miércoles, 8 de marzo de 2017

Se abre la brecha del 45 por ciento salarial entre migrantes latinoamericanas y afrodescendientes en EU

De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político


Se abre en 45 por ciento la brecha salarial entre latinoamericanas inmigrantes y afrodescendientes en relación al salario masculino en Estados Unidos, denunció en Washington, este miércoles 8 de marzo la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA motivo del Día Internacional de la Mujer.

En 2015, las mujeres que trabajaban a tiempo completo en los Estados Unidos ganaban en promedio 78 centavos por cada dólar que ganaba un hombre, una brecha salarial de casi 20 por ciento, y un aumento de sólo 17 centavos de dólar desde que la Ley de Igualdad de Pago de 1963 fue promulgada.
Los datos son aún más problemáticos con respecto a las mujeres de minorías raciales, quienes están sujetas a discriminación racial además de la discriminación de género.

En este sentido, en los Estados Unidos, en promedio, a las mujeres afrodescendientes se les paga sólo 64 centavos y a las latinoamericanas sólo 54 centavos por cada dólar que gana un hombre.

Lo mismo ocurre en los países latinoamericanos: en Brasil, por ejemplo, mientras que las mujeres ganan un salario promedio de $430 en comparación con $ 610 de los hombres, las mujeres afrodescendientes son las menos pagadas, con $315.

La Comisión apoya la iniciativa de la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer de las Naciones Unidas para centrar su 61ª sesión en el tema del “Empoderamiento económico de las mujeres en el mundo del trabajo”, ya que reconoce que la igualdad de género y el empoderamiento de todas las mujeres y niñas son fundamentales para el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, y son un prerrequisito para lograr avances en todos los objetivos y metas de desarrollo sostenible.

La Comisión observa que la discriminación en contra de las mujeres continúa arraigada en las desigualdades estructurales e inequidades entre hombres y mujeres en todos los países del hemisferio, y que el lugar de trabajo no es la excepción a esta realidad.

En efecto, a pesar del aumento significativo de la participación de las mujeres en el mercado laboral en las últimas décadas, la Comisión observa que una serie de obstáculos continúan impidiendo que las mujeres de las Américas tengan acceso a la igualdad de oportunidades de trabajo y condiciones de empleo, a un empleo de calidad y a un lugar de trabajo libre de acoso sexual.

En este sentido, la Comisión ha recibido información acerca de la brecha salarial entre hombres y mujeres, independientemente del nivel de educación o de formación de las mujeres.

En 2015, las mujeres que trabajaban a tiempo completo en los Estados Unidos ganaban en promedio 78 centavos por cada dólar que ganaba un hombre, una brecha salarial de casi 20 por ciento, y un aumento de sólo 17 centavos de dólar desde que la Ley de Igualdad de Pago de 1963 fue promulgada.
Los datos son aún más problemáticos con respecto a las mujeres de minorías raciales, quienes están sujetas a discriminación racial además de la discriminación de género.

En este sentido, en los Estados Unidos, en promedio, a las mujeres afrodescendientes se les paga sólo 64 centavos y a las latinoamericanas sólo 54 centavos por cada dólar que gana un hombre.

Lo mismo ocurre en los países latinoamericanos: en Brasil, por ejemplo, mientras que las mujeres ganan un salario promedio de $430 en comparación con $ 610 de los hombres, las mujeres afrodescendientes son las menos pagadas, con $315.

La Relatora sobre los Derechos de la Mujer, Comisionada Margaret May Macaulay, también expresó su preocupación por la importancia de discutir "el carácter apremiante del acoso sexual que las mujeres tienen que combatir  en todas las esferas del trabajo y sus devastadoras consecuencias".

El acoso sexual es un problema generalizado que afecta a las mujeres en todo tipo de lugares de trabajo, en todos los niveles de empleo, y en cada país del hemisferio. Los estudios han demostrado que el acoso sexual tiene un daño significativo en la salud física, mental y emocional de las trabajadoras.

Al respecto, la Comisión exhorta a los Estados a responder hacia  las conductas que afecten la dignidad de las mujeres en el lugar de trabajo o generen un ambiente de trabajo hostil o inseguro, y solicita a los Estados adoptar medidas inmediatas y efectivas para investigar y sancionar a los autores de esta forma de violencia contra las mujeres.

La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia.


La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.

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