De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Espera la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH),
asuman los Estados miembros su compromiso de financiamiento en la XLVI Asamblea
General de la OEA del 13 al 15 de junio de 2016 en Santo Domingo, República
Dominicana, para evitar el desmantelamiento del organismo que dejaría en la
indefensión a miles de víctimas.
En un comunicado emitido en Washington, señaló la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) atraviesa una crisis financiera
extrema que tendrá graves consecuencias en su capacidad para cumplir con su
mandato y funciones básicas.
La Comisión lamenta profundamente tener que informar que el
31 de julio de 2016 se vencen los contratos del 40% del personal y no se cuenta
en estos momentos con los fondos, ni con la expectativa de recibir fondos, para
poder renovarlos.
Asimismo, la Comisión informa con profundo pesar que se ha
visto obligada a suspender la realización de las visitas previstas para este
año, así como de los Períodos de Sesiones 159 y 160, programados originalmente
para julio y octubre.
Resulta alarmante para la CIDH el hecho de que esta
situación resultará en el desmantelamiento de áreas esenciales en el
cumplimiento de su mandato.
La CIDH expresa su profunda aflicción ante las víctimas, los
peticionarios y las organizaciones de la sociedad civil que tenían planificado
participar en audiencias, reuniones de trabajo y otros espacios previstos para
las sesiones de octubre.
Asimismo, la CIDH expresa su extrema preocupación porque la
suspensión de las sesiones tiene un impacto directo en la capacidad de la
Comisión de avanzar en el procesamiento de las denuncias de violaciones a los
derechos humanos, ya que es en dichas sesiones cuando los Comisionados y las
Comisionadas analizan, debaten y aprueban informes sobre peticiones y casos.
Resulta igualmente perturbador el estado de indefensión en
que quedarán miles de víctimas de violaciones a los derechos humanos.
Será inevitable que el retraso procesal que se estaba
intentando reducir vuelva a aumentar y llegue a un punto incompatible con el derecho
de acceso a la justicia.
Asimismo, la CIDH lamenta profundamente estar enfrentada a
un escenario inminente de perder a valiosos/as funcionarios/as que han
trabajado de manera infatigable en favor de los derechos de las víctimas,
entregados/as a la causa de los derechos humanos con responsabilidad y
dedicación.
En los últimos meses y semanas, la CIDH y su Secretaría
Ejecutiva han hecho todos los esfuerzos que estuvieron a su alcance para
confirmar donaciones que estaban previamente conversadas, pero desafortunadamente
no prosperaron.
La CIDH continuará realizando todos los esfuerzos que estén
a su alcance para que este escenario pueda ser revertido en lo inmediato, a fin
de evitar la pérdida del 40% de su personal y de poder reprogramar los períodos
de sesiones, las visitas y el desarrollo de todas las actividades previstas
para el año 2016.
Con este fin, la Comisión Interamericana hace un llamado a
los países miembros, los países observadores y otros posibles donantes a
realizar aportes financieros urgentes y de libre disposición para lograr este
objetivo.
A fin de evitar esta situación catastrófica, la CIDH
necesita recibir fondos, o al menos compromisos escritos de donaciones, antes
del 15 de junio.
Por otra parte, más allá de la actual crisis financiera, la
Comisión Interamericana sufre una situación estructural y sistémica de
financiamiento inadecuado que es indispensable atender y resolver.
Existe una profunda discrepancia entre el mandato que los
Estados miembros de la Organización de los Estados Americanos (OEA) le han
asignado a la CIDH, y los recursos financieros que le otorgan.
El presupuesto regular de la CIDH para el año en curso no
alcanza los 5 millones de dólares, o sea menos de cinco milésimas de dólar
($0.005) por habitante.
El personal de la CIDH financiado por el fondo regular de la
OEA totaliza 31 personas, es decir, tiene menos funcionarios/as que países bajo
su jurisdicción.
Los otros 47 funcionarios están financiados con donaciones,
las cuales presentan problemas de inestabilidad e imprevisibilidad, tal como lo
demuestra la crisis actual.
La Comisión ha realizado gestiones permanentes a lo largo de
las últimas dos décadas ante los Estados miembros de la OEA para asegurar un
presupuesto que permitiera trabajar de manera eficaz en el cumplimiento de su
mandato.
Como resultado de esas gestiones, la Asamblea General de la
OEA ha aprobado varias resoluciones comprometiéndose a atender la situación,
pero las mismas no se han visto reflejadas en un aumento significativo de
recursos.
Mientras que el Consejo de Europa destina el 41,5% de su
presupuesto a la promoción y protección de los derechos humanos, la OEA destina
el 6% de su presupuesto a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
En este sentido, la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos hace un enérgico llamado a los Estados Miembros de la OEA a asumir su
responsabilidad con el Sistema Interamericano de Derechos Humanos.
La CIDH espera que la próxima Asamblea General de la OEA, a
realizarse en junio, adopte una decisión histórica y trascendental, que refleje
el compromiso de los Estados con la defensa de los derechos humanos en la
región.
Esto significa aumentar de forma radical el presupuesto del
fondo regular de la OEA y asignar a la CIDH y al Sistema Interamericano de Derechos
Humanos en general los recursos necesarios para el cumplimiento del mandato
asignado por los propios Estados.
Es indispensable, imperativo y urgente que los Estados
efectivamente adopten una solución sustentable a este grave y crónico problema
y demuestren su compromiso con el respeto y garantía a los derechos humanos con
hechos y no sólo palabras.
La CIDH expresa su firme compromiso en seguir trabajando en
cumplimiento de sus funciones, inspirada por el ideal expresado en la
Convención Americana sobre Derechos Humanos de que “sólo puede realizarse el
ideal del ser humano libre, exento del temor y de la miseria, si se crean
condiciones que permitan a cada persona gozar de sus derechos económicos,
sociales y culturales, tanto como de sus derechos civiles y políticos”.
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización
de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de
la Convención Americana sobre Derechos Humanos.
La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la
observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo
de la OEA en la materia.
La CIDH está integrada por siete miembros independientes que
son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no
representan sus países de origen o residencia.
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