De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Es un "digno reconocimiento" a un héroe anónimo,
sostuvo el presidente Enrique Peña Nieto.
La presea, que fue entregada este jueves 24 de noviembre, en
una ceremonia en el Senado de la República a familiares del fallecido
trabajador de la estación de servicio, "es un gran reconocimiento"
que se hace a un héroe anónimo.
Dijo que generalmente la medalla "Belisario
Domínguez" se otorga a quien tiene méritos por su trayectoria y sobre todo
por su aporte al desarrollo de México, y que en esta ocasión se otorga a una
persona que ofrendó su vida para proteger la de otros.
"Me parece un digno reconocimiento para él y para
muchos héroes anónimos que han hecho mucho por otros, por sus semejantes, y que
no siempre tienen este reconocimiento", indicó.
Esta fue la primera vez que la Medalla Belisario Domínguez
se entrega a un ciudadano que no sea artista, político, escritor, académico o
empresario.
La condecoración al ingeniero en sistemas de cómputo,
Gonzalo Miguel Rivas, es por evitar una tragedia, arriesgando su propia vida,
en una gasolinera de Chilpancingo, el 12 de diciembre de 2011.
UN ACTO DE HEROÍSMO
El 12 de diciembre de 2011 Gonzalo Miguel Rivas realizaba
trabajos de computación, su especialidad, en la gasolinera “Eva II”, ubicada
sobre la autopista México-Acapulco, en Chilpancingo, Guerrero, cuando una bomba
de servicio quedó envuelta en llamas provocadas durante el desalojo de
estudiantes de la normal de Ayotzinapa.
Rivas Cámara resultó herido mientras intentaba sofocar el
incendio de una bomba de combustible, después de que dos normalistas de
Ayotzinapa, vestidos con camisas rojas, rociaron con gasolina una bomba de
combustible y le prendieron fuego para evitar que la policía los desalojara.
Posteriormente, los compañeros de trabajo de Gonzalo explicaron
que mientras todos corrían para ponerse a salvo del fuego, él tomó un extintor
y roció la bomba para evitar que las llamas se propagaran. En ese momento no se
dio cuenta de que había una garrafa llena de gasolina encima de la bomba, la
cual se derritió por el fuego y explotó, quemando a Gonzalo.
De acuerdo con el reporte médico, Gonzalo Miguel Rivas tenía
quemaduras de tercer grado en el 37 por ciento del cuerpo, por lo que falleció
la madrugada del domingo uno de enero de 2012.
Sus restos fueron trasladados a Chilpancingo, Guerrero, para
ser velados por sus familiares.
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