De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Al concluir este 3 de abril en Antigua, Guatemala, la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) aprobó 23 informes nacionales sobre la libertad
de prensa, así como 12 resoluciones sobre distintos temas que afectan a los
países de la región.
En su Reunión de Medio Año en la ciudad guatemalteca tras
cuatro días de seminarios, paneles y presentaciones especiales sobre el
presente y el futuro de la industria de la prensa y, en particular, la
discusión en torno a las dificultades que afectan el desempeño de la libertad
de prensa en las Américas.
Estas son las Conclusiones:
Un patrón de conducta, que comienza con el hostigamiento a
la prensa y culmina con el asesinato de periodistas, queda al descubierto al
analizar los informes sobre la libertad de expresión en los distintos países de
América que se han presentado en esta reunión de medio año. Los enemigos de la
prensa libre comienzan a hostilizar a los periodistas y a los dueños de medios,
luego la creciente hostilidad se transforma en intimidaciones y amenazas, para
más adelante culminar en ataques violentos, hackeos y prohibiciones para
desarrollar sus actividades y así mantener informados a los ciudadanos.
Lo más alarmante son los asesinatos de periodistas, que
continúan semestre tras semestre sin disminuir. Esta vez, 13 periodistas
perdieron la vida desde la reunión en México, sólo por dedicarse a informar a
sus comunidades: 5 murieron en México; 3 cayeron en Perú; 2 en Guatemala; 2 en
República Dominicana y 1 en Honduras. Tan grave como ello es que casi la
totalidad de los casos, los autores de los crímenes gozan de total impunidad y
con el paso del tiempo, el delito prescribe. En este período, cuatro asesinatos
ocurridos en Colombia entre 1996 y 1997 han prescrito después de 20 años en
medio de la indiferencia e inacción de las autoridades. 76 casos han prescritos
en los últimos años.
Pese a la brutalidad de los crímenes, no es esta la única
forma de silenciar a la prensa. En algunos países como Cuba, Ecuador y
Venezuela se ha logrado amordazar a los medios informativos y mantener
desinformados a los ciudadanos sin que se hayan registrado asesinatos de
periodistas en estos meses. No obstante, se ha conseguido suspender la
publicación de diferentes medios a través de la asfixia económica o las
dificultades impuestas para que puedan obtener los insumos necesarios.
El hostigamiento a la prensa sigue creciendo y en los más diversos
países, como Estados Unidos y Cuba, Bolivia, El Salvador, Ecuador y Venezuela,
los gobernantes despliegan furiosos ataques contra la prensa y los periodistas.
En algunos casos se les acusa de "conspiración política", en otros se
habla de una "exagerada libertad de expresión" y en otros tantos se
les responsabiliza de crear "noticias falsas". En este clima, pronto
aparecen las intimidaciones, las amenazas y su inevitable efecto, la
autocensura. En Venezuela se han registrado 123 hechos de intimidación contra
periodistas.
En Colombia hay 147 periodistas con protección debido a las
amenazas y en otros países, como Guatemala, aún se espera la puesta en marcha
de un programa de protección pendiente durante años. En México la autocensura y
los frentes noticiosos abandonados, pese a su evidente interés público, ya
parecen haber sido aceptados como inevitables por el público y por los medios.
No sólo las autoridades, locales y nacionales, son las que intentan intervenir
los contenidos editoriales de los diarios y medios, sino también los
narcotraficantes. En Costa Rica y Guatemala han sido los avisadores quienes han
buscado premiar o castigar a los medios según sus coberturas y puntos de vista.
Pero el interés por intervenir en los contenidos editoriales también se
manifiesta en Ecuador y en Panamá.
Especial preocupación causa la hostilidad que ha manifestado
el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra la prensa de su país.
Resulta inquietante observar como en ese país, en la cuna del periodismo libre,
comienza a aparecer el hostigamiento, que suele ser la antesala de las amenazas
y la violencia.
En muchos países las amenazas llegan a traducirse en
violencia contra los medios y los periodistas. Se han registrado agresiones en
Bolivia, Brasil, Cuba, México y Venezuela. En este último país, las agresiones
han adquirido la forma de hackeos, mediante hackers contratados por el gobierno
para interferir los contenidos editoriales de los sitios de los diarios y
medios digitales y hasta se ha llegado a negar las visas de los corresponsales
internacionales, se ha cerrado a CNN en Español y nueve diarios han dejado de
publicarse ante la falta de papel que controla la empresa estatal que
monopoliza su venta. Aún se mantiene en la cárcel a Braulio Jattar por el sólo hecho
de haber difundido un video de una protesta contra el presidente Maduro.
En Cuba, a las restricciones de siempre, se ha añadido el
control del internet y las intimidaciones a los familiares de quienes trabajan
en tareas informativas. A estos los han sometido a períodos de encarcelamientos
prolongados recurriendo a toda suerte de subterfugios, como la supuesta venta
de comestibles por cuenta propia o la evasión fiscal, con amenazas de juicios y
cárcel. El vicepresidente regional de nuestra Comisión de Libertad de Prensa e
Información para Cuba, Henry Constantin, fue detenido en Camagüey por intentar
viajar a cubrir una premiación del secretario general de la OEA, siendo acusado
primero de "propaganda enemiga" y luego de ejercer el periodismo sin
estar autorizado, lo que le impidió estar en esta reunión.
Las tendencias digitales revelan cierto grado de retroceso,
puesto que además de ciberataques y hackeos como en Argentina, Cuba, Ecuador,
El Salvador, Honduras y Venezuela, el pretendido derecho al olvido busca
establecerse en países como Chile, Colombia y Puerto Rico, lo que afectaría
seriamente la actividad periodística.
En cuanto al acceso a la información pública se han
registrado retrocesos en Canadá, Estados Unidos, Honduras, Nicaragua, Puerto
Rico y Venezuela. El progreso en las leyes de transparencia, que aseguraba el
acceso de la prensa para mantener informado al público, parece estar detenido,
lo cual puede afectar la información que reciben los ciudadanos.
Junto a estas regresiones, se han distinguido algunos hechos
positivos, como la condena por parte de la Sala Constitucional de Costa Rica
del uso de la publicidad oficial para premiar y castigar las líneas editoriales
de los medios de comunicación. Dicha práctica fue calificada de "perversa
censura" y "una forma de acoso ilegítimo".
En esta reunión fuimos testigos de la firma de la
Declaración de Chapultepec por parte del presidente de la República de
Guatemala, Jimmy Morales, quien reafirmó su compromiso con los principios que
rigen la libertad de expresión.
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