martes, 19 de diciembre de 2017

Hay que salpicar a los jodidos

Reflexión Matutina


Tetraheroica Veracruz el 19 de diciembre del 2017

Quizás la más conocida e influyente obra de política helénica lo es la descripción que realiza Platón (427-347 a. e. v.) de los 10 libros que componen el Dialogo “La República” atribuido a Sócrates (470 - 399 a. e. v.)  su maestro de filosofía, quien relaciona la realidad política de la época   señalando que nadie que tiene gobierno en ese período, sea quien sea el gobernante, siempre ordena lo que considera conveniente para sí mismo, siendo que debería procurar lo conveniente para el gobernado, pero el que gobierna no se engaña ya que lo que ordena es siempre lo mejor para él.

Por: Edwin Corona y Cepeda
Para Arcano Radio

Esta tesis, que aún continua vigente con cruel actualidad, se complementa con la relación de Sócrates a los sistemas de gobierno contenidos en el Libro VIII del Dialogo mencionado y en el que señala que tanto la aristocracia, la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía son formas de mal gobierno y pone los siguientes ejemplos que somete a la consideración de los actores de este Dialogo.

De la aristocracia o sea la clase social formada por las personas que poseen títulos nobiliarios concedidos por el rey o heredados de sus antepasados se pasa a la timocracia porque nacen niños indebidos incapaces de gobernar bien y a los que domina la fogosidad y sobresalen la ambición y la sed de honores. El timócrata, (que ahora recibe la clasificación de junior), es ambicioso, obstinado, sin talento para la palabra, inculto, dulce con los hombres de mayor poder y respetuoso (¿lambiscón?) con los gobernantes.

De la timocracia a la oligarquía se pasa porque estos individuos se dejan dominar cada vez más por las riquezas y se vuelven codiciosos o avaros. Ellos proclaman que en este Estado solo deben gobernar los ricos, los demás son “pinches nacos”.

Este Estado - señala Sócrates – encierra dos Estados: el Estado de los ricos y el Estado de los pobres y concluye que en todo Estado que haya pobres, habrá malvados y delincuentes.

De la oligarquía a la democracia - continúa el filósofo – se pasa por una revolución en la que los pobres ganan a los ricos y tienen plena libertad. El demócrata es insolente, anarquista, desenfrenado y desvergonzado. No distingue los placeres superfluos de los necesarios. Vive al día y la sociedad se divide en tres clases:  los políticos, los ricos y los pobres.

Este exceso de libertad lleva a la tiranía, al totalitarismo y a la falta absoluta de libertad. Y así de los supuestos protectores del pueblo nace la tiranía.

Demos un gran salto en el tiempo en el que consideraré la doctrina filosófica de dos hombres que, sin ser filósofos, sus principios   han creado un gran impacto social en todos los ámbitos del planeta. 

Me refiero en este caso a Moisés y Jesús de Nazaret.

Moisés es una figura importante para la religión judaica, donde se le venera como profeta, legislador y líder espiritual. Fue un hebreo que creció como un príncipe egipcio y al que según las Sagradas Escrituras fue el hombre al que Dios encomendó la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud a la que se le tenía sometido en Egipto y conducirlo abriendo un paso en el Mar Rojo hacia la Tierra Prometida, por lo que se le considera como el primer líder político judío, legislador y profeta de Israel.

Jesús de Nazaret, también conocido como Jesús, Cristo, el Mesías o Jesucristo fue un predicador judío que vivió a comienzos del Siglo I en las regiones de Galilea y Judea y que murió crucificado en Jerusalén alrededor del año 30   de nuestra era, bajo el gobierno del romano Poncio Pilato.

Según la Biblia y sin entrar a mayores consideraciones de índole religioso Dios dio los Diez Mandamientos a Moisés, y Jesucristo los confirmó y perfeccionó con su palabra y con su ejemplo.

Los diez mandamientos, son conocidos también como los 10 mandamientos de la ley de Dios, o “el Decálogo” y son los principios éticos y de culto que ocupan una parte fundamental en las religiones cristiana y judía. Dichos mandamientos aparecen en la Biblia, en los libros del Éxodo y Deuteronomio.

