De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Se encuentra Enrique Peña Nieto, presidente de México, con
la Comunidad Libanesa en México, presidida por Alejandro Serio Morales, a las 15:00
horas del Centro, 9 TU, en el Centro Libanés, en la Colonia Crédito
Constructor, Delegación Benito Juárez de la Ciudad de México.
El pasado domingo 12 de marzo celebramos el 17° Día Mundial
del Emigrante Libanés en la Unidad Hermes, una festividad muy importante para
nuestra comunidad.
Con base en documentos de la Embajada de Líbano en México:
Los libaneses empezaron a llegar a México desde las últimas
décadas del siglo XIX y se
integraron a la nueva sociedad desde la
primera generación. Hoy los mexicanos conocen a los libaneses como amigos de la
infancia, como vecinos o compañeros de la escuela o en la profesión. En breve,
se encuentran presentes en todos los ámbitos de la vida nacional mexicana.
El fenómeno de la emigración libanesa forma parte fundamental
de la historia moderna y de la cultura de este país ya que el Monte Líbano
comenzó a vivir una época marcada por la escasez de recursos después de
aislarse de su entorno con el régimen de Mutasarifiya en 1861, las tierras eran
infértiles y la agricultura fue y siempre ha sido un sector difícil de
aprovechar.
Para finales del siglo XIX y principios del XX los libaneses
comenzaron a buscar una mejor forma de vida para sus familias y futuros
descendientes en otras regiones del mundo, y aunque haya sido una necesidad
dolorosa, la emigración ha traído
consigo beneficios muy positivos para Líbano y para los países donde se han
establecido los libaneses. Con su participación activa y constructiva en el
comercio, la industria, la política, cultura y la economía de cada una de las
sociedades a las que se integraron.
Un gran número de los primeros libaneses que llegaron a
México se dedicó al comercio ambulante, deambulando por los distintos pueblos
del país y barrios de las ciudades, vendiendo una gran variedad de mercancías
que exhibían en cajones colgados de sus cuellos o carretas.
En 1921, terminada la Primera Gran Guerra, los Estados
Unidos decretaron leyes migratorias muy restrictivas hacia los inmigrantes, y
sobre todo a los que venían de Medio Oriente y Europa del Este, es decir a
ciudadanos del extinto Imperio Otomano. Como respuesta los emigrados cambiaron
su ruta hacia América Latina, mirando esencialmente hacia Brasil y Argentina.
México fue el cuarto país receptor de la ola libanesa en América Latina.
Las primeras oleadas llegaron a Veracruz, Tampico y
Progreso, fin de la ruta Beirut, Marsella, Estados Unidos o Cuba. Al pisar
tierra, una nueva vida empezaba. El ejemplo que dieron los libaneses frente a
situaciones extremas determinó a sus descendientes a ser buenos ciudadanos.
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