Lecturas con pátina
Por José Antonio ASPIROS VILLAGÓMEZ
Para Arcano Radio
Con los mejores deseos del autor por el bienestar
de los lectores, en estas fechas y en el año por venir
Finaliza el año en que se cumplió un siglo de aquella
Constitución Política que fue promulgada en Querétaro el 5 de febrero de 1917
por el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza.
Y decimos “aquella”, porque en los cien años transcurridos
ha sufrido tantas modificaciones que ya no es la misma en la actualidad.
Pero el recuento de todas las reformas -avances y
retrocesos- hechas a la Carta Magna ha sido presentado en diversas ocasiones y
ahora estas líneas son para referir que, con motivo de ese centenario, el
Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México publicó
dos libros que fueron obsequiados al tecleador por la amiga historiadora
Josefina Moguel Flores.
Con motivo de nuestro ingreso a la Academia Nacional de
Historia y Geografía, además de distinguirnos con su presencia nos entregó con
amables dedicatorias los títulos “Carranza y la Constitución de 1917”, una
antología documental con investigación y compilación de ella misma, y
“Efemérides queretanas de la época del Carrancismo” (tomo IV, 1917 y 1918).
Este último incluye las versiones tipográfica y facsimilar
del manuscrito de su autor, Valentín F. Frías (1862-1926), un paleógrafo,
escritor e historiador queretano que fundó o tuvo cargos en diversas
sociedades, academias e institutos dedicados a la investigación y difusión
cultural.
Se trata de dos obras importantes para los lectores
interesados en la historia de México y también para los investigadores, pues
contienen básicamente los documentos relativos a sus respectivos títulos,
acompañados de explicaciones a cargo de las historiadoras Patricia Galeana y la
citada Josefina Moguel.
La antología presenta en forma cronológica documentos emitidos
por Carranza y otros protagonistas de esa etapa de la Revolución, desde que el
entonces gobernador de Coahuila avisó al teniente coronel Pablo González que
había ocurrido el cuartelazo huertista contra Madero “que por tanto tiempo
temíamos que ocurriera”, hasta la publicación en el Diario Oficial del decreto
que promulgó la nueva Constitución, aun cuando el texto original de la misma no
se incluye.
Por los documentos seleccionados por la historiadora Moguel
para este volumen, es posible conocer cómo se gestó el Constitucionalismo,
quiénes fueron incorporados y quiénes marginados, la ruptura de Carranza con
los Convencionistas, el papel del magonismo, el surgimiento del municipio
libre, el apoyo prestado por algunas mujeres que no son citadas en los libros
de Historia, algunas protestas porque Victoriano Huerta fue encarcelado en
Estados Unidos mientras que a Francisco Villa se le rendían honores, y el dato
de que el teatro de Querétaro donde sesionó el Congreso Constituyente se
llamaba ‘Iturbide’, en memoria de un personaje que después cayó de la gracia de
la historia oficial.
El telégrafo y el correo desempeñaron un papel fundamental
para la comunicación entre los carrancistas dispersos tanto en México como en
el extranjero, según se deduce de la lectura de este libro de 514 páginas
ilustrado con fotografías que posee el Centro de Estudios de Historia de México
Carso, donde también se encuentran los fondos documentales consultados.
En cuanto a las amenas y un tanto tendenciosas ‘Efemérides
queretanas’, en los prólogos las historiadoras Galeana y Moguel mencionan la
importancia de Querétaro en la historia de México y en particular como capital
del país durante las sesiones del Constituyente.
Y por su parte el cronista Frías recoge episodios tan
diversos como un choque de trenes en San Juan del Río y el saqueo que las
tropas carrancistas hicieron de los bienes de las víctimas, la epidemia de
influenza española que causó gran mortandad en la región, la misa en el
“cincuentenario del fusilamiento del infortunado Maximiliano emperador de
México” y las corridas de toros a pesar de un decreto que las prohibía.
Entre los detalles que dichos apuntes mencionan sobre el 5
de febrero de 1917, están que la lectura de la Constitución promulgada ese día
duró 50 minutos y que no “hubo nada notable que perpetuara este acontecimiento
en la memoria de los queretanos”, pero en cambio se presentó el “espectáculo
bárbaro” de una pelea de box.
La versión tipográfica de las ‘Efemérides queretanas de la
época del Carrancismo’ abarca 125 amenas páginas, mientras que la facsimilar,
muy nítida, no está foliada.
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