De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Generalizada y aceptada, la tortura en el mundo, un crimen
contra la humanidad, denunció este domingo 26 de junio el sudcoreano Ban
Ki-moon, secretario general de la ONU, al conmemorarse el Día Internacional en
Apoyo de las Víctimas de la Tortura.
El 12 de diciembre de 1997, la Asamblea, por recomendación
del Consejo Económico y Social (decisión 1997/251), proclamó el 26 de junio Día
Internacional de las Naciones Unidas en Apoyo de las Víctimas de la Tortura
(resolución 52/149), con vistas a la erradicación total de la tortura y a la
aplicación efectiva de la Convención contra la Tortura y otros Tratos o Penas
Crueles, Inhumanos o Degradantes (resolución 39/46 Documento PDF), que entró en
vigor el 26 de junio de 1987.
Con la tortura se trata de destruir la personalidad de la
víctima despreciando la dignidad intrínseca de todo ser humano. Las Naciones
Unidas han condenado desde sus comienzos la práctica de la tortura por ser uno
de los actos más aborrecibles que los seres humanos cometen contra sus
semejantes.
La tortura se considera un crimen en el derecho
internacional. En todos los instrumentos internacionales la tortura está
absolutamente prohibida y no puede justificarse en ninguna circunstancia.
Esta prohibición forma parte del derecho internacional
consuetudinario, lo que significa que es vinculante para todos los miembros de
la comunidad internacional, aun si un Estado no ha ratificado los tratados
internacionales en los que se prohíbe explícitamente la tortura.
La práctica sistemática y generalizada de la tortura
constituye un crimen contra la humanidad.
Para recuperarse de la tortura se requieren programas
especializados de rápida actuación. El trabajo de los centros de rehabilitación
y de las organizaciones de todo el mundo han demostrado que las víctimas pueden
hacer la transición desde el horror a la curación.
Este año, 2016, también se cumple el 35 aniversario del
Fondo Voluntario de la ONU Disponible en inglés para las Víctimas de la Tortura,
administrado por la Oficina el Alto Comisionado de las Naciones Unidas de
Derechos Humanos en Ginebra, un único mecanismo centrado en las víctimas que
canalizan los fondos para la asistencia de las víctimas de la tortura y de sus
familias.
Por considerarlo de interés general, en Acrano Radio, asociada a RNU y a RFI; otra forma de escuchar para ver el mundo, les compartimos el mensaje del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon:
En todo el mundo y en cada región, los hombres, mujeres y
niños siguen siendo víctimas de la tortura a manos de agentes no estatales y a
consecuencia directa de las políticas de Estado. A pesar de su prohibición
absoluta en virtud del derecho internacional, esta práctica deshumanizante
sigue siendo generalizada y, de manera aún más preocupante, está incluso
ganando aceptación.
La ley es muy clara al respecto: no se puede recurrir a la
tortura en ningún momento ni bajo ninguna circunstancia, incluso durante un
conflicto o cuando esté en peligro la seguridad nacional. En este Día
Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, expresamos nuestra
solidaridad y apoyo a los cientos de miles de víctimas de la tortura y sus
familiares en todo el mundo.
La Convención contra la Tortura, ratificada hasta la fecha
por 159 Estados Partes de las Naciones Unidas, estipula que los Estados deben
velar por que las víctimas de la tortura bajo su jurisdicción obtengan
reparación, incluidos los medios para una rehabilitación tan completa como sea
posible. Cuando los Estados descuidan su obligación de prevenir la tortura y no
proporcionan, de manera rápida y efectiva, indemnización, rehabilitación y
formas de reparación a las víctimas de la tortura, el Fondo de Contribuciones
Voluntarias de las Naciones Unidas para las Víctimas de la Tortura constituye
un último recurso esencial. Establecido por la Asamblea General de las Naciones
Unidas hace 35 años, el Fondo apoya a cientos de organizaciones que prestan
asistencia letrada, social, psicológica y médica a unas 50.000 víctimas por
año.
El Fondo requiere un mínimo de 12 millones de dólares en
contribuciones voluntarias anuales. Insto encarecidamente a los Estados a que
apoyen a las víctimas respaldando este fondo de las Naciones Unidas y a que
sigan participando plenamente en la lucha contra la tortura y la impunidad. La
asistencia a las víctimas de la tortura y la erradicación de este crimen
beneficiará a sociedades enteras y ayudará a lograr un futuro digno y seguro para
todos.
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