Según se relata en ellos, Dios grabó los mandamientos en dos tablas  (lápidas) de piedra, y los otorgó a Moisés cuando este se encontraba en el Monte Sinaí. Mientras Moisés bajaba del monte, observó que su pueblo estaba adorando a un becerro de oro, o sea, idolatrando a un dios falso, por lo que, en un ataque de ira, las destruyó.

Arrepentido de esta acción le pidió a Dios que lo perdonara, de forma que sellara con él una alianza o pacto. Posteriormente, Dios le ordenó a Moisés que escogiera otras dos lápidas de piedra, y en ellas escribió los 10 mandamientos, afirmando que no debía tolerar la desobediencia.

Con el propósito de darle dirección y orientación al pueblo sobre como adorar a Dios y como convivir con sus semejantes, los mandamientos han tenido una evolución importante de acuerdo con la interpretación de cada religión.

Estos diez mandamientos fueron ratificados por Jesús el Nazareno según lo consigna el Nuevo Testamento, dando un nuevo sentido más profundo a la ley mosaica.

Dejando fuera de este trazado a los tres primeros mandamientos, cuyo contenido es fundamentalmente religioso, los siete restantes del mencionado Decálogo de forma breve y concreta conforman, no solo una doctrina religiosa, sino todo un contenido social, político y de conducta cuya claridad es comprensible a gobernantes y gobernados, por lo que a continuación los expongo a partir del cuarto mandamiento:

4º Honrarás a tu padre y a tu madre.

5º No matarás.

6º No cometerás actos impuros. (No desearas la mujer de tú prójimo)

7º No robarás.

8º No dirás falso testimonio ni mentirás.

9º No consentirás pensamientos ni deseos impuros.

10º No codiciarás los bienes ajenos.

Demos nuevamente otro gran paso en el tiempo, haciendo a un lado, pero sin hacer caso omiso de ellas de “El Príncipe” de Nicolás Maquiavelo y los comentarios al respecto de Napoleón Bonaparte, así como  del movimiento   filosófico francés denominado “El Enciclopedismo” y en la que, bajo la dirección de Denis Diderot y Jean D´Alembert   contribuyeron en  su redacción algunas de las figuras más notables de la Ilustración, como Voltaire, Jean Jacques Rosseau y Charles Louis de Secondat, Barón de Montesquieu , autor de “El Contrato Social” cuyas proposiciones  fundamentales fueron las siguientes:

Divulgar el conocimiento de su tiempo, con fines de desarrollo social y económico de la humanidad.

Divulgar y promocionar las ideas republicanas y democráticas.

Exponer los vicios del (des)orden existente.

Erradicar el fanatismo, la superstición, la ignorancia y la tiranía.

Luchar por el restablecimiento de la libertad natural del hombre.

Exponer un conjunto de ideas para combatir el feudalismo, el absolutismo, el fanatismo y la aristocracia.

Ayudar a la población a tener un mejor conocimiento y razonamiento.

Este movimiento no solo dio origen al lema revolucionario de Libertad, Igualdad y Fraternidad que identificó a los propulsores de la Revolución Francesa, sino que su contenido ideológico dio pie a la independencia de las colonias americanas,

Pero como de este tema hay mucho que hablar, saltamos nuevamente para llegar a la teoría neoliberal.

La teoría del neoliberalismo tiene su origen en la Sociedad Mont-Pelerín formada en Suiza  a fines de la década de los 40. En ella se reunían algunos de sus principales pensadores, entre los que destaca Friedrich Hayek. Su objetivo fundamental era reducir la intervención estatal en el control de la economía y frenar el poder económico y político del sindicalismo, reemplazando el imaginario colaborativo y de comunidad por uno individualista y de competencia.

En la década de 1960 su uso disminuyó notablemente, pero se introdujo nuevamente, principalmente en América, debido a las reformas económicas realizadas en Chile durante la dictadura de Augusto Pinochet, mismas que fueron impulsadas y supervisadas por economistas de la llamada Escuela de Chicago. A partir de aquí, el término empezó a adoptar connotaciones despectivas y a ser empleado por los críticos de esta teoría económica, por lo que el neoliberalismo pasó de defender una postura liberal moderada a una más radical, más agresiva, que incluía la defensa a ultranza del capitalismo. El término es a menudo asociado a los trabajos de los economistas Friedrich Hayek y Milton Friedman También se asocia al conjunto de políticas económicas introducidas por Margaret Thatcher en Inglaterra, Ronald Reagan en los Estados Unidos y Miguel de La Madrid Hurtado en México.

