En memoria a Alejandro Apez Cárdenas
Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZDirector de Arcano RadioFelices fiestas decembrinas, así, ¡encerrados pero claro que es mucho mejor que enterrados!
Celebramos las atípicas Navidad del 2020 y Adviento de Año Nuevo, 2021.
Seguramente cansados del prolongado confinamiento, ¡10 meses!, pero sobre todo,
angustiados y temerosos por el exceso informativo contradictorio que nos
convierte a todos en hipocondríacos al menor síntoma, y desconfiados por esas
teorías de conspiración y muerte.
Vivimos el Año del Miedo y ausencia de fe en la aldea global. Y creemos que
esta pandemia es peor que las sufridas por nuestros hermanos mayores en las
pandemias cíclicas desde el Imperio Romano. Nos olvidamos que el ser humano,
hombre y/o mujer, es cierto que no somos Dios, pero tampoco animal, ni muchos menos
ángel, somos, simplemente somos ¡la imagen y semejanza de Dios!
Y nuestra
divinidad reside en que somos parte vital en el equilibrio y armonía de la vida
con nuestro cotidiano familiar y social o laboral, e incluso, ¡en el equilibrio del Universo!
Tenemos,
además, ¡el Poder del Libre Albedrío! para escoger entre nuestra agonía en el terror
paralizante o adaptarnos en la nueva alegría de vivir intensamente cada
instante, tan diferente y tan maravilloso.
Y al ejercer nuestra potestad, al
levantarnos, ponernos nuestras mejores galas para convivir con nosotros mismos
y no para darle gusto a nadie, renacemos cada día con la actitud de adecuarnos
a los tiempos nuevos de la sana distancia y la mascarilla en el exquisito
placer de descubrir lo nuevo en la vida.
Fortalecemos, entonces, la esperanza
de que muy pronto, seremos los vencedores y celebraremos al podernos abrazar
para disfrutarnos con la calidez humana. Recordemos que esperanza viene del
latín esperare, es decir, esperar, y se vincula a la raíz spe, tener éxito al
expandirse nuestra fuerza de voluntad ante la crisis, otro concepto de raíces
griegas que implica, separar decidir, y en nosotros está el decidir que hacer
en este momento:
Derrotarnos o derrotar, vencernos sin pelear o vencer con la
fuerza del amor y alcanzar el éxito de la vida que es, ni más ni menos, ¡el
vivirla! Alcemos nuestra copa para brindar por ese Feliz Renacimiento del Niño
Interno, y reinicie su nuevo periplo como el Sol Invictus.
Desde algún lugar en
el Cañón del Sumidero en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, su amigo Mario Luis,
servidor de ustedes Altuzar Suárez, de Arcano Radio asociada a RFI y a RNU y
afiliada a La Voz de América, otra forma de escuchar para ver el mundo en busca
de la verdad.
Felices fiestas decembrinas, así, ¡encerrados pero claro que es mucho mejor que enterrados! Celebramos las atípicas Navidad del 2020 y Adviento de Año Nuevo, 2021. Seguramente cansados del prolongado confinamiento, ¡10 meses!, pero sobre todo, angustiados y temerosos por el exceso informativo contradictorio que nos convierte a todos en hipocondríacos al menor síntoma, y desconfiados por esas teorías de conspiración y muerte.
Vivimos el Año del Miedo y ausencia de fe en la aldea global. Y creemos que esta pandemia es peor que las sufridas por nuestros hermanos mayores en las pandemias cíclicas desde el Imperio Romano. Nos olvidamos que el ser humano, hombre y/o mujer, es cierto que no somos Dios, pero tampoco animal, ni muchos menos ángel, somos, simplemente somos ¡la imagen y semejanza de Dios!
Y nuestra divinidad reside en que somos parte vital en el equilibrio y armonía de la vida con nuestro cotidiano familiar y social o laboral, e incluso, ¡en el equilibrio del Universo!
Tenemos, además, ¡el Poder del Libre Albedrío! para escoger entre nuestra agonía en el terror paralizante o adaptarnos en la nueva alegría de vivir intensamente cada instante, tan diferente y tan maravilloso.
Y al ejercer nuestra potestad, al levantarnos, ponernos nuestras mejores galas para convivir con nosotros mismos y no para darle gusto a nadie, renacemos cada día con la actitud de adecuarnos a los tiempos nuevos de la sana distancia y la mascarilla en el exquisito placer de descubrir lo nuevo en la vida.
Fortalecemos, entonces, la esperanza de que muy pronto, seremos los vencedores y celebraremos al podernos abrazar para disfrutarnos con la calidez humana. Recordemos que esperanza viene del latín esperare, es decir, esperar, y se vincula a la raíz spe, tener éxito al expandirse nuestra fuerza de voluntad ante la crisis, otro concepto de raíces griegas que implica, separar decidir, y en nosotros está el decidir que hacer en este momento:
Derrotarnos o derrotar, vencernos sin pelear o vencer con la fuerza del amor y alcanzar el éxito de la vida que es, ni más ni menos, ¡el vivirla! Alcemos nuestra copa para brindar por ese Feliz Renacimiento del Niño Interno, y reinicie su nuevo periplo como el Sol Invictus.
Desde algún lugar en el Cañón del Sumidero en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas, México, su amigo Mario Luis, servidor de ustedes Altuzar Suárez, de Arcano Radio asociada a RFI y a RNU y afiliada a La Voz de América, otra forma de escuchar para ver el mundo en busca de la verdad.
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