Una opción es que el vicepresidente Mike Pence y una mayoría
del gabinete declare que el presidente está "incapacitado para ejercer el
cargo". Otra, opción, más demorada, es que se abra un nuevo juicio en el
Congreso contra Trump. Los demócratas respaldan cualquiera de las dos opciones,
con tal de recortarle al período de Trump los 13 días que le quedan.
Por Ken BredemeierPeriodista de nuestra afiliada La Voz de América
WASHINGTON D.C. - El líder demócrata en el Senado
estadounidense hizo el jueves un llamado para la destitución inmediata del
presidente Donald Trump, con 13 días restantes en su mandato, luego que él
urgiera a una multitud de enojados simpatizantes que marcharan hacia el
Capitolio, donde invadieron el edificio.
“Lo que sucedió en el Capitolio ayer fue una insurrección
contra Estados Unidos incitada por el presidente. Este presidente no debería
ocupar el cargo un día más”, dijo el senador Chuck Schumer, demócrata de Nueva
York.
Schumer, listo para convertirse pronto en líder de la mayoría del Senado, dijo que “la forma más rápida y efectiva” de destituir a Trump sería que el vicepresidente Mike Pence y una mayoría del gabinete de Trump invocaran la Enmienda 25 a la Constitución para declarar que él está incapacitado para continuar en el cargo.
“Puede hacerse hoy mismo”, dijo Schumer, pero “si el
vicepresidente y el gabinete se rehúsan a alzarse, el Congreso deberá regresar
a sesionar para juzgar y destituir al presidente”.
Un puñado de otros legisladores, incluyendo la presidente de
la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, también pidió la destitución de
Trump mediante el uso de la previsión constitucional o su enjuiciamiento por
segunda vez, aunque el presidente electo Joe Biden está previsto a asumir el
cargo el 20 de enero.
La presidente de la Cámara de Representanes, Nancy Pelosi,
pidió la destitución del presidente Donald Trump, ya sea por una declaratoria
de incapacidad para el cargo, o mediane un nuevo juicio político en el
Congreso. (AFP)
“Todas los indicadores son que el presidente se ha
desconectado no solo de sus obligaciones… sino de la realidad misma”, dijo el
congresista republicano Adam Kinzinger, un crítico de Trump de Illinois.
Otra vociferante opositora de Trump, la congresista demócrata
Alexandria Ocasio-Cortez, de Nueva York, dijo que ella había preparado
artículos de enjuiciamiento para la destitución de Trump.
No ha habido señales inmediatas de que Pence, tras rechazar
las frecuentes súplicas de Trump para bloquear la certificación del triunfo de
Biden en el Colegio Electoral, sea parte de ningún esfuerzo para destituir a
Trump.
Pero varios medios de noticias reportaron que varios
asistentes claves de Trump en la Casa Blanca discutieron el miércoles por la
noche formas de destituirlo, cuando aún los legisladores debatían si certificar
la victoria de Biden en el Colegio Electoral, con 306 sobre 232.
Según el diario The Washington Post, un funcionario de la
administración describió el comportamiento de Trump, enfurecido por el inminente
final de su presidencia, como la de “un total monstruo”. Otro funcionario dijo
que la situación era una “locura” y “más allá de los límites”.
Trump eventualmente urgió a los manifestantes en un video
pregrabado que “se vayan a casa”, pero aparentó simpatizar con ellos, diciendo
que “los amamos. Ustedes son muy especiales”.
Luego que Pence, quien presidió el debate en el Congreso de
los resultados del Colegio Electoral, leyó el resultado de su derrota y la de
Trump, el presidente publicó un reconocimiento a regañadientes del resultado.
El presidente, quien se ha negado a reconocer su derrota
ante Biden, fue temporalmente bloqueado de Twitter en la noche del miércoles, y
luego indefinidamente el jueves, por temor a que incitara a más violencia. Un
asistente publicó una declaración en su nombre a altas horas de la noche.
“Aunque yo estoy en total desacuerdo con el resultado de la
elección, y los hechos me lo confirman, igualmente habrá una transición
ordenada el 20 de enero. Yo siempre he dicho que continuaremos nuestra lucha
para asegurar que solo votos legales sean contados. Mientras esto representa el
fin del más grande primer período en la historia presidencial, es solo el
inicio de nuestra lucha por hacer a Estados Unidos nuevamente grandioso",
dijo el mandatario en un corto comunicado.
Antes que el Congreso empezara su debate sobre el Colegio
Electoral, Trump pidió a miles de sus simpatizantes en una concentración cerca
de la Casa Blanca “que lucharan” el resultado. Le pidió a Pence que abortara la
certificación de la victoria de Biden, a pesar que el vicepresidente le dijo
que él no tenía el poder constitucional para unilateralmente bloquear el
reconocimiento oficial de su derrota.
En una concentración a mediodía del miércoles en las afueras
de la Casa Blanca, Trump había suplicado a sus seguidores, muchos de ellos
usando sus gorras rojas con el lema “Hagamos a Estados Unidos nuevamente
grandioso”, a que marcharan hacia el Capitolio.
“Vamos a caminar hasta ahí, y yo estaré con ustedes”, le
dijo a la multitud. “Vamos a caminar… al Capitolio, y vamos a alentar a
nuestros valientes senadores y congresistas. Y probablemente no vamos a estar
aplaudiendo tanto a algunos de ellos, porque nunca lograremos recuperar nuestro
país con debilidad. Tienen que mostrar fortaleza y deben ser fuertes”.
Trump regresó entonces a su limosina que lo llevaría a la
Casa Blanca, mientras centenares de sus simpatizantes irrumpieron a través del
cordon policial entrando al edificio del Capitolio, rompiendo ventanas,
ocupando las dos cámaras del Congreso y algunas de las oficinas de los
legisladores antes que las autoridades restauraran el orden.
El FBI, el más importante órgano de cumplimiento de la ley
en Estados Unidos, pidió el jueves ayuda para identificar a los manifestantes.
En respuesta a la violencia en el Capitolio y al papel de Trump en fomentarla, varias personas en su administración decidieron renunciar. La secretaria de Transporte, Elaine Chao, renunció el jueves, la primer miembro del gabinete en dimitir.
El ex jefe de gabinete interino, Mick Mulvaney, que
recientemente fue nombrado enviado especial a Irlanda del Norte, también
renunció, al igual que lo hizo la exsecretaria de Prensa de Trump, Stephanie
Grisham, quien hasta el miércoles fungía como jefa de gabinete de la Primera
Dama, Melania Trump.
Mulvaney dijo a la estación CNBC que el miércoles por la
noche le informó al secretario de Estado, Mike Pompeo, de su decisión.
“No puedo hacerlo. No puedo quedarme”, dijo Mulvaney.
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