* Día Internacional del Migrante, se conmemora el 18 de diciembre
De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político
El fenómeno migratorio que se observa a escala mundial
muestra una paradoja. Mientras organismos internacionales, principalmente la
Organización de las Naciones Unidas (ONU), fortalecen la atención desde
diferentes ángulos, en diversos países se incrementan la xenofobia y el racismo
y se consolidan políticas públicas reacias a los flujos humanos, advirtieron
Genoveva Roldán Dávila y José Gasca Zamora, especialistas del Instituto de
Investigaciones Económicas (IIEc) de la UNAM.
En el marco del Día Internacional del Migrante, que se
conmemora el 18 de diciembre, los universitarios aseguraron que en esta etapa
de la globalización se ha expresado un incremento notable de esos flujos en
todos los niveles, mientras en algunos segmentos sociales crece la cerrazón
para admitir en sus contextos a población externa.
“Por un lado están las resoluciones de la ONU que protegen
los derechos de los trabajadores migrantes y sus familias; también las acciones
históricas del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados
(ACNUR) y la preocupación de otros organismos para considerar ciertas
migraciones resultantes del cambio climático”, puntualizaron.
Así, la movilidad de los seres humanos adquiere expresiones
económicas, laborales, sociales, culturales e identitarias, aunque también
políticas y climatológicas. “Hay una conciencia mundial sobre la necesidad de
atenderla. Sin embargo, no hay relación entre ésta y el respeto a los derechos
humanos de los migrantes en todas sus modalidades”.
Nos encontramos en un mundo globalizado donde se aprecia la
libre movilidad de mercancías y de capital, pero se rechaza la de la fuerza de
trabajo, añadió Roldán Dávila.
“Que una persona se mueva de un país a otro sin la visa
correspondiente quizá significa una falta administrativa, pero eso no la
convierte en criminal. Emplear el concepto ‘ilegal’ es criminalizar el
fenómeno”, advirtió.
Con frecuencia se afirma que las migraciones se deben a que
la gente busca el sueño americano, pero resulta que llegan a países con
contradicciones profundas de empleo, seguridad social, transporte y habitación.
Ésa es la razón de que los discursos xenófobos y racistas tengan impacto.
Finalmente, Gasca señaló que “en medio de crisis y
recesiones que en los últimos años han experimentado naciones como Estados
Unidos, Alemania y Francia, sus escenarios son de mayor complejidad y tensión
para los mercados laborales y aparecen expresiones de xenofobia y racismo, o
políticas de repatriación que en México se han experimentado en los últimos
años”.
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