Por Producción: Beatriz BARRAl y Veronique DURROUX-MALPARTIDA
Periodistas de nuestra asociada RNU
Música: Locked Up. Scott Holmes. Free Music Archive / Waster
Britain. Scott Holmes. Free
Music Archive
Por Producción: Beatriz BARRAl y Veronique DURROUX-MALPARTIDA
Periodistas de nuestra asociada RNU
Música: Locked Up. Scott Holmes. Free Music Archive / Waster
Britain. Scott Holmes. Free
Music ArchiveSabina Pérez Pérez sujeta a su nieto, que todavía no tiene nomber, frente a su casa destruida por el terremoto en San Francisco Xochiteopan, en Puebla, México. Foto: UNICEF / Zehbrauskas |
El 2017 ha sido un año marcado por los desastres naturales y
los conflictos que han dejado miles de víctimas
y obligado a millones de personas
a moverse en busca de seguridad y oportunidades. La ONU ha respondido llevando
asistencia humanitaria, denunciando las violaciones de Derechos Humanos y
promoviendo conversaciones diplomáticas entre las partes enfrentadas.
La temporada de huracanes en el Caribe fue devastadora. Irma y María dejaron a su paso cientos de
muertos y graves daños materiales en las islas del caribe. No fue el único
desastre natural en la región. En México, dos terremotos, con menos de un mes
de diferencia dejaron más de 460 personas muertas y miles de heridos y
viviendas destruidas. Las agencias de Naciones Unidas están sobre el terreno
participando en la reconstrucción. Una cumbre en la sede en Nueva York, recaudó
2.000 millones de dólares para financiarlo.
El número de refugiados en el mundo siguió creciendo. En
Myanmar, la violencia y los abusos contra la minoría musulmana rohingya han
provocado una de las mayores crisis de refugiados del mundo. Más de 600.000
rohingyas han huido a Bangladesh, un país cuyas infraestructuras se han visto
desbordadas. La ONU protege a los refugiados y les garantiza que sus
necesidades básicas estarán cubiertas en los que campamentos que han tenido que
convertir en su nuevo hogar.
Refugiados rohingyas inentan llegar a las costas de Bangladesh en una barca de bambú. Foto: UNICEF/Brown |
En Yemen, el conflicto ha puesto a ocho millones y medio de
personas al borde de la hambruna. Los sistemas de agua y saneamiento han sido
intencionadamente bombardeados, provocando una epidemia de cólera. El sistema
de Naciones Unidas ha exigido el fin del bloqueo del país y ha evitado que la
situación derivara en una catrástrofe aún mayor, gracias al reparto de
alimentos, y medicamentos y las campaás
de vacunación.
Los intentos diplomáticos para acabar con la guerra en Siria
prosiguen. El conflicto dura ya más de seis años y ha costado la vida al menos
a 250.000 personas y provocado que cinco millones tengan que huir de sus
hogares.
Muchos de los que escapan de los conflictos en Oriente Medio
y África Subsahariana intentan cruzar el Mediterráneo para llegar a Europa. Más
de 100.000 personas lo lograron en 2017, pero más de 3.000 se ahogaron en el
intento. Un millón más esperan para
cruzar en Libia, atrapados en un ciclo sin fin de abusos, explotación e incluso
venta de esclavos.
En 2017, también tuvo lugar el peor ataque contra tropas de
la ONU en 25 años. 14 cascos azules tanzanos fallecieron en la República
Democrática del Congo.
El 2017 en
fotos
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