martes, 18 de octubre de 2016

Cambia su voto México y se abstiene sobre preservación del patrimonio cultural en Jerusalén Oriental

De la Mesa de Redacción Rafael Castilleja
De Arcano Político


Lugares sagrados
en Jerusalén.
Foto de archivo: Flickr/Tony Kane
Anuncia este martes 18 de octubre el gobierno de México su abstención en el pleno del Consejo Ejecutivo de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), sobre la decisión relativa a la preservación del patrimonio cultural y religioso en Jerusalén Oriental.

El cambio del voto reitera el reconocimiento que el Gobierno de México otorga al vínculo innegable del pueblo judío con el patrimonio cultural ubicado en Jerusalén Oriental. Asimismo, refleja el enorme aprecio que este gobierno tiene por la comunidad judía y en particular por sus significativas contribuciones al bienestar y al desarrollo económico, social y cultural de México.

La Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) informó a Andrés Roemer Slomianski la conclusión de su comisión como Titular de la Representación Permanente de México ante la UNESCO, entre otras causales que pudiera determinar el Órgano Interno de Control de la Cancillería, por no haber informado diligentemente y con acuciosidad del contexto en el que ocurrió el proceso de votación; por informar a representantes de otros gobiernos distintos al de México del sentido de su voto y por hacer públicos documentos y correspondencia oficiales sujetos al sigilo que le obliga la Ley del Servicio Exterior Mexicano.

Con todo ello, habría incurrido en la violación a las obligaciones establecidas por los artículos 41, 42 y 43 de la Ley del Servicio Exterior Mexicano.

La Secretaria Ruiz Massieu solicitó al Órgano Interno de Control una investigación pormenorizada para esclarecer y deslindar, con todo rigor, las responsabilidades de los funcionarios que intervinieron en este tema, específicamente en lo que toca a las instrucciones que se giraron desde México a su Representación ante la UNESCO sobre el sentido del voto.

El 14 de octubre reseñó nuestra asociada RNU:

Cesado Andrés Roemer Slomianski.
El Secretario General de la ONU y la directora general de la UNESCO señalaron hoy que Jerusalén es la ciudad sagrada de tres religiones monoteístas: la judía, la cristiana y la musulmana y que su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial es un reconocimiento a su diversidad y coexistencia cultural y religiosa.

El portavoz de la ONU, Stephan Dujarric, indicó que Ban Ki-moon considera que los sitios sagrados de Jerusalén Oriental reciben diferentes nombres según el pueblo que los venere y que dichos nombres deben respetarse.

La negación de esos nombres o de la relación de esos sitios con alguna de las tres religiones no sirve a la causa de la paz, dijo Dujarric en nombre de Ban.

Estas declaraciones se produjeron tras la decisión del Gobierno israelí de suspender toda colaboración con la UNESCO debido a una resolución adoptada ayer por el Consejo Ejecutivo de ese organismo que condena a Israel por la gestión de la Explanada de las Mezquitas y otros lugares sagrados de Jerusalén.

La Explanada de las Mezquitas se localiza en el territorio palestino ocupado de Jerusalén Oriental y para la religión judía se llama Monte del Templo, un nombre que no se menciona en la resolución de la UNESCO.

Por su parte, Irina Bokova afirmó en un comunicado que la herencia de Jerusalén es indivisible y que cada una de sus comunidades tiene el derecho explícito a que se reconozca su historia y relación con la ciudad.

“Negar, ocultar o borrar cualquiera de las tradiciones judía, cristiana o musulmana socava la integridad del lugar y va contra las razones que justifican su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO”, apuntó.

Bokova subrayó que en el microcosmos de diversidad espiritual que es Jerusalén, los diferentes pueblos veneran los mismos lugares y en ocasiones les dan diferentes nombres.
“El reconocimiento, uso y respeto de esos nombres es primordial”, enfatizó la directora de la UNESCO.

En Arcano Radio, asociada a RNU y a RFI, otra forma de escuchar para ver el mundo, les compartimos la Declaración de la Directora General de la UNESCO sobre la Ciudad vieja de Jerusalén y sus murallas, sitio del Patrimonio Mundial de la UNESCO

© UNESCO/Ignacio Marin
- Irina Bokova, Directora General
de la UNESCO
París, 14 de octubre – “Como he afirmado en numerosas ocasiones, la más reciente durante la 40ª reunión del Comité del Patrimonio Mundial, Jerusalén es la ciudad sagrada de las tres religiones monoteístas: el judaísmo, el cristianismo y el islam. El lugar fue inscrito en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en reconocimiento de esta diversidad excepcional y de la coexistencia religiosa y cultural.

El patrimonio de Jerusalén es indivisible y cada una de sus comunidades tiene derecho al reconocimiento explícito de su historia y su relación con la ciudad. Negar, ocultar o querer borrar una u otra de las tradiciones judía, cristiana o musulmana, pone en peligro la integridad del sitio y va en contra de los motivos que justificaron su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial.

En ningún otro lugar a parte de en Jerusalén, conviven y se entremezclan hasta el punto de apoyarse las unas a las otras las tradiciones y patrimonios judíos, cristianos y musulmanes. Estas tradiciones culturales y espirituales se apoyan en textos y referencias que nos son conocidas a todos y que forman parte integrante de la identidad y la historia de los pueblos. En la Torá, Jerusalén es la capital del Rey David, donde Salomón construyó el Templo que albergaba el Arca de la Alianza.  En el Evangelio, Jerusalén es el escenario de la pasión y resurrección de Cristo. En el Corán, Jerusalén es el destino del viaje nocturno (Isra) que hizo el profeta Mahoma  desde la Meca a la Mezquita de Al-Aqsa.

En este microcosmos de nuestra diversidad espiritual, diferentes pueblos rezan en los mismos lugares, a veces bajo diferentes nombres. El reconocimiento, uso y respeto de estos nombres es esencial. La Mezquita de Al-Aqsa / Haram Al-Sharif, santuario sagrado para los musulmanes, y también el Har HaBayit, o Monte del Templo, cuyo Muro Occidental es el lugar más sagrado del judaísmo, están a escasos pasos del Santo Sepulcro y el Monte de los Olivos.

El valor universal excepcional de la ciudad, que le ha valido la inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO, se encuentra en esta síntesis, la cual constituye una llamada al diálogo, no a la confrontación. Tenemos una responsabilidad colectiva que consiste en fortalecer esta coexistencia cultural y religiosa mediante el poder de los actos y las palabras. Esta exigencia es más necesaria que nunca para calmar las divisiones que socavan el espíritu pluriconfesional de la ciudad.


Cuando estas divisiones se extienden a la UNESCO, una Organización dedicada al diálogo y a la búsqueda de la paz, lo que hacen es impedirnos llevar a cabo nuestra misión. La responsabilidad de la UNESCO es fomentar el espíritu de tolerancia y de respeto a la historia y estoy comprometida, en tanto que Directora General, a trabajar por ello a diario, con todos los Estados Miembros. Me dedicaré a esta tarea bajo toda circunstancia porque esa es nuestra razón de ser: recordar que somos una sola y misma humanidad y que la tolerancia es el único camino para vivir en un mundo de diversidad”.

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