuye en la
construcción de una cultura de paz, mientras se han recrudecido los ataques
contra periodistas y comunicadores, que han adquirido relevancia especial por
un alarmante e inusual aumento.
La violencia contra periodistas y comunicadores es una forma
de censura, un desafío para la justicia que la sociedad reclama y un retroceso
en el camino para la construcción de la paz; de ahí que se articulen y
coordinen esfuerzos y capacidades para su abatimiento, pero, sobre todo, para
su prevención con un compromiso real, eficiencia, pertinencia y dignidad,
aseguró.
La ciencia –agregó— no debe destruir, no puede atentar
contra la dignidad de las personas, su naturaleza, ni propiciar la destrucción,
los abusos de poder o la violencia. En la medida en que se atiendan estos
extremos, la ciencia no sólo es un instrumento, sino también una garantía de la
paz.
Al referirse a la ecología, enfatizó que descuidar y
degradar el medio ambiente tiene incidencia negativa en la calidad de vida de
las personas, en tanto se vulneran distintos derechos humanos al generarse
condiciones de subsistencia que, en caso de volverse crónicas y no emprenderse
medidas para superarlas, pueden representar una forma de violencia indirecta
contra quienes tienen que vivir bajo ellas.
La insalubridad –explicó— frecuentemente va aparejada de
exclusión, marginalidad y discriminación, condiciones que son contrarias a las
que propician el desarrollo y vigencia de derechos de las personas, que son las
idóneas para un entorno de paz.
Finalmente, González Pérez puntualizó que, si aspiramos a
que la paz sea duradera, debe trascender coyunturas y sustentarse en un
verdadero compromiso por y para ella, que reconocido, legitimado y asumido por
la sociedad, afiance en ella ese conjunto de valores, actitudes,
comportamientos y estilos de vida que rechazan la violencia y previenen los
conflictos, atacando sus raíces mediante el diálogo y la negociación entre
personas, grupos y Estados.
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