Por Canal romereports.com
En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa invitó a ser más
tolerantes los unos con los otros para poder crear así un vínculo de paz. Dijo
que hay que abrir el corazón y ser más tolerantes con las cosas que nos
molestan.
FRANCISCO
"Primero, humildad; segundo: dulzura, esto significa
soportarse mutuamente; y tercero: magnanimidad: corazón grande, corazón
grandioso con capacidad para todos y que no condena, que no se achica en las
pequeñeces, ‘que ha dicho esto’, ‘que he oído esto’, ‘que…’. No: grande el corazón,
hay lugar para todos. Y esto crea el vínculo de la paz, éste es el modo digno
de comportarnos para crear el vínculo de la paz que es creadora de unidad.
Creador de unidad es el Espíritu Santo, pero favorece, preparar la creación de
la unidad”.
El Papa concluyó su homilía haciendo hincapié en la
importancia de ser humilde, dulce y magnánimo para poder lograr un vínculo de
paz con nosotros mismos y también con los demás.
RESUMEN DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente: Radio Vaticana)
"Paz a ustedes. Un vínculo, un saludo que nos une para
hacer la unidad del Espíritu. Si no hay paz, si no somos capaces de saludarnos
en el sentido más amplio de la palabra, tener el corazón abierto con espíritu
de paz, jamás existirá la unidad”.
"El espíritu del mal siembra guerras. Siempre. Celos,
envidias, luchas, habladurías… son cosas que destruyen la paz y, por tanto, no
puede existir la unidad. ¿Y cómo es el comportamiento de un cristiano en favor
de la unidad, para encontrar esta unidad? Pablo dice claramente: 'Compórtense
de modo digno, con toda humildad, dulzura y magnanimidad’. Estas tres
actitudes. Humildad: no se puede dar la paz sin la humidad. Donde está la
soberbia, hay siempre guerra, siempre el deseo de vencer sobre el otro, de
creerse superior. Sin humildad no hay paz y sin paz no hay unidad”.
"Hemos olvidado la capacidad de hablar con dulzura,
sino que nuestro modo de hablar es gritarnos. O hablar mal de los demás… no hay
dulzura. La dulzura, tiene un núcleo que es la capacidad de soportarse
recíprocamente: ‘Soportándose recíprocamente’, dice Pablo. Es necesario tener
paciencia soportar los defectos de los demás, las cosas que no nos gustan”.
"Primero, humildad; segundo: dulzura, esto significa
soportarse recíprocamente; y tercero: magnanimidad: corazón grande, corazón
grandioso que tiene capacidad para todos y no condena, no se achica en las
pequeñeces, ‘que se ha dicho esto’, ‘que he oído esto’, ‘que…’. No, grande el
corazón, hay lugar para todos. Y esto hace el vínculo de la paz, éste es el
modo digno de comportarnos para hacer el vínculo de la paz que es creador de
unidad. Creador de unidad es el Espíritu Santo, pero favorece, prepara la
creación de la unidad”.
"El misterio de la Iglesia es el misterio del Cuerpo de
Cristo: ‘Una sola fe, un solo Bautismo’, ‘un solo Dios, Padre de todos, que
está por encima de todos’, actúa ‘por medio de todos y está presente en todos’:
ésta es la unidad que Jesús ha pedido al Padre por nosotros y que nosotros
debemos ayudar a hacer esta unidad, con el vínculo de la paz. Y el vínculo de
la paz crece con la humildad, con la dulzura, con el soportarse recíprocamente
y con la magnanimidad”.
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