Análisis a Fondo
* Basta ya de marrullerías, corrupción e impunidad
* Salgamos de la mediocridad de un pueblo traicionado
Por Francisco GÓMEZ MAZA
Para Arcano Radio
Se iniciaron las campañas político electorales de los que,
formalmente, aspiran a suceder en La Silla al actual tlatoani, por quien los
mexicanos no ganan para vergüenzas pues desgració la economía, la educación, la
ciencia, la cultura, la vida social y el bienestar de las mayorías de los
trabajadores:
El otrora panista con Felipe Calderón y priista con Peña
Nieto – su confusión de clase lo lleva a cometer los mismos delitos de
corrupción que sus jefes; que no tiene ni idea de lo que es la ciencia económica,
que dice que una economía que no crea pleno empleo es una economía fracasada,
fallida, intentó congraciarse con los pobres de los pobres, e inició su campaña
vestido de indio tsotsil, en San Juan Chamula, en plena tierra de indios, e
indios bravos como son los chamulas, convenencieros con tal de que el gobierno
dé la paga pa’lo que sea, Ahí en pleno monte chiapaneco, con un endemoniado
frío, a plena ausencia de luz, hizo su presentación José Antonio Meade
Kuribreña, panista, derechista, oportunista, candidato ahora del PRI, como si
la magia del maya fuera a darle un cambio y no los millones que le inyectará
Peña Nieto a su campaña para comprar conciencias y millones de votos; el
puntero, el satanizado y vilipendiado por los jilgueros y escribanos de la derecha,
Andrés Manuel López Obrador, la comenzó en la CDMX dando a conocer los nombres
del eventual gabinete presidencial, gabinete de lujo, ”pirrurris”, que lo
acompañaría, en caso de ser reconocido como triunfador en las elecciones del
primer domingo de julio venidero. Y el segundo en preferencias electorales, por
panista, no por frentista, por priistas descontentos que igual van a votar por
el panista que por el morenista, porque el PRD, en esta ocasión, sólo es patiño
del PAN, la inició en Querétaro, su tierra de nacencia, aunque prefiere vivir
en la aséptica Atlanta y sentirse anglosajón.
Pero bueno, Se inició un capítulo más, o será el segundo
todavía, de esta tragicomedia de la simulación de la democracia, llamada
proceso electoral, que los mexicanos padecemos desde que se formó la nación
mexicana, y de la cual, de esa simulación, no se salvan ni Francisco Indalecio
Madero, el jefe de esa revolución asesinada con su propio asesinato y el del
vice presidente, José María Pino Suárez; ni Benito Juárez García, el Benemérito
de las Américas, ni Lázaro Cárdenas del Río – Tata Lázaro para los purépechas y
el resto de la indiada -. Francisco
Villa (Doroteo Arango) de la gloriosa División del Norte, y Emiliano Zapata,
comandante de los ejércitos del sur, los únicos revolucionarios honestos de
esta sanguinolenta historia, no pasaron por la farsa de la simulación, pues
fueron asesinados por los simuladores seudo revolucionarios, con cuyas muertes
desapareció todo vestigio de la revolución mexicana, que aún hasta hace poco
simulaba la clase política priista.
Pero cambiemos de actitud ante esta vida tan desgraciada que
nos legaron los próceres del dictatorial partido revolucionario institucional,
y su contraparte cómplice, la derecha católica. Ya es tiempo de que los
mexicanos rechacemos esa simulación y vayamos a las urnas con la convicción de
que va a triunfar la verdad, la honestidad, las grandes ideas de liberación
nacional y de progreso material y espiritual del pueblo.
Son tres, por el momento, pues todavía falta un
independiente, o dos o tres, los llamados candidatos: dos representantes del
establishment neoliberal salvaje, ignorante de la ciencia económica, y de las
ciencias y técnicas de la educación, contra uno que brega con ideas siempre
nuevas. Y no me vengan con el cuento de que son partidario de López Obrador.,
Nunca lo he sido. No puedo tomar partido por ser periodista. Y tantos
periodistas que hay que toman partido por la derecha, porque ahí encuentran el
privilegio de gozar del dinero robado al erario para posicionar el nombre de
quien les va a garantizar que la impunidad siga siendo la garantía de los
ladrones revolucionarios.
Alguna vez, el presidente Adolfo López Mateos, quien había
nacido en lo que era el Distrito Federal y no en Toluca, como algunos
desmemoriados dicen, afirmó: la Revolución Mexicana fue la revolución perfecta,
pues al rico lo hizo pobre, al pobre lo hizo pendejo, al pendejo lo hizo
político y al político lo hizo rico.
Pero ya no permitamos estos ex abruptos de esta historia de
perversidades tricolores. Los mexicanos nos merecemos algo mejor. Los hombres
nos merecemos una mujer fuerte, dueña de sí misma, liberada de ataduras seudo
culturales, seudo morales, seudo religiosas, independiente, libre, respetada;
las mujeres se merecen hombres honestos, libres, respetuosos, amorosos.
solidarios. Ambos en igualdad. aunque seamos diferentes en muchos aspectos.
Los niños – todo niño que nace es poderoso porque trae su
luz, su pan su gozo, ávida vida que a vivir convida, como me escribió un día,
cuando nació mi hijo muerto, mi querido paisano xelajusense, Otto Raúl González
– se merecen crecer saludables, en el seno de una familia educada para que lo
sepa educar; se merecen una escuela que los enseñe a dudar, a no obedecer
cuando les den órdenes estúpidas, a no creer sin comprobar, a ser libres, a
dudar.
Y el pueblo en general, el pueblo pobre, se merece un
gobierno probo, honesto, que trabaje para construir un modelo económico
verdadero, justo y equitativo, que dé a cada quien según su necesidad y exija
de cada quien según su capacidad. Y de esto no tienen ni idea ni los meade, ni
los videgaray, ni todos los economistas itamistas juntos, porque ellos sí son
pirruris, hijos de papi, que estudiaron para hacerse muy ricos sin compartir
esas riquezas, de mil maneras, creando fuentes de empleo, con los pobres.
Apenas empieza esta aventura en la que los priistas
privilegian el agandalle; los panistas, la oportunidad; y los morenistas, la
confianza de millones de pobres trabajadores, un pequeño grupo de intelectuales
universitarios y otro más pequeño grupito de ricos, esos empresarios que le
están apostando al tabasqueño.
Ya no permitamos que estos ejercicios seudo democráticos
para nombrar a los equipos de empleados que administran la res pública, la cosa
pública, sean producto de la simulación. Aprendamos de los indígenas, cuyas
culturas milenarias los siguen manteniendo libres, aunque aparentemente sean
extranjeros en su propia tierra, porque los corruptos los echaron de sus buenos
campos de cultivo hacia los montes secos, áridos, sin agua.
No seamos revolucionarios, porque serlo es sinónimo de
corruptos. Seamos rebeldes porque de la rebeldía nacen las grandes obras de la
humanidad. Construyamos un México Rebelde. Echemos al PRI de la casa
presidencial. Y a los amos del Imperio, que son los dueños de la conciencia de
los poderosos priistas, rechacémoslos para lograr construir un hombre nuevo,
una sociedad nueva, justa y equitativa, sin ladrones tricolores, como me dijo
un día mi amigo Clemente Valdés Sánchez, uno de los pocos sabios que han
enorgullecido a los mexicanos.
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