De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
Se examina el futuro de la cultura en la era digital, la
manera en que se crea y se accede a ella y la manera en que se financia, este
martes 26 de abril en que se celebra el Día Mundial de la Propiedad Intelectual,
instituido en el 2000 por la Asamblea General de la ONU. El tema de este año
es: "Creatividad digital: reinventar la cultura”.
El argumento: Amanecer en Caracas: una escritora se
despierta, inspirada, y anota algo en su tableta; envía la idea a su compañero,
que está en Londres ensayando en un teatro del West End. Palabras, imágenes,
argumentos y diálogos van y vienen.
El guion de una nueva serie –pandemia global, guerra entre
narcos, intriga política– llega al buzón de un productor ejecutivo de
Hollywood, que llama a sus contactos en Dubai, Mumbai, Beijing y Berlín. Se
sellan los tratos, se consiguen los fondos, se deciden los canales de distribución.
Empieza la filmación: exteriores en Ouarzazate, interiores
en Brooklyn, efectos especiales que vienen de Bangkok. Se añade la banda de
sonido: una mezcla efervescente de ritmos de Rio de Janeiro y vientos de Lagos,
con un toque de cuerdas de Praga.
El tema principal se vuelve viral mientras los fan ven la
serie por Internet, en pantallas de todos los tamaños, desde cualquier rincón
del mundo…
La propiedad intelectual es un concepto que también genera
controversias. En este sentido, diversas organizaciones aprovechan el Día
Mundial de la Propiedad Intelectual para llamar la atención sobre los efectos
sociales negativos de promover una celebración de esta naturaleza.
La necesidad de modificar las leyes, flexibilizarlas y
promover más limitaciones y excepciones al sistema de derechos de autor también
forman parte de la agenda de quienes proponen discutir la celebración de esta
jornada.
Richard Stallman, uno de los hackers más críticos del
concepto de propiedad intelectual llamó en 2011 a celebrar el 26 de abril como
el día mundial para compartir archivos (filesharing por su nombre en inglés).
Se presta, además, a abusos de parte de supuestas empresas
que se dicen propietarias del derecho de autor de obras del dominio público.
Tal es el caso, por ejemplo, de la española The Orchard
Music, que se adjudica la propiedad intelectual de Las Chiapanecas, cuyos autores,
el músico Bulmaro López Fernandez y el escritor Juan Arozamena Sánchez,
hicieron el depósito como dominio público y ahora, la empresa española exige a
youtube que los anuncios o descargas se las paguen a ellos, pisoteando los
derechos de autor de otros creadores.
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