De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Día Mundial del Teatro, creado por iniciativas del Instituto
Internacional del Teatro (ITI) en 1961. La francesa Isabelle Huppert da el
mensaje de 2017
Varios eventos teatrales nacionales e internacionales son
organizados para conmemorar esta ocasión. Uno de los más importantes es la
circulación del Mensaje Internacional del Día Mundial del Teatro a través del cual,
por invitación del ITI, una figura de talla mundial comparte sus reflexiones
sobre el tema del Teatro y una Cultura de Paz".
Arcano Radio, asociada a RNU y a RFI y afiliada a La Voz de América, otra forma de escuchar para ver el mundo, les comparte el mensaje de la francesa Isabelle Anne Madeleine Huppert, conocida como Isabelle Huppert de 64 años:
Así que, aquí estamos una vez más. Reunidos de nuevo en la
primavera, 55 años desde nuestra reunión inaugural, para celebrar el Día
Mundial del Teatro. Sólo un día, 24 horas, se dedica a celebrar el teatro en
todo el mundo. Y aquí estamos en París, la ciudad principal del mundo para
atraer a grupos teatrales internacionales, para venerar el arte del teatro.
París es una ciudad mundial, apta para contener en un día de
celebración, las tradiciones del teatro mundial; desde aquí en la capital de
Francia, podemos transportarnos a Japón experimentando el teatro Noh y Bunraku,
trazar una línea desde aquí a pensamientos y expresiones tan diversas como la
Ópera de Pekín y Kathakali; el escenario nos permite permanecer entre Grecia y
Escandinavia mientras nos envolvemos en Esquilo e Ibsen, Sófocles y Strindberg;
nos permite volar entre Gran Bretaña e Italia mientras reverberamos entre Sarah
Kane y Prinadello. En el curso de estas veinticuatro horas podemos ir de
Francia a Rusia, de Racine y Moliere a Chejov; incluso podemos cruzar el
Atlántico como un rayo de inspiración para servir en un Campus en California,
atrayendo a un joven estudiante allí a reinventarse y hacerse un nombre en el
teatro.
De hecho, el teatro tiene una vida tan próspera que desafía
el espacio y el tiempo; sus piezas más contemporáneas se nutren de los logros
de los siglos pasados e incluso los repertorios más clásicos se vuelven
modernos y vitales cada vez que se representan de nuevo. El teatro renace
siempre de sus cenizas, mudando sólo sus convenciones anteriores en sus nuevas
formas: así es como se mantiene vivo.
El Día Mundial del Teatro obviamente no es un día cotidiano
para ser integrado con el discurrir de los demás días. Nos da acceso a un
inmenso espacio-tiempo continuo a través de la pura majestuosidad del canon
global. Para tener la capacidad de conceptualizar esto, permítanme citar a un
dramaturgo francés, tan brillante como discreto, Jean Tardieu: al pensar en el
espacio, Tardieu dice que es sensato preguntar "¿cuál es el camino más
largo de uno a otro?"...Sugiere medir el tiempo "en décimas de
segundo, el tiempo que se tarda en pronunciar la palabra 'eternidad' "...
Para el espacio-tiempo, sin embargo, dice: "antes de que te duermas, fija
tu mente en dos puntos del espacio y calcula el tiempo que toma, en un sueño,
ir de uno a otro”. Es la frase en un sueño la que siempre se ha quedado
conmigo. Parece como si Tardieu y Bob Wilson se hubieran conocido. También
podemos resumir la singularidad temporal del Día Mundial del Teatro citando las
palabras de Samuel Beckett, que hace que el personaje de Winnie diga, en su
estilo expeditivo: "Oh, qué hermoso día habrá sido". Al pensar en este
mensaje, que me siento honrada de haber sido invitada a escribir, recordé todos
los sueños de todas estas escenas. Como tal, es justo decir que no vine sola a
esta sala de la UNESCO; cada personaje que he interpretado está aquí conmigo,
papeles que parecen desvanecerse cuando cae la cortina, pero que han tallado
una vida subterránea dentro de mí, esperando para socorrer o destruir los
papeles que siguen; Phaedra, Araminte, Orlando, Hedda Gabbler, Medea, Merteuil,
Blanche DuBois ... También, complementándome mientras estoy hoy ante ustedes,
están todos los personajes que amé y aplaudí como un espectadora. De esta
forma, por lo tanto, pertenezco al mundo. Soy griega, africana, siria,
veneciana, rusa, brasileña, persa, romana, japonesa, una newyorquina, una
marsellesa, una filipina, una argentina, una noruega, una coreana, una alemana,
una austriaca, una inglesa – una verdadera ciudadana del mundo, por virtud del
ensamblaje personal que existe dentro de mí. Ya que es aquí, en el escenario y
en el teatro, donde encontramos la verdadera globalización.
