De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Inadecuados el nivel y la calidad de la infraestructura en AL
y el Caribe son inadecuados. Son los principales obstáculos para el desarrollo,
determinan en Washington Izabela Karpowicz, Troy Matheson y Svetlana Vtyurina,
economistas de la División Sur 1 del Departamento del Hemisferio Occidental del
Fondo Monetario Internacional (FMI).
Puntualizaron que hay algunos países de la región que se
destacan por sus resultados relativamente buenos en estas dimensiones (por
ejemplo, México por la disponibilidad de financiamiento y Colombia por su
proceso presupuestario plurianual).
En Arcano Radio, asociada a RNU y a RFI, otra forma de
escuchar para ver el mundo, reproducimos el La inversión en infraestructura en
América Latina y el Caribe, publicado en el portal del FMI:
La infraestructura es fundamental para el desarrollo y la
prosperidad de un país: facilita la actividad económica al fomentar la
productividad, la competitividad y el comercio interno y transfronterizo de un
país. Pero en América Latina y el Caribe, el nivel y la calidad de la
infraestructura son inadecuados, y se ha determinado que son uno de los
principales obstáculos para el desarrollo, a pesar de que la red de
infraestructura de la región ha experimentado algunas mejoras en la última
década.
En nuestro informe regional más reciente se examina el
estado de la infraestructura en América Latina y el Caribe y se señalan
aspectos clave de las redes de infraestructura en los que podrían introducirse
mejoras.
¿Cuál es la situación en la región?
El crecimiento económico y la inversión en infraestructura
se refuerzan mutuamente. Por un lado, el crecimiento ayuda a generar los
recursos necesarios para financiar la inversión en infraestructura e impulsa la
demanda de mejores servicios de infraestructura, mientras que por el otro lado,
las mejoras infraestructurales incentivan la actividad económica y estimulan el
potencial productivo de un país a lo largo del tiempo. No sorprende entonces
que exista una relación positiva entre la calidad de la infraestructura y los
niveles de ingreso en los diferentes países (véase el gráfico 1). Pero como se
observa en el gráfico, las calificaciones de muchos países de América Latina y
el Caribe en materia de calidad de la infraestructura son más bajas de lo que
cabría esperar dado su nivel de desarrollo (medido en función del ingreso per
cápita relativo). De hecho, la infraestructura de los países de América Latina
y el Caribe es de menor calidad que la de países de otras regiones con niveles
de ingreso semejantes. Esta brecha es más notoria cuando se la compara con las
economías avanzadas.
Nuestro estudio asimismo revela que muchos países de la
región tienen redes de infraestructura muy deficientes en comparación con las
de sus rivales exportadores (véase el cuadro 2). En la actual coyuntura de
débil demanda externa, la pérdida de competitividad atribuible a la calidad de
la infraestructura física ha significado un lastre considerable para el
crecimiento. Esto pone de manifiesto la necesidad de realizar esfuerzos más
concertados para mejorar la calidad de la infraestructura en la región.
Mejorar las instituciones
Los gobiernos cumplen una función importante a la hora de
promover la inversión en infraestructura. Pero la gestión de la inversión
pública en infraestructura puede presentar desafíos. Los economistas en general
coinciden en que hay varios factores que inciden en el nivel, la composición y
el impacto de la inversión en infraestructura en la economía, como por ejemplo
los mecanismos jurídicos, institucionales y de procedimiento de gestión de la
inversión pública. Por esta razón, el FMI ha formulado un marco para evaluar en
términos amplios la gestión de la inversión pública. Esta herramienta de
evaluación tiene en cuenta las prácticas y los marcos sobre los que se asienta
todo el proceso de inversión, y ayuda a identificar ámbitos en los que podrían
efectuarse mejoras.
En el caso de América Latina y el Caribe, el marco muestra
que en general en la región existen instituciones nacionales y sectoriales de
planificación (véase el gráfico 3). Pero en todos los otros aspectos del
proceso de inversión pública se observan atributos clave que podrían ser
mejorados, sobre todo si se los compara con los de los de las economías
avanzadas. Algo que llama la atención es que los resultados de la región son
mejores que los de otros mercados emergentes en lo que se refiere a la
transparencia en la evaluación, ejecución y gestión de los proyectos. Pero los
resultados de la región dejan mucho que desear en términos de disponibilidad de
financiamiento y el uso de marcos presupuestarios plurianuales. También es
necesario proteger mejor la inversión en infraestructura y mantener el capital
en infraestructura existente a lo largo del ciclo económico para preservar de
mejor manera la calidad de la infraestructura. Pero aun así, hay algunos países
de la región que se destacan por sus resultados relativamente buenos en estas
dimensiones (por ejemplo, México por la disponibilidad de financiamiento y
Colombia por su proceso presupuestario plurianual).
Más allá de los fondos públicos
El cierre de las brechas de infraestructura no es solo un
tema de recursos públicos. Según el análisis detallado que se presenta en el
informe, el sector privado ha estado desempeñando un papel cada vez más
importante en el suministro de infraestructura, y la política pública puede
apuntar a catalizar y apoyar la inversión privada en infraestructura. Se debe
alentar la participación del sector privado, por ejemplo, mejorando los marcos
regulatorios, facilitando estructuras económicamente sólidas para el cobro de
derechos de uso y garantizando la protección adecuada de los contratos. Las
asociaciones público-privadas también deben ser una opción si permiten lograr
mejoras de eficiencia, pero es fundamental garantizar la gestión activa y el
registro transparente de los riesgos a los que están expuestos los presupuestos
públicos.
El desarrollo de mercados financieros profundos para bonos
de infraestructura y otros mecanismos innovadores de financiamiento también
puede facilitar la movilización de recursos para proyectos y al mismo tiempo
moderar el riesgo cambiario. Varios países han logrado avances importantes en
estos aspectos (por ejemplo, Brasil), y constituyen ejemplos útiles para la
región en general.
Si la región de América Latina y el Caribe no continúa
mejorando las redes de infraestructura, existe el riesgo de que las
deficiencias infraestructurales menoscaben cada vez más el crecimiento y las
perspectivas de desarrollo de la región. El fortalecimiento de los procesos y
las prácticas de gestión de la inversión pública es importante para garantizar
que el dinero de los contribuyentes sea aprovechado de forma eficaz, y la
regulación inteligente puede potenciar al máximo la capacidad del sector
privado para contribuir al desarrollo de la infraestructura.
No hay comentarios:
Publicar un comentario