En la actualidad este sistema económico mantiene sus connotaciones negativas y es utilizado por sus críticos como una condena general a la política neo liberal pues conlleva la privatización de empresas productivas estatales como PEMEX, CFE y otras y promueve la desregularización tanto del mercado interno como externo.

La adopción de las políticas neoliberales y la aceptación de su teoría económica desde la década de 1970 por la mayoría de los países capitalistas se ve como la causa del hundimiento del sistema financiero internacional.

El neoliberalismo básicamente propone que se deje en manos de los particulares o empresas privadas y trasnacionales el mayor número de actividades económicas posible. Igualmente propone una limitación del papel del Estado en la economía, la privatización de empresas públicas y la reducción del tamaño del Estado, es decir, una reducción del porcentaje del PIB  (Producto Interno Bruto) controlado o administrado directamente por el Estado. Respecto al derecho laboral, mercantil y las regulaciones económicas generales, el neoliberalismo propone la “flexibilidad laboral” bajo contratos de “out sourcing” eliminación de pensiones y jubilaciones, servicios de seguridad social, la supresión de restricciones y regulaciones a la actividad económica, la apertura de fronteras para entrada de mercancías, capitales y flujos financieros de origen trasnacional.

Las políticas macroeconómicas recomendadas por los ideólogos neoliberales son de manera enunciativa, más no limitativa, las siguientes:

POLITICAS MONETARIAS RESTRICTIVAS. - Aumentar tasas de interés, reducir la oferta de dinero, hasta lograr una inflación cercana a cero y evitar el riesgo de devaluación de la moneda.

POLITICAS FISCALES RESTRICTIVAS. -  Aumentar los impuestos sobre el consumo y reducir los impuestos sobre la producción, la renta personal y los beneficios empresariales. También proponen eliminar regímenes especiales y disminuir el gasto público, sobre todo en lo que concierne a jubilaciones y servicios médicos sociales.

LIBERALIZACIÓN Y DESREGULARIZACIÓN. -  Los partidarios de políticas neoliberales defienden la liberalización o desregulación tanto para el comercio como para las inversiones por considerarlas positivas para el crecimiento económico. Igualmente se considera positiva la eliminación de muchas reglas y restricciones, reduciéndolas a un mínimo necesario (sobre todo la garantía del régimen de propiedad y de la seguridad social). En particular abogan por aumentar la movilidad del capital y la “flexibilidad laboral”.

PRIVATIZACIÓN. - Se considera que los agentes privados tienden a ser más productivos y eficientes que los públicos y que el Estado debe achicarse para ser más eficiente y permitir que el sector privado sea el encargado de la generación de la riqueza.

En todos los casos, los partidarios del neoliberalismo afirman que la mejor manera de alcanzar la distribución de la riqueza y el bienestar de los individuos es mediante un crecimiento total del producto que por su propia dinámica permea al total de los integrantes de la sociedad (o sea la llamada trickle down policy o política del derrame económico); la cual señala que mediante el beneficio individual se alcanzará el beneficio de toda la sociedad.

O sea que en pocas palabras hay que hacer más ricos a los ricos para que su riqueza salpique a los jodidos.

COMENTARIO.

40 años de FEDECAS.- Lamento mucho la preocupante realidad de la Federación Mexicana de Actividades Subacuáticas (FMAS) de la que – de alguna manera – formo parte como uno de sus instructores. Espero y deseo un mañana mejor para nuestra querida Federación, insignia y bandera de las actividades subacuáticas en el continente americano. Como Instructor de Buceo y después de mi paso y formación en la Escuela Naval de Antón Lizardo en Veracruz, solo tengo los mejores reconocimientos y agradecimientos para toda la familia mexicana que siempre me acogió fraternalmente. - Gonzalo Concha Tobar.- Presidente Fundador de la Federación Colombiana de Actividades Subacuáticas.


¡QUE  TENGAN  UN  BUEN  DÍA!

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