miércoles, 8 de marzo de 2017

Enfrenten el discurso del odio en EU y el mundo, convoca la CNDH en Ginebra

* El Ombudsman nacional, Luis Raúl González Pérez, participó en la 30ª Asamblea General de la GANHRI en Ginebra, Suiza, donde señaló que ese discurso pone en riesgo la dignidad humana y los derechos de toda persona


De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político


Luis Raúl González Pérez,
Ombudsman nacional, destacó en la
30ª Asamblea General de la Alianza Global
de Instituciones Nacionales de
Derechos Humanos
(GANHRI) en Ginebra.
(Foto: Arcano Radio)
Convocó este miércoles 8 de marzo en Ginebra, Suiza, la Comisión Nacional de Derechos Humanos a más de cien organismos mundiales, a enfrentar el resurgimiento del discurso de odio en Estados Unidos y en el mundo, en el Panel “Factores que contribuyen al clima de violencia”, en el marco de la 30ª GANHRI.

Luis Raúl González Pérez, Ombudsman nacional, destacó en la 30ª Asamblea General de la Alianza Global de Instituciones Nacionales de Derechos Humanos (GANHRI), que preside Beate Rudolph y se lleva a cabo en Ginebra, que se trata de un asunto de gravedad, ya que pone en riesgo el reconocimiento de la dignidad humana y los derechos iguales e inalienables que corresponden a toda persona.

González Pérez compartió el panel, que fue presidido por Chemuta Divine Banda, Presidenta Regional para África de la GANHRI y Presidenta de la Comisión de Derechos y Libertades Humanos de Camerún, y moderado por Félix Kirchmeier, Director de Estudios Políticos de la Academia de Ginebra, con Magali Lafourcade, Secretaria General de la Comisión Nacional Consultiva de los Derechos Humanos de Francia; Bongani Majola, Presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Sudáfrica, y Sima Samar, Presidente de la Comisión Independiente de Derechos Humanos de Afganistán.

Ante representantes de más de 100 instituciones miembros de la GANHRI, reunidos en el Palacio de las Naciones, el Ombudsman mexicano llamó a retomar con vigor los postulados de “La Declaración y el Programa de Acción de Durban” para que, desde las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos se impulse una plataforma para luchar contra la discriminación, xenofobia e intolerancia, así como se promueva una cultura de respeto a la multiculturalidad y mostrar la riqueza y valor de vivir y convivir en la diversidad.

“El siglo XX se caracterizó por la intolerancia y el enorme dolor que le causó a la humanidad; estamos a tiempo de revertir esta tendencia y de hacer del siglo XXI el siglo de los derechos humanos. El respeto y el reconocimiento a las diferencias no es una utopía, es una realidad posible y también tenemos muestras de ello”, afirmó.

En su ponencia sobre “El rol de las Instituciones Nacionales de Derechos Humanos ante el Discurso de Odio”, destacó que el discurso de odio que se creía residuo del pasado, “cobra actualidad y vigencia como una renovada retórica que degrada, intimida, promueve prejuicios e incita a la violencia contra personas y colectivos, ya no sólo por motivos de raza sino, fundamentalmente, por diferencias culturales basadas en la nacionalidad, la condición social y económica, las preferencias sexuales o las convicciones religiosas”.

Subrayó que la promoción del discurso transgresor de la actualidad se ensaña con los grupos en mayor situación de vulnerabilidad, como son los migrantes y refugiados, toda vez que, desde las más altas esferas del poder, se promueve un rechazo extremadamente violento en su contra.

“Desde la lógica de los derechos humanos –enfatizó— hemos aprendido que un prejuicio lleva a la discriminación; la discriminación, a la persecución, y la persecución, al exterminio”.

Luego de referir que el racismo, la xenofobia y las nuevas formas de exclusión y discriminación responden, como antaño, a la construcción simbólica, que no real, de un “enemigo”, González Pérez recordó que el discurso de odio dejó como dolorosas lecciones en el siglo XX dos guerras mundiales y tres genocidios, como el ocurrido en Ruanda, donde la mitad de la población exterminó a la otra mitad.

“No podemos volver al pasado, no podemos permitir que el discurso de odio gane terreno, basado en un supuesto ejercicio de la libertad de expresión y las libertades públicas”, aseguró.

Explicó que este problema se agrava cuando tales expresiones emanan de las autoridades e instituciones del Estado, particularmente si provienen de un mandatario con poder e incidencia en todo el mundo.

“Sabemos también –continuó— que este discurso es contagioso al carecer de virtudes cognitivas o de argumentos racionales, pero sí cargado de elementos emocionales y sensitivos que refuerzan la idea de una “supuesta seguridad y protección”, garantizada en la medida que se excluye y discrimina a los otros, los extraños, los extranjeros, los diferentes”.


González Pérez se pronunció, finalmente, por propiciar un diálogo civilizatorio como sustento que da cuerpo y contenido a la Agenda 2030 sobre Desarrollo Sostenible, para que “nadie quede atrás, que nadie quede excluido”, y señaló que la diversidad cultural debe adoptarse como característica permanente que enriquece y recrea nuestra humanidad en lo individual y a nuestras sociedades conformadas por la multiculturalidad.

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