sábado, 16 de diciembre de 2017

Quién Sigue

En las nubes


Carlos RAVELO GALINDO, afirma:


“Para poder ser libres, para poder vivir en paz, para poder vivir en un verdadero estado constitucional  de derecho, debemos cumplir   la ley. Hagámoslo por México, todos los días, no solo aduciéndolo en los discursos”.

Estas palabras de gran valor y significado fueron pronunciadas  en su tercer informe de gobierno, ante el Jefe del Ejecutivo, por don Luis Aguilar Miranda, presidente del Poder Judicial de la Federación.
Enhorabuena. Ojalá y las entiendan.

Dígame usted si no es coincidencia que una vez  que el partido de los profesores, Panal, se aglutino  al tricolor,  la Procuraduría General de la República,  permitió la “libertad” de la maestra Elba Esther Gordillo. Hubo un desistimiento muy conveniente.

Su “juicio”, en donde no han encontrado pecado alguno, lo seguirá en su departamento de Polanco.

Y también preguntaríamos si los dos  millones de maestros sufragarán por el candidato del señor de Los Pinos, que en febrero de  2013, la metió en la cárcel.

Durante este  lapso, cinco años prisionera, la autoridad no ha demostrado que la ex presidenta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, SNTE,  sea culpable de “algo”. Salvo ser inteligente.

Veamos, acaso usted tampoco los ha olvidado. Son “casi similares”.
Los acusados  permanecieron  encarcelados durante el sexenio completo, en que se consignó ante juez.

Al ingeniero Jorge Díaz Serrano, uno de ellos, para recluirlo el 30 de julio de 1983 le retiraron  el fuero de senador por Sonora. Era enemigo del señor de los pinos el licenciado Miguel de la Madrid y ex director general de Pemex. Amigo de José López Portillo.

Le atribuyeron  haber defraudado al gobierno en la compra de dos barcos petroleros. Ocho años después lo pusieron libre. ”Usted disculpe”.

El líder petrolero Joaquín Hernández Galicia, también pasó ocho años  en cárcel. Entró acusado de homicidio –se descubrió que le sembraron un cadáver en la puerta de su casa en Ciudad Madero, Tamaulipas. Y acopio de ametralladoras, que también aparecieron  en su domicilio particular como por arte de magia del Pollo Gutiérrez Barrios.

En enero de 1989 el fiscal federal lo encontró presunto culpable.

Un  mes antes el economista Carlos Salinas de Gortari  asumió el poder  presidencial de la República. Recordó lo que “La Quina”, el 18 de marzo de 1988 amenazó a su sucesor  en un discurso:

“Si el gobierno lesiona a los trabajadores de Petróleos Mexicanos. Hiere a todo México. Y habrá consecuencias”.  Salió, ya muy quebrantado en su salud. En el inicio del siguiente sexenio.

Y fue en éste  en que asumió el Ejecutivo federal el también economista Ernesto Zedillo Ponce de León—luego del asesinato de Luis Donaldo Colosio, en Tijuana, Baja California--, cuando se aprehendió a Raúl Salinas de Gortari, acusado de múltiples delitos.

Al hijo mayor de Raúl Salinas Lozano y Margarita Gortari de Salinas , que fue secretario de economía, con don Adolfo López Mateos, y hermano del que también vivió en los pinos, Carlos Salinas de Gortari, se le detuvo cuando aún era director general de Conasupo,  por fraudes. Inclusive, lavado de dinero, depositado en Suiza, bajo otro nombre.

Esa acción judicial, ordenada por el Jefe del Ejecutivo, enardeció a quien lo  encumbró, quien inició, en protesta, una “huelga” de hambre en Nuevo León, que duró exactamente una noche.

Se le  concedió a don Carlos, es la palabra correcta, salir del país. Vivió en Dublín, Irlanda del sur, varios años, con su actual esposa.   Ocho años después, regresó a México, en donde mantiene prudente presencia. Pero con poder incontenible y aceptado por el jefe del tricolor.

Raúl, su hermano, fue liberado en el año 2,000, cuando el Partido azul recibió el gobierno de quien vendió a los  americanos, con quien trabaja allá, los Ferrocarriles nacionales de México.

Debemos consignarlo, porque es cierto, que tras dejar las rejas de la prisión Raúl Salinas de Gortari, el Poder Judicial de la Federación  lo absolvió del delito  de lavado de dinero con nombre falso.

Y ordenó se le regresaran 138,  ciento treinta y ocho millones de dólares, (casi dos mil quinientos millones  de pesos)  depositados, con nombre falso en un banco Suizo, que lo retenía.

Al término del actual  régimen y adolorido pueblo, nos preguntamos: ¿QUIÉN  SIGUE?

Esta pregunta  la formulamos, desde ahora,  a quien llegue a despachar en Palacio Nacional  en diciembre de 2018.

No basta con habernos enteramos, todos, cómo los gobiernos azules  estatales han consignado ante el Poder de la Federación,  a numerosos gobernadores tricolores, por “robar” millones y millones de pesos  para, entre otras fechorías, patrocinar campañas políticas, de quien todos sabemos.

También a esos pillastres los veremos pronto en libertad. No es pregunta. Sino aseveración.

A doña Elba Esther, ya en su casa, le deseamos pronta recuperación, sus amigos.


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