De la Mesa de Redacción
De nuestra asociada RNU
En promedio, decenas de miles de niñas son obligadas a
casarse cada día, con terrible consecuencias físicas y psicológicas. A los
varones también se les obliga, interfiriendo con su desarrollo normal y sus
posibilidades de recibir una educación. En el Día de San Valentín, la ONU
recuerda que esta práctica no tiene nada que ver con el amor.
En México, con base a cifras del Instituto Nacional de
Estadística y Geografía (INEGI, 2015), el 23.6 por ciento de las mujeres, cerca
de 7 millones, se han casado o viven en unión conyugal antes de cumplir la
mayoría de edad; siendo Chiapas, Guerrero y Oaxaca los estados con mayor
porcentaje de matrimonio infantil en México.
El 42.8 por ciento de las adolescentes de entre 12 y 17 años
de edad que están casadas, es menos probable que permanezcan en la escuela
debido a las nuevas responsabilidades que tienen que asumir como esposas,
madres y el trabajo en casa. Tan sólo en 2015, 75 mil 446 adolescentes ya
estaban casados y sin asistir a la escuela, siendo el mayor porcentaje las
mujeres (77.3%).
América Latina y el Caribe es la única región del planeta en
la que los matrimonios infantiles no han disminuido en la última década.
Todavía en promedio un 25 % de las mujeres jóvenes se han casado antes de los
18 mientras en otras zonas del mundo se han registrado disminuciones
significativas.
Suman más de 650 millones de niñas y mujeres que viven en el
mundo se casaron antes de cumplir los 18 años, y unos doce millones más lo
harán en 2019, a menos que se tomen medidas, ha advertido el Fondo de Población
de la ONU en el día de San Valentín.
El UNFPA ha reunido las historias de muchas niñas que le han
dicho “no” al matrimonio infantil, que es una violación a los derechos humanos
y muchas veces se produce por situaciones de vulnerabilidad.
Las uniones tempranas también ponen en peligro la salud de
las niñas y torna incierto su futuro, pero cuando las mujeres son empoderadas
para luchar, para negarse o escapar del matrimonio infantil, no hay límites
para sus aspiraciones.
Jóvenes que dijeron no
“Crecí en una zona rural en Kenya, donde la tradición
indicaba que las niñas debían someterse a la mutilación genital femenina en
preparación para el matrimonio a edad temprana, pero en mi caso, escapé del
matrimonio infantil y luché por mi educación", asegura Kakenya Ntaiya,
quien ahora se convirtió en asesora de jóvenes para el UNFPA y fundó un grupo
de empoderamiento de niñas.
Las niñas casadas suelen abandonar la escuela, aun cuando
educarlas puede ayudar a romper el ciclo de la pobreza.
El Fondo cuenta también la historia de Elaf, quien tenía dos
hermanas adolescentes que abandonaron su formación luego de casarse.
"Ambas desearían no haberse casado tan jóvenes. Mi sueño era ser
farmacéutica, así que cuando mi padre decidió que debía casarme a los 15 años,
me negué", cuenta la ahora estudiante de 26 años.
A Chinara Kojaeva sus padres intentaron casarla a los quince años. © UNFPA Georgia/Dina Oganova |
El matrimonio y el embarazo adolescente
Otra razón común del matrimonio infantil es el embarazo
adolescente como fue el caso de Poni Helen en Sudán del Sur: "Mis padres
querían que me casara cuando quedé embarazada a los 16 años. Los desafié porque
quería terminar la escuela, pero no me apoyaron, así que trabajé y fui a la
escuela. Hoy tengo 23 años y estudio Derecho mientras crío a mi hijo de seis
años", cuenta.
El matrimonio infantil es muchas veces un precursor del
embarazo adolescente también. Según el UNFPA, en los países en desarrollo, 9 de
cada 10 partos de adolescentes se producen entre niñas que ya están casadas.
Estos partos además plantean graves riesgos para la salud de
las niñas cuyos cuerpos no están suficientemente desarrollados para la
maternidad. A nivel mundial las complicaciones del embarazo y el parto son la
principal causa de muerte en niñas adolescente.
A veces, los daños pueden ser también emocionales, agravados
por la exposición de las niñas a la violencia. Freshta, en Afganistán, sufrió
una grave enfermedad mental después del parto tras casarse a los 12 años, con
un hombre de 60. “Quedé embarazada y di a luz. No me dejó ver a mi bebé,
abrazarlo, besarlo ni alimentarlo”, explicó a UNFPA.
La pobreza, otro factor de riesgo
Las familias suelen recurrir al matrimonio infantil porque
lo ven como la única opción de una niña, una creencia fundada en la pobreza, la
inseguridad y la desigualdad de género.
"En mi ciudad natal se obliga a muchas niñas a contraer
matrimonio. Los padres tienden a pensar que las niñas no tienen futuro si no se
casan", explica Hayat Outemma al UNFPA en Marruecos. "Soy muy
afortunada porque pude terminar la escuela. Ahora soy maestra y activista
social, y trabajo para cambiar la mentalidad sobre la educación de las niñas y
el matrimonio infantil".
Las niñas sometidas a este tipo de matrimonio son
extremadamente vulnerables. Pueden estar expuestas a violencia, y a menudo no
pueden defender sus derechos ni satisfacer sus necesidades.
"A los 15 años dejé de asistir a la escuela para
casarme con un sargento del ejército 20 años mayor que yo", declara
Chipasha, hoy en día defensora de niñas en Zambia. "Mi esposo abusó de
mí... incluso cuando estaba embarