En las nubes
Carlos Ravelo Galindo, afirma:
Una apreciable lectora, doña María Luisa, luego de observar
las imágenes del “socavón” en la llamada
“carretera exprés de Cuernavaca”, en donde murieron dos personas expresó:
“En China, por menos
que esto, ordenan el fusilamiento del o los responsables. Aquí, los premian,
caracho”.
Y otra escritora, doña teresa Gurza, en un comentario, con mayores datos, le da,
como nosotros, la razón.
Con su autorización lo publicamos integro.
YO NO FUI, FUE TETÉ
Teresa Gurza.
“Pena ajena, ahora a
nivel global, me dio esa fotografía publicada la semana pasada en diarios de
México y el mundo, en la que se ve al presidente Peña hablándole al presidente
Trump; que no solo no le hace caso sino que con mirada desdeñosa, se voltea
para otro lado.
Como seguramente saben ustedes, esa imagen fue tomada en la
reunión bilateral, ocurrida en el marco de la Cumbre G20 celebrada en Hamburgo;
y tras ella, una periodista preguntó a Trump si insistía en cobrarle a México
el muro que amenaza levantar, a lo que respondió “absolutamente”.
Para variar, Peña no dijo ni pío.
Por miedo, dejadez, o sumisión, dejó pasar otra vez la
insolencia; tal como hizo en su propia casa, cuando la nefasta invitación que
hizo a Trump para visitar Los Pinos, el hoy aprendiz de canciller, Luis
Videgaray.
Ya de vuelta en México, Peña Nieto dijo que no contestó,
porque no hace caso a murmullos; y el secretario de Relaciones Exteriores
expresó que no oyó ni pregunta ni respuesta.
Vaya con el par de sordos...
Y para amolarla más, Peña aseguró que su encuentro con el
gringo “fue muy positivo”.
Triste que considere así, la grosera actitud de Trump y que
su falta de reacción ante insultos contra México, nos hagan quedar ante el
mundo como agachados.
Y mientras tanto, los Congresos federal y estatales
continúan destinando millones a “dádivas” que se apropian, pretendiendo que
creamos en su "austeridad"; otra vez hubo internos muertos en un
penal, le tocó al de Acapulco con 28 fallecidos, probando que el gobierno no
puede garantizar seguridad ni siquiera en los reducidos espacios de las
cárceles a su cuidado; en otra combi del estado de México, otra menor es
violada, sin que se dé con el agresor; en la escuela Rosario Castellanos, los
niños no pueden estudiar porque faltan libros y sus sillas
"mordelonas", les causan dolores y moretones; en pueblos y ciudades
siguen apareciendo mutilados, cabezas, y fosas; continúan los asaltos en
domicilios particulares y negocios, en vagones y pasillos del Metro, en autobuses
y carreteras; y según denuncia el periódico Reforma, los jueces han llenado
casi la mitad de los puestos de la Judicatura con hijos, sobrinos, y cuñados,
en un nepotismo sin control.
Todo esto, que provoca impunidad para los criminales y dolor
y miedo a millones de familias, es consecuencia de la atroz corrupción en que
estamos inmersos.
Y de la que acabamos de atestiguar otra muestra, con el
socavón del Paso Exprés que se abrió en el pedazo recién inaugurado de la
carretera de Cuernavaca.
El tramito de 14 kilómetros y medio, costó dos mil cien
millones de pesos, mil cien millones más que lo programado, y enlutó este
pasado miércoles y doblemente, a la familia Mena; porque su auto, con el jefe
de familia y uno de los hijos, fue tragado al romperse la capa de asfalto; que
según se aprecia en las fotografías, es apenas algo más grueso que una mano de
mi barniz de uñas.
Ojalá cayeran dos funcionarios con bien ganada fama de
corrupción y que tuvieron que ver en el asunto.
Me refiero al gobernador Graco Ramírez y al secretario de
Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruíz Esparza, quienes se echan mutuamente
la pelota de su irresponsabilidad.
También juegan al “yo no fui fue Teté”, al acusar del
desastre al gobierno de Morelos y a Ruíz Esparza, las empresas Epccor y Aldesa.
Epccor es propiedad de la familia Gutiérrez Cortina; los
mismos dueños de Gutsa que levantó la cuestionada Estela de Luz de Calderón,
también a costos superiores y tiempos mayores a los programados, por lo que fue
inhabilitada por anomalías; pero sigue construyendo y cometiendo errores
fatales; pero ahora, con otro nombre.
Ante las acusaciones de los empresarios indicando que el
gobernador morelense es responsable de lo sucedido por no limpiar los drenajes,
Ramírez respondió que la obra no le había sido entregada; pero eso sí, asistió
muy orondo a su inauguración el pasado 5 de abril.
Ruíz Esparza por su parte, advierte que la culpa es de las
lluvias que colapsaron los tubos; pero como los aguaceros no hablan, no lo
pueden desmentir.
Y el presidente Peña se escurre diciendo que no puede
opinar, porque no hace “juicios precipitados”
Pero nada de lo anterior, parece preocupar a los senadores;
que han sido incapaces de implementar el indispensable Sistema Nacional
Anticorrupción y nombrar a su fiscal”.
Insistimos: es el valor
femenino. El de ambas.
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