Laurence Olivier anunció en el Día Mundial del Teatro en
1964 que, después de más de un siglo de lucha, se acababa de crear un Teatro
Nacional en el Reino Unido, al que inmediatamente quiso transformar en un
teatro internacional, al menos en términos de su repertorio. Sabía muy bien que
Shakespeare pertenecía al mundo.
Al investigar la escritura de este mensaje, me alegró saber
que el mensaje inaugural del Día Mundial del Teatro de 1962 fue confiado a Jean
Cocteau, un candidato apropiado debido a su autoría del libro 'Around the World
Again in 80 Days' (Alrededor del mundo otra vez en 80 días). Esto me hizo darme
cuenta de que he ido alrededor del mundo de una manera diferente. Lo hice en 80
representaciones o en 80 películas. Incluyo películas en esta celebración ya
que no hago distinciones entre interpretar en el teatro o interpretar en
películas, lo que incluso me sorprende cada vez que lo digo, pero es cierto,
así es, no veo diferencia entre los dos.
Hablando aquí no soy yo misma, no soy una actriz, soy una de
las muchas personas que el teatro usa como un conducto para existir y es mi
deber ser receptivo a esto - o, en otras palabras, nosotros no hacemos que el
teatro exista, es más bien gracias al teatro que existimos. El teatro es muy
fuerte. Resiste y sobrevive a todo, guerras, censores, penuria.
Basta con decir que "el escenario es una escena desnuda
de un tiempo indeterminado" - todo lo que necesita es un actor. O una
actriz. ¿Qué van a hacer? ¿Qué dirán? ¿Hablarán? El público espera, lo sabrá,
porque sin el público no hay teatro - nunca lo olvidéis. Una sola persona es ya
una audiencia. Pero ¡esperemos que no hayan demasiados asientos vacíos! Las
realizaciones de las producciones de Ionesco están siempre llenas, y él representa
este valor artístico franco y hermoso teniendo, al final de una de sus obras,
una la vieja señora que dice; "Sí, sí, muere en plena gloria. Muramos para
entrar en la leyenda... al menos tendremos nuestra calle... "
El Día Mundial del Teatro lleva 55 años existiendo. En 55
años, soy la octava mujer en ser invitada a pronunciar un mensaje - si se puede
llamar a esto un "mensaje" -. Mis predecesores (oh, cómo se impone la
masculinidad de la especie) hablaron del teatro de la imaginación, la libertad
y la originalidad para evocar la belleza, el multiculturalismo y plantear
preguntas sin respuesta. En 2013, hace apenas cuatro años, Darío Fo dijo:
"La única solución a la crisis radica en la esperanza de la gran caza de
brujas contra nosotros, especialmente contra los jóvenes que quieren aprender
el arte del teatro: así una nueva diáspora de actores surgirá que
indudablemente extraerán de esta limitación beneficios inimaginables al
encontrar una nueva representación”. Beneficios inimaginables - suena como una buena
fórmula, digna de ser incluida en cualquier retórica política, ¿no les parece?
...
Como estoy en París, poco antes de una elección
presidencial, quisiera sugerir que aquellos que aparentemente anhelan
gobernarnos deben ser conscientes de los beneficios inimaginables que produce
el teatro. Pero también me gustaría destacar, ¡no a la caza de brujas!
El teatro representa para mí el otro en su diálogo y es la
ausencia del odio. "Amistad entre los pueblos" – ahora, no sé mucho
sobre lo que esto significa, pero creo en la comunidad, en la amistad entre
espectadores y actores, en la unión duradera entre todos los personas que el
teatro reúne - traductores, educadores, diseñadores de vestuario, artistas de
escena, académicos, profesionales y audiencias. El teatro nos protege; nos da
cobijo... Creo que el teatro nos ama... tanto como lo amamos nosotros...
Recuerdo un director de escena para el cual trabajé, que,
antes de que subiera la cortina nocturna gritaba, con plena firmeza de garganta
"¡Hagan espacio para el teatro!" – y éstas serán mis últimas palabras
esta noche. Gracias
Isabelle Huppert, Francia
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