viernes, 15 de enero de 2021

Secreto de la Eterna juventud

Cuento


Por Mario Luis ALTUZAR SUÁREZ

…aparece un punto blanco por el Oriente. Se expande, Se agranda. Invade todo el espacio. Froto fuerte los ojos para aliviar la ceguera temporal. ¡Es difícil! El golpe de luz, desequilibra el cuerpo. Hace tambalear al cuerpo. Despacio. Proceso lento para acostumbrar a mis ojos a la nueva realidad. ¡Frase tan trillada en la segunda década del Tercer Milenio! Empero, así es. Sorpresivo momento que no alcanzo a percibir otro concepto.

¡Mmmm! Nada es casual. Todo es causal. Luego entonces, debe existir una razón para este extraña aunque bellísima Luz. ¡Tan radiante! Penetra mis sentidos. Se infiltra en la piel. Envuelve a la sangre. Se conecta al ADN. ¡Qué felicidad tan plena! Una sensación tan extraña por desconocida y yo… ¡jajaja!, me jactaba de conocer la felicidad y era falso ahora que me invade esta maravillosa referencia.

-“¿Eres feliz?”, escucho. Volteo a buscar de donde proviene la voz. Entrecierro los ojos porque, definitivamente sigo en semiceguera. ¡Apenas distingo la punta de los dedos! Hurga mi mirada con ojos semillorosos por el esfuerzo. Hasta ubicar el origen de la voz melodiosa y que emite armonía para equilibrar los sentidos.

Del mismo punto en que emergió la Luz, de allí proviene la voz. Se tensan los músculos faciales por el esfuerzo visual. Mientras mis oídos captan las vibraciones sónicas femeninas:

-“¿Por qué no respondes? Te angustias por el efecto secundario que intentas descubrir sin permitir que fluya la causa primaria y te entregas a disfrutar plenamente el instante de la paz interior provista por la felicidad. Esa insatisfacción por querer discernir todo, les atasca en el pasado. ¡Es triste ver como pierden lo alcanzado por no darle el justo valor, y lo avientan al baúl de los recuerdos con esa frase de resignación: Si yo hubiese…!”

Momentos de disquisición que permiten mejorar la visión. Enseñoreada de sí misma, endiosada del espacio y el tiempo, ¡flota, sentada en una base de mármol con símbolos griegos y unas alas amplias, grande! Ella, la elegancia hecha mujer, a sus ¿60,70,80?, la verdad, quien sabe cuántos años, y que a nadie importa. Entre sus dedos índice y medio de la mano derecha una brillante boquilla nacarada con un cigarro a medio consumir y la mano volteada al cielo con su codo descansando en su delgada cintura de ese cuerpo delgado. Las ruedas de humo se expanden hacia el cielo. ¡Es una Venus francesa, vestida con ropaje de seda! Y expresa:

-¡Ya me viste! Ya sabes de donde sale la voz. ¿Ahora sí tengo tu atención?

Asiento con la cabeza, porque el impacto increíble del momento me mantiene mudo, y atiendo su palabra:

-Es difícil de entender las inexistentes complicaciones de la vida creadas por seres insignificantes llenos de ambición y avaricia por su resentimiento de ser incapaces de entender el Origen, cuando es tan sencillo vivirla y cumplir con la misión que nos fue dada al Principio de los Tiempos.

Cruza la pierna derecha sobre la izquierda con el rítmico roce de la tela que le cubre a los tobillos y deja al descubierto los exquisitos zapatos que, si fuese una foto le titularía: Mujer en blanco profundo de felicidad, por esa sonrisa que invita a la tranquilidad. Prosigue:

-Para dominar sus feudos ilusorios, crean rituales para condicionar a los seres en el respeto al adoctrinamiento de las falsas reglas sociales que única y exclusivamente sirven para robustecer ese aberrante culto a la personalidad de los que se llaman a sí mismos, dirigentes políticos como los falsos sacerdotes investidos por inventados mesías que son adoptados en el imaginario comunitario.

Disfruta, ¡ah, cómo disfruta su cigarro! Y huele a exquisito tabaco, sin químicos dañinos que aumentan las ganancias de los inversionistas. De sus ojos emanan rayos de luz que acompañan a su risa, al decir:

-¡Nadie se salva! Entre ellos mismos se atacan con falsos dogmas de… ha sí, ese refrán de que: "El hombre tiene la edad de la mujer que acaricia", y que oculta el oscuro fondo real del vampirismo energético. Se ierde en la profundidad del tiempo el origen de esta práctica de casar a una persona mayor con una más joven para prolongar la vida, como si fuese el secreto de la Eterna Juventud: ¡Chupar la energía de la persona joven!

Y suelta la carcajada:

-¡Y les sale el tiro por la culata! Es imposible dejar de reír al recordar que a mis trece años, él, que decían estaba loco, con sus treinta y dos años ¿me hizo su novia! ¿Y qué pasó? ¡Murió dos años después! Tan poco le duró el encanto. Porque nada es cierto en la realidad virtual de la Tercera Dimensión. Todo es mente: La juventud es un estado del alma. ¿Me ve? ¡A esta edad y sin arrugas! La única arruga que tengo, ¿sabe en donde la tengo? ¡Exacto, allí, en donde estoy sentada!

Suelta la carcajada y empieza a concentrarse la Luz en su punto de origen, hasta alcanzar la cotidiana normalidad de mi entorno. Con los datos que me dio, busco en mis archivos:

La novia del holandés Vincent Willem van Gogh se llamó Jeanne Louise Calment  que nació el 21 de febrero de 1875 y murió el 4 de agosto de 1997, ¡a sus primeros ciento veintidós años! Y el genio plástico no fue el único, existe por lo menos un abogado más chico que ella.

¡Increíble y tan sencillo el sagrado secreto de la Eterna Juventud! Mejor me callo. No vaya a seguir la suerte del desorejado pintor, de que me tilden de loco para robarse el misterio y que los laboratorios transnacionales hagan vitaminas de felicidad, así como distribuyen la muerte en sospechosas vacunas. ¡Calladita la boca se ve más bonita!

2 comentarios:

  1. ¡EXCELENTE CUENTO, PAISANO. GRACIAS POR COMPARTIRLO: UN FUERTE ABRAZO U SALUDOS!!!!!!!

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