Candelero
* Parece que solo quedan las Redes Sociales para sobrevivir como “no alineados” al gobierno
Por: Abraham MOHAMED
mohacan@prodigy.net.mx
Lo de la huelga en el diario “La Jornada” no es otra cosa
más que el principio del fin de varios, por no decir que de todos los medios de
difusión, que critican al Sistema Político y en particular, al gobierno del
Presidente Peña Nieto.
La huelga que estallaron el 29 de junio los trabajadores de
ese periódico, con ligas en la UNAM, calificado de “izquierda” y dizque al
servicio de López Obrador, no es otra cosa más que consecuencia del cierre de
todas las válvulas de ingreso que tenía para mantener su tarea informativa de
marcada disidencia con el régimen actual.
Simple y sencillamente no hubo ya ingresos suficientes para
seguir cumpliendo con el pago de salarios a sus empleados, tanto de los
talleres como de la redacción, por lo que el Consejo de Administración determinó
que se redujeran los sueldos –se habló del 50%-con la advertencia de que
quienes no estuvieran conformes podrían renunciar, siendo indemnizados conforme
a la Ley.
Sin embargo, los líderes del movimiento de huelga, se
negaron a eso y en su pliego petitorio acusaron que en vez de bajarles a ellos
su salario deberían bajárselos a los funcionarios de la Empresa Editora y, como
no hubo respuesta satisfactoria para tal reclamo, decidieron estallar la
huelga.
No está por demás decir que así como se redujeron los
ingresos de La Jornada por el cierre de la publicidad gubernamental, en las
mismas condiciones se encuentran otros periódicos diarios de los que se pueden
considerar como “la morralla” de la prensa escrita, que están cooptados, pero
que no reciben lo suficiente para sostenerse. Y ya no se diga de las revistas,
semanarios y Diarios Digitales.
Según sabemos, lo máximo que perciben de ingreso, por
concepto de publicidad gubernamental esos “diarios morralla”, según convenio,
son tres millones de pesos mensuales, los cuales los hace operar con un déficit
que está “empobreciendo” a sus dueños.
Los únicos que actualmente se mantienen en regular, no en
tan buena situación económica como quisieran, son los editores de los
periódicos ya mal llamados “nacionales” porque
su circulación no tiene ninguna influencia en los 32 Estados de la República.
Ellos mantienen sus periódicos –que la mayor parte regalan y
la devolución se va “al kilo”- porque se
han hecho mega millonarios gracias al Sistema y por lo mismo ya forman parte
del Estado Mexicano de Facto, al que obviamente también pertenecen los dueños
de las Televisoras y Radiodifusoras que integran el Consejo Nacional de la
Comunicación.
Ellos son quienes presumen, se ufanan, de conformar “la Gran Prensa Nacional” al
servicio de gobierno de México que nos tiene sumidos en la tremenda crisis que
nos agobia, todo derivado de la corrupción, impunidad y delincuencia común
desatada por la miseria que cada día aumenta en el país, sin que se vea ninguna
posibilidad de que la situación se frene y las condiciones de vida mejoren.
Los auténticos periodistas, los que realmente están o
estamos –me sumo a ellos- dispuestos a seguirle siendo útiles a nuestro sufrido
y agraviado pueblo, luchamos a brazo partido con todas las carencias habidas y
por haber, algunos desde modestas y destartaladas trincheras y otros
recurriendo a las benditas Redes Sociales, convencidos de que podemos
contribuir a generar ese cambio que a nuestro México le urge.
Repito que la huelga en La Jornada, es el principio de otros
cierres de medios, pues la idea es que solo queden operando los que el gobierno
quiera, grotescamente envueltos en el estentóreo pregón presidencial de
“irrestricto respeto a la libertad de Prensa, de Información y de Expresión”
que, como macabro chiflón, corre entre las familias de los más de 200
compañeros periodistas que han sido asesinados y cuyas muertes siguen impunes.
Pero esta lucha ya es imparable, sigue y seguirá, porque los
verdaderos periodistas no tenemos miedo a perder la vida por nuestro ideal de
ser útiles a México y a los mexicanos.
¡La Patria es Primero!
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