Antes que cante el gallo tres veces me negarás, dijo y se cumple.
AMLO
buscó a Marcos para legitimarse como de izquierda. Y ahora, cobardemente y
escondido atrás de sus lacayos bien chayoteados, acusa a Marcos de priista y
niega conocerlo, porque se opone al turbio negocio Ecocida del Tren Maya con su
socio Manuel Velasco Coello, el nieto de su expatrón.
Convirtió, AMLO, a la
política en el arte de comer mierda sin hacer gestos. Y el ejército solamente
mira convirtiéndose en cómplice.
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