viernes, 15 de diciembre de 2017

Si no cambiamos, nuestro fin: el vacío

Análisis a Fondo


* Basta ya de marrullerías, corrupción e impunidad


* Salgamos de la mediocridad de un pueblo traicionado


Por Francisco GÓMEZ MAZA
Para Arcano Radio


Se iniciaron las campañas político electorales de los que, formalmente, aspiran a suceder en La Silla al actual tlatoani, por quien los mexicanos no ganan para vergüenzas pues desgració la economía, la educación, la ciencia, la cultura, la vida social y el bienestar de las mayorías de los trabajadores:

El otrora panista con Felipe Calderón y priista con Peña Nieto – su confusión de clase lo lleva a cometer los mismos delitos de corrupción que sus jefes; que no tiene ni idea de lo que es la ciencia económica, que dice que una economía que no crea pleno empleo es una economía fracasada, fallida, intentó congraciarse con los pobres de los pobres, e inició su campaña vestido de indio tsotsil, en San Juan Chamula, en plena tierra de indios, e indios bravos como son los chamulas, convenencieros con tal de que el gobierno dé la paga pa’lo que sea, Ahí en pleno monte chiapaneco, con un endemoniado frío, a plena ausencia de luz, hizo su presentación José Antonio Meade Kuribreña, panista, derechista, oportunista, candidato ahora del PRI, como si la magia del maya fuera a darle un cambio y no los millones que le inyectará Peña Nieto a su campaña para comprar conciencias y millones de votos; el puntero, el satanizado y vilipendiado por los jilgueros y escribanos de la derecha, Andrés Manuel López Obrador, la comenzó en la CDMX dando a conocer los nombres del eventual gabinete presidencial, gabinete de lujo, ”pirrurris”, que lo acompañaría, en caso de ser reconocido como triunfador en las elecciones del primer domingo de julio venidero. Y el segundo en preferencias electorales, por panista, no por frentista, por priistas descontentos que igual van a votar por el panista que por el morenista, porque el PRD, en esta ocasión, sólo es patiño del PAN, la inició en Querétaro, su tierra de nacencia, aunque prefiere vivir en la aséptica Atlanta y sentirse anglosajón.

Pero bueno, Se inició un capítulo más, o será el segundo todavía, de esta tragicomedia de la simulación de la democracia, llamada proceso electoral, que los mexicanos padecemos desde que se formó la nación mexicana, y de la cual, de esa simulación, no se salvan ni Francisco Indalecio Madero, el jefe de esa revolución asesinada con su propio asesinato y el del vice presidente, José María Pino Suárez; ni Benito Juárez García, el Benemérito de las Américas, ni Lázaro Cárdenas del Río – Tata Lázaro para los purépechas y el resto de la indiada  -. Francisco Villa (Doroteo Arango) de la gloriosa División del Norte, y Emiliano Zapata, comandante de los ejércitos del sur, los únicos revolucionarios honestos de esta sanguinolenta historia, no pasaron por la farsa de la simulación, pues fueron asesinados por los simuladores seudo revolucionarios, con cuyas muertes desapareció todo vestigio de la revolución mexicana, que aún hasta hace poco simulaba la clase política priista.

Pero cambiemos de actitud ante esta vida tan desgraciada que nos legaron los próceres del dictatorial partido revolucionario institucional, y su contraparte cómplice, la derecha católica. Ya es tiempo de que los mexicanos rechacemos esa simulación y vayamos a las urnas con la convicción de que va a triunfar la verdad, la honestidad, las grandes ideas de liberación nacional y de progreso material y espiritual del pueblo.

Son tres, por el momento, pues todavía falta un independiente, o dos o tres, los llamados candidatos: dos representantes del establishment neoliberal salvaje, ignorante de la ciencia económica, y de las ciencias y técnicas de la educación, contra uno que brega con ideas siempre nuevas. Y no me vengan con el cuento de que son partidario de López Obrador., Nunca lo he sido. No puedo tomar partido por ser periodista. Y tantos periodistas que hay que toman partido por la derecha, porque ahí encuentran el privilegio de gozar del dinero robado al erario para posicionar el nombre de quien les va a garantizar que la impunidad siga siendo la garantía de los ladrones revolucionarios.

Alguna vez, el presidente Adolfo López Mateos, quien había nacido en lo que era el Distrito Federal y no en Toluca, como algunos desmemoriados dicen, afirmó: la Revolución Mexicana fue la revolución perfecta, pues al rico lo hizo pobre, al pobre lo hizo pendejo, al pendejo lo hizo político y al político lo hizo rico.

Pero ya no permitamos estos ex abruptos de esta historia de perversidades tricolores. Los mexicanos nos merecemos algo mejor. Los hombres nos merecemos una mujer fuerte, dueña de sí misma, liberada de ataduras seudo culturales, seudo morales, seudo religiosas, independiente, libre, respetada; las mujeres se merecen hombres honestos, libres, respetuosos, amorosos. solidarios. Ambos en igualdad. aunque seamos diferentes en muchos aspectos.

Los niños – todo niño que nace es poderoso porque trae su luz, su pan su gozo, ávida vida que a vivir convida, como me escribió un día, cuando nació mi hijo muerto, mi querido paisano xelajusense, Otto Raúl González – se merecen crecer saludables, en el seno de una familia educada para que lo sepa educar; se merecen una escuela que los enseñe a dudar, a no obedecer cuando les den órdenes estúpidas, a no creer sin comprobar, a ser libres, a dudar.

Y el pueblo en general, el pueblo pobre, se merece un gobierno probo, honesto, que trabaje para construir un modelo económico verdadero, justo y equitativo, que dé a cada quien según su necesidad y exija de cada quien según su capacidad. Y de esto no tienen ni idea ni los meade, ni los videgaray, ni todos los economistas itamistas juntos, porque ellos sí son pirruris, hijos de papi, que estudiaron para hacerse muy ricos sin compartir esas riquezas, de mil maneras, creando fuentes de empleo, con los pobres.

Apenas empieza esta aventura en la que los priistas privilegian el agandalle; los panistas, la oportunidad; y los morenistas, la confianza de millones de pobres trabajadores, un pequeño grupo de intelectuales universitarios y otro más pequeño grupito de ricos, esos empresarios que le están apostando al tabasqueño.

Ya no permitamos que estos ejercicios seudo democráticos para nombrar a los equipos de empleados que administran la res pública, la cosa pública, sean producto de la simulación. Aprendamos de los indígenas, cuyas culturas milenarias los siguen manteniendo libres, aunque aparentemente sean extranjeros en su propia tierra, porque los corruptos los echaron de sus buenos campos de cultivo hacia los montes secos, áridos, sin agua.

No seamos revolucionarios, porque serlo es sinónimo de corruptos. Seamos rebeldes porque de la rebeldía nacen las grandes obras de la humanidad. Construyamos un México Rebelde. Echemos al PRI de la casa presidencial. Y a los amos del Imperio, que son los dueños de la conciencia de los poderosos priistas, rechacémoslos para lograr construir un hombre nuevo, una sociedad nueva, justa y equitativa, sin ladrones tricolores, como me dijo un día mi amigo Clemente Valdés Sánchez, uno de los pocos sabios que han enorgullecido a los mexicanos.


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