Por Canal romereports.com
SIMON ALHABIB
Refugiado sirio
"Nosotros, como cristianos, hemos vivido situaciones
graves pero no han dañado nuestra fe. Siempre hemos sido fieles y lo seremos,
pese a todo lo que hemos vivido. Sabemos que la auténtica religión no tiene que
ver nada con lo que nos han hecho. Creemos que cada uno es libre de profesar su
religión porque nuestra fe así nos lo indica: Debemos respetar a los demás”.
Simon Alhabib y su hermano Admon llegaron a Italia hace
apenas un mes, gracias a los Corredores Humanitarios que puso en marcha la
Comunidad de Sant'Egidio.
Viajaron hasta Líbano desde Siria en taxi, acompañados por
su madre que tuvo que volver. Lograron huir de su ciudad cerca de la frontera,
un enclave en el que cristianos y musulmanes convivían pacíficamente.
ADMON ALHABIB
Refugiado sirio
"Antes de la guerra no había problema entre cristianos
y musulmanes. No había diferencias. Vivíamos muy bien pero cuando empezó la
guerra y especialmente cuando llegó el ISIS empezaron los problemas para los
cristianos”.
SIMON ALHABIB
Refugiado sirio
"Antes de la crisis no había ningún tipo de persecución
pero con la guerra y la ocupación del ISIS llegaron los problemas. Tenemos
amigos a los que han raptado”.
Uno de esos amigos es el padre Jacques Mourad al que los
yihadistas secuestraron en la ciudad de Qaryatayn junto a decenas de
cristianos. Una vez liberado, el sacerdote medió para que los dos hermanos
puedan ahora disfrutar de una nueva vida en Italia.
SIMON ALHABIB
Refugiado sirio
"Con la llegada de los terroristas estuvimos huyendo de
un sitio a otro. Cuando ISIS invadía una zona, huíamos. En Qaryatayn conocimos
al padre Jacques Mourad que nos dijo que una comunidad en Italia nos podría
ayudar a llegar hasta Europa”.
Tienen los sueños de cualquier joven de su edad. Quieren
seguir estudiando, aprender italiano y tener una vida lo más normal posible
hasta que llegue la paz a la Siria que recuerdan.
ADMON ALHABIB
Refugiado sirio
"Esperamos que llegue. Sería maravilloso. Quiero que
Siria vuelva a ser lo que era. Para eso quiero estudiar aquí y volver a Siria
para ayudar a reconstruir mi país”.
Mientras este deseo se hace realidad, los hermanos miran con
nostalgia las fotos de su vida en aquel lugar donde, en otros tiempos, nadie
perseguía a los cristianos por el mero hecho de serlo.
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