Por Carla GARCÍA y Beatriz BARRAL
Periodistas de nuestra asociada RNU
Gente compra comida en un
supermercado de Bishkek,
Kyrgyzstan.
Foto: FAO/Vyacheslav Oseledko
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Según un informe de la FAO divulgado este martes, la
población de esas regiones ha aumentado el consumo de grasas, azúcar, carne,
productos lácteos y alimentos procesados.
Además, a estas nuevas formas de mala alimentación se suma
el estilo de vida moderno, más sedentario, que promueve el sobrepeso y la
obesidad y las enfermedades degenerativas que esto conllevan.
El economista de la FAO y autor del informe, David Sedik,
explicó que a medida que aumentan los ingresos de la población, en su dieta
sube la proporción de calorías procedente de edulcorantes, aceites vegetales y
productos animales, mientras que el consumo de cereales disminuye.
De acuerdo con el estudio, el 70% de la población de la
región está malnutrido, por carencia de nutrientes esenciales, o sobre
alimentado.
Esta situación genera grandes gastos para los sistemas de
salud pública, por lo que la FAO recomienda a los países, aplicar impuestos y
subvenciones a los alimentos en función de si son saludables o no y educar a la
población en materia de nutrición.
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