De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Estigmatizadas y en la pobreza, celebran su día mundial este
jueves 23 de junio, 259 millones de viudas, declarado el día 23 de junio de
2011 por la Asamblea General de la ONU.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con su promesa
de no dejar a nadie atrás, tiene un significado especial para las viudas, que
se encuentran entre las personas más marginadas y aisladas, señaló el sudcoreano
Ban Ki-moon, secretario General de la ONU, en su mensaje del Día Internacional
de las Viudas.
Por considerarlo de interés, les compartimos en Arcano Radio, asociada a RNU y a RFI, otra forma de escuchar para ver el mundo, el mensaje de Ban Ki-moon:
En el mundo hay unos 259 millones de viudas, casi la mitad
de ellas viven en la pobreza y, con frecuencia, son estigmatizadas por sus
familias y sus comunidades. Muchas viudas son discriminadas por razón de su
edad y género. Algunas de ellas llevan una vida marcada por los abusos físicos
y sexuales.
Las viudas de más edad suelen tener pocos activos
económicos, después de una vida de trabajo arduo pero no remunerado, y sus
pensiones, incluso en los países desarrollados, pueden llegar a ser inferiores
en un 40% a las de los hombres.
Las viudas más jóvenes tienen que afrontar otros problemas
ya que son cabezas de familia responsables del cuidado de sus hijos pero tienen
oportunidades económicas muy limitadas.
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, con su promesa
de no dejar a nadie atrás, tiene un significado especial para las viudas, que
se encuentran entre las personas más marginadas y aisladas.
En el Día Internacional de las Viudas, comprometámonos a
hacer que las viudas tengan mayor visibilidad en nuestras sociedades, y a prestarles
el apoyo que necesitan para poder llevar vidas productivas, plenas y en
condiciones de igualdad.
Mujeres invisibles, problemas invisibles
Cuando enviudan, las mujeres de muchos países a menudo se
enfrentan con la denegación de sus derechos de herencia y a la tierra,
degradantes rituales de sepultura y duelo con riesgo de vida y otras formas de
abuso.
Con frecuencia, incluso integrantes de su propia familia
desalojan a las viudas de sus hogares y abusan de ellas físicamente (a algunas
hasta las asesinan). En gran cantidad de países, la condición social de la
mujer está inextricablemente vinculada a la de su esposo, de modo que cuando él
muere, la mujer ya no tiene lugar en la sociedad. Para volver a lograr
condición social, se espera que las viudas se casen con uno de los parientes de
su esposo, a veces contra su voluntad. Para muchas, la pérdida de un esposo es
sólo el primer hecho traumático de una terrible experiencia a largo plazo.
En muchos países, se estigmatiza a la viudez y se la ve como
el origen de la vergüenza. En algunas culturas, se cree que las viudas están
malditas e incluso se las asocia con la brujería. Tales errores de concepto
pueden resultar en que las viudas sean víctimas de aislamiento, abuso o
situaciones peores. Las investigaciones realizadas por HelpAge International,
por ejemplo, han revelado que en Tanzania cientos de mujeres (mayormente
viudas) han sido asesinadas debido a que se las acusó de ser brujas.
Con frecuencia, los hijos de las viudas se ven afectados
tanto emocional como económicamente. Las madres que quedaron viudas y que ahora
tienen que mantener solas a sus familias se ven obligadas a retirar a sus hijos
de la escuela y depender de su trabajo. Además, las hijas de las viudas pueden
sufrir gran cantidad de privaciones, lo que eleva su vulnerabilidad a ser
víctimas de abuso.
Tales crueldades con frecuencia se consideran como
justificadas en términos de la práctica cultural o religiosa. La impunidad por
los abusos de los derechos de las viudas es algo extendido y son pocos los
autores a los que se los lleva ante la justicia. Incluso en países donde la
protección legal es más inclusiva, las viudas pueden sufrir marginalización
social.
Pobreza
A lo largo de un amplio espectro de países, religiones y
grupos étnicos, una mujer queda en la indigencia cuando muere su esposo.
Frecuentemente, la pobreza empeora por tener poco o ningún acceso al crédito o
a otros recursos económicos y por el analfabetismo o la falta de educación. Sin
educación y capacitación, las viudas no pueden mantenerse a ellas mismas ni a
sus familias.
Gran cantidad de viudas de sociedades tradicionales no
tienen derechos, o los tienen muy limitados, a heredar o a la propiedad de la
tierra, según la tradición y la ley religiosa. Al carecer de derechos de
herencia, inclusive de derechos a la propiedad de su familia biológica, las
viudas se encuentran inseguras a nivel financiero y totalmente dependientes de
la caridad de los parientes de su esposo.
En India, donde la viudez constituye una institución de baja
condición social como así también una condición personal, sus familiares les
quitan las propiedades a miles de viudas y quedan en la calle, motivo por el
cual se ven obligadas a buscar trabajos informales como trabajadoras
domésticas, o comenzar a mendigar o a prostituirse.
Las viudas de los países en desarrollo también pueden
enfrentar dificultades particulares, que van desde la pérdida de la cobertura
del seguro hasta las dificultades para acceder a créditos al ser las únicas
responsable del cuidado de los hijos. En ciertos casos, las viudas pueden ser
responsables de las deudas de su esposo fallecido.
Violencia contra las viudas
La violencia contra las mujeres es una de las violaciones de
los derechos humanos más extendidas, que afecta a las mujeres de todos los
orígenes, edades, culturas y países. Las viudas no son la excepción y, de
hecho, pueden encontrarse particularmente en un alto riesgo de sufrir
violencia.
En gran cantidad de países, pero especialmente en todo
África y Asia, las viudas son víctimas de la violencia a nivel físico y mental
(inclusive el abuso sexual) relacionado con disputas por la herencia, la tierra
y la propiedad. Al no gozar de los derechos a la propiedad de los bienes de su
esposo, una viuda puede ser sometida a abusos y expulsada de su hogar. En
África, el abuso a las viudas atraviesa los límites étnicos, de clase y de
ingresos, y deja a las viudas entre las más vulnerables y pobres de la región.
Se fuerza a las mujeres a participar en prácticas
tradicionales perjudiciales, degradantes e incluso con riesgo de vida como
parte de los rituales de sepultura y duelo. Por ejemplo, en una cantidad de
países, se obliga a las viudas a beber el agua con la que se ha lavado los
cadáveres de sus esposos. Los rituales de duelo también pueden implicar tener
relaciones sexuales con sus parientes varones, afeitarse el cabello y
escarificación.
Impacto en la salud
La nutrición deficiente, viviendas inapropiadas y
vulnerabilidad ante la violencia, conjuntamente con la falta de acceso a la
atención médica, pueden impactar el bienestar físico y mental de las viudas.
Las necesidades relativas a la salud sexual y reproductiva de las viudas pueden
quedar sin abordarse, incluso el hecho de que las viudas sean con frecuencia
víctimas de violación.
Las viudas son particularmente vulnerables respecto a
contraer VIH y SIDA. Posiblemente, no se informe a las mujeres de que la causa
del fallecimiento de su esposo esté relacionada con el SIDA y se las somete a
un ritual de purificación manteniendo relaciones sexuales con sus parientes
hombres, independientemente de su condición respecto del VIH. La inseguridad
económica que es consecuencia de la viudez también impulsa a las mujeres y
niñas a ser trabajadoras sexuales.
Las viudas y las situaciones relativas a conflictos armados
Una gran cantidad de mujeres quedan viudas debido a un
conflicto armado. En ciertas partes del este de la República Democrática del
Congo, por ejemplo, se informa que alrededor del 50 por ciento de las mujeres
son viudas, a la vez que se estima que existen tres millones en Irak y más de
70.000 en Kabul, Afganistán.
Las viudas luchan por cuidarse a sí mismas y a sus hijos en
sus propios países, en los campos de refugiados o en los países de asilo. En
varias situaciones posteriores al conflicto, una elevada cantidad de niños dependen
de sus madres que han quedado viudas (con frecuencia mujeres jóvenes, a veces
siendo ellas mismas niñas) como único medio de manutención. Asimismo, las
abuelas que quedaron viudas quedan a cargo de sus nietos huérfanos y enfermos.
Antes de quedar viudas durante el conflicto, muchas mujeres
ven a sus esposos torturados, mutilados o sufriendo otro tratamiento cruel e
inhumano. Las viudas mismas pueden quedar sujetas a la violencia relacionada
con los conflictos (lo que incluye la violencia sexual como táctica de guerra)
y ser víctimas de la misma durante o después de los conflictos armados
informados en cada zona de guerra internacional o nacional. Tras haber sido
violadas y mutiladas, muchas viudas se infectan de VIH durante el conflicto.
Las viudas de los países que salen de un conflicto armado
son vulnerables ante el abuso constante y con frecuencia sufren más violencia y
discriminación en el periodo posterior al conflicto. El maltrato hacia las
viudas puede tener un impacto negativo sobre las inversiones en materia de paz
y seguridad, contribuyen al ciclo de la pobreza, genera descontento e
inseguridad y, en última instancia, desafía a la democracia y a la seguridad
sostenibles.
En pos del progreso para las viudas
La escasez de datos fidedignos confiables sigue siendo uno
de los más importantes obstáculos para el desarrollo de políticas y programas
que aborden la situación de pobreza, violencia y discriminación que sufren las
viudas. Se presenta la necesidad de mayores investigaciones y estadísticas
desglosadas por estado civil, género y edad, para que revelen la incidencia del
abuso de las viudas e ilustren su situación.
Asimismo, los gobiernos deben tomar medidas para sostener
sus compromisos en pos de garantizar los derechos de las viudas tal como los
consagra el derecho internacional, lo que incluye la Convención sobre la
eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y la
Convención de los derechos del niño.6 Incluso cuando existen leyes que protegen
los derechos de las viudas, la debilidad de los sistemas judiciales de gran
cantidad de Estados compromete la forma en que se defienden los derechos de las
viudas en la práctica y debe abordarse. La falta de concienciación y la
discriminación por parte de los funcionarios judiciales puede provocar que las
viudas eviten acudir al sistema judicial para reclamar la restitución de sus
derechos.
Asimismo se deben emprender programas y políticas para
terminar con la violencia contra las viudas y sus hijos, mitigar la pobreza,
brindar educación y otras formas de ayuda a las viudas de todas las edades, que
se incluyan en el contexto de los planes de acción para acelerar el logro de
los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
En situaciones posteriores al conflicto, se debe convocar a
las viudas para que participen plenamente de los procesos de reconciliación y
consolidación de la paz a los fines de garantizar que contribuyan a la paz y
seguridad sostenibles.
Empoderar a las viudas mediante el acceso a la atención
médica adecuada, educación, empleo decente, plena participación en el proceso
de toma de decisiones y en la vida pública, así como llevar una vida sin
violencia, les daría la oportunidad de desarrollar una vida segura después del
duelo. De gran importancia es la creación de oportunidades para las viudas que
también pueden ayudar a la protección de sus hijos y evitar el ciclo de pobreza
y privaciones intergeneracional.
El Día Internacional de las Viudas es una oportunidad para
tomar acción en pos del logro de sus plenos derechos y del reconocimiento para
las viudas: invisibles, ignoradas y despreciadas durante mucho tiempo.
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