Candelero
Por: Abraham Mohamed
mohacan@prodigy.net.mxPara Arcano Radio
Todo indica que las elecciones del 2018 pueden ser las más
pervertidas y desaseadas, pero eso sí, muy sofisticadas por el uso de la
avanzada tecnología que se utilizará para tratar de convencer a la ciudadanía
de su limpieza.
No se requiere ser experto en prospectiva política para
adelantar que eso puede llevarnos a una gravísima situación de ingobernabilidad
en el país, y que la violencia social podría desbordarse y desatar lo que no
queremos: ¡la brutal represión!
Es obvio que para el PRI-Gobierno de Peña Nieto es muy, pero
muy preocupante, perder la Presidencia de la República porque muchos de sus
funcionarios, incluidos varios del gabinete presidencial legal y ampliado, perderían no solo el poder que detentan y
gran parte de las riquezas que han acumulado con sus raterías, sino que se les
escurriría grotescamente el honor con que se maquillan, al ser encarcelados y
procesados por los delitos que aún cometen, saqueando a la Patria con total
impunidad.
Como usted ya se percató, no solo se habla de ex
gobernadores ratas, ni de funcionarios de bajo y medio nivel. La mira ciudadana
contra los corruptos ya subió y está puesta en el círculo presidencial.
Por eso mismo, en su
reciente XXII Asamblea Nacional, los jerarcas del PRI, Enrique Peña
Nieto y su tocayo Enrique Ochoa, coincidieron en sus arengas reiterando logros
y concluyendo Peña Nieto con mucho orgullo y emoción en su discurso de cierre
del evento, que “los priistas somos factores de cambio positivo, de prosperidad
y de progreso para la sociedad mexicana”, y que “México gana cuando gana el
PRI”, pidiendo desde la tribuna a la audiencia “Demos todo por México….por
México….porque esa es la convicción del PRI”.
Pero ahí, en el Palacio de los Deportes, entre los Delegados
asistentes, se notaba que sus palabras no los convencían. Al contrario, se
soltaban muchos comentarios de desilusión, incredulidad y desconfianza.
Tal vez por eso se registró la inusitada rapidez con que
salieron del enorme sitio.
Creo que el PRI-Gobierno para mantener la Presidencia de la
República y ganar sino la mayoría, sí una buena parte de los cargos en disputa
en las elecciones del 2018, deben cumplir cabalmente con lo que han ofrecido:
1.- Proceder legalmente contra todos los ex gobernantes y
funcionarios corruptos que siguen siendo acusados públicamente. El más reciente
es Emilio Lozoya, ex director de Pemex.
2.- Cumplir fielmente con las reformas estatutarias para las
candidaturas de militantes y simpatizantes que son:
a).- Eliminación del requisito de 10 años de afiliación
partidista para aspirar a la candidatura presidencial que le abre la puerta de
par en par a José Antonio Meade.
b).- Cumplir con la prohibición del “chapulineo” entre
legisladores que a partir de éstas próximas elecciones ya no podrán ser
reelectos como diputados-senadores y viceversa como lo hacían, y ahora tendrán
que ganarse el cargo al que aspiren en las urnas.
c).- Cumplir con 30% de candidaturas para jóvenes militantes
y simpatizantes externos –hombres y mujeres- y que las postulaciones totales se
conformen con paridad de género, es decir 50% de mujeres y 50% de hombres,
cuidándose que no se otorguen en Distritos perdedores.
d).- Cumplir con las 13 Obligaciones del Código de Etica que
básicamente exige no abusar del poder, servir al interés general y ser honesto
en la administración de los recursos públicos, en cualquier nivel, municipal,
estatal o federal. En pocas palabras, no ser ratero ni abusivo porque no lo
soportará el partido siendo la Comisión de Revisión de Cuentas y Etica la que
investigue y resuelva para remitirlas, según el caso, a la Comisión Nacional de
Justicia Partidaria que definirá las sanciones correspondientes y tomar también
medidas preventivas en caso de sospechas de corrupción. (A ver si es cierto).
e).-Será obligatorio para quienes aspiren a una candidatura
para elección popular, presentar su Declaración 3 de 3, es decir, patrimonial,
fiscal y posible conflicto de intereses.
f).- Se creó una Secretaría Anticorrupción para limpiar la
deteriorada imagen del PRI, la cual tendrá enlace directo con el Sistema
Nacional Anticorrupción para hacer que los candidatos priistas sean
corresponsables con su partido en la transparencia y rendición de cuentas. Se
sobreentiende que esto conlleva mecanismos para prevenir y abatir la corrupción
de militantes, candidatos y funcionarios públicos surgidos del Partido, aparte
de que se someterán a pruebas de confianza y hasta que sean investigados por
las autoridades competentes aquellos sobre quienes haya dudas.
Aunque la inmensa mayoría de los mexicanos no lo cree, pues
hasta ahora en éste gobierno de Peña Nieto se mantiene la desconfianza por la
inseguridad, corrupción e impunidad que nos azota, el PRI con sus reformas
estatutarias, se quiere convertir en el gran filtro de la honestidad de sus
candidatos para abatir así, la corrupción en el poder político, según lo
pregona su dirigencia.
Pienso que aún hay tiempo para actuar, pero con decisión y
firmeza, para fortalecer la gobernabilidad y garantizar “la salvadora
continuidad” para ellos. Y también creo que eso es lo más conveniente para que
puedan ganar las elecciones del 2018 y evitarse “daños mayores”, con todo y los
cochupos que se hagan.
¡Imagínese nada más el desgarriate en la gobernabilidad y
estabilidad del país si Andrés Manuel López Obrador les arrebatara el triunfo y
se convirtiera en Presidente de México!
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