En las nubes
Carlos RAVELO GALINDO, afirma
En Arcano Radio
Si Sergio Palacios Trejo mete orden como en Atzcapotzalco,
donde fue delegado, la Central de Abasto
tendrá un cambio notable, en beneficio de los miles de locatarios y “marchantas”.
Ya es el coordinador-administrador de este mundo que mueve
miles de toneladas diarias de frutas y legumbres en la Ciudad de México.
Entre tanto volvamos con ellas. Hablemos, platiquemos y no
lo guardemos en secreto. Merecen y son el centro del espectáculo. Para no decir
de la vida. Mujeres en la Ciencia sería el tema a seguir. Pero al comentarlo
con doña Rosa Chávez Cárdenas, nos
desdeñó al explicarnos:
El rol de las mujeres en la ciencia, la tecnología y la
innovación, no ha sido debidamente reconocido. Son muchas las dificultades que
enfrentan para conseguir sus metas, a pesar de todos los obstáculos que a
través de los años se han superado.
Ella, sicóloga, poeta y escritora nos puntualiza que en algunas áreas las mujeres se enfrentan con
un “techo de cristal” que impide alcanzar niveles más altos que los hombres en
su desarrollo profesional.
Debe sonar alentador que en América Latina la participación
de las mujeres en la investigación suma el 45 por ciento del total de
investigadores, por arriba de la cifra de Europa Occidental y américa del Norte
que se encuentra en un 32 por ciento.
Bolivia se encuentra en primer lugar, Chile y Honduras están
por arriba de México.
En cuanto al Premio Nobel, la primera mujer científica que
ha ganado dos veces el galardón fue Marie Curie en 1903 en la categoría de
física por sus descubrimientos sobre la radiación. Y en 1911 el de química por el descubrimiento del
radio y el polonio.
Otra notable la neuróloga italiana Rita Levi, ganó el Nobel
de Medicina por el descubrimiento de los factores de crecimiento. Ella fue
perseguida por los nazis.
Las mujeres galardonadas son menos que los hombres, 49
frente a 832, en la categoría científica, el 97 por ciento ha sido para los
hombres.
En el 2012 la Universidad de Yale realizó una investigación
en cuestión de género para valorar la aceptación de hombre o mujer en un cargo,
para un puesto de laboratorio en una universidad.
Enviaron el mismo curriculum a 127 profesionales. La mitad
con el nombre de John y la otra mitad con el de Jennifer a varias universidades
en Estados Unidos con el fin de que valoraran la candidatura para el puesto de
jefe de laboratorio y el salario.
Resultó que los varones
obtuvieron una valoración superior, así como el salario que sugerían fue
más alto para el hombre que para la mujer.
Inclusive, nos dice doña Rosa, las mujeres consideraban que John era el más
apto para el cargo.
Y arremete cuando afirma que
sorprende que a estas alturas todavía carguemos con prejuicios de
género.
Es un hecho, califica,
que las mujeres enfrentan numerosos obstáculos para recibir apoyo
financiero o publicar los resultados de su trabajo en revistas científicas.
Se observan diferencias en términos de remuneración y
promoción profesional.
Nos advierte que aun
cuando las mujeres obtienen un título en ciencias o ingenierías muchas no
siguen el ascenso en su carrera profesional.
Porque, confirma que
es tal la presión social que sienten cuando son madres, que motivo
abandonan sus carreras para dedicarse al cuidado de los hijos.
Porque asevera que el riesgo de dejarlos a cargo de otras
personas es grande.
Lo que las obliga, apunta doña Rosa, culturalmente cargar en
el inconsciente el temor del no merecimiento del triunfo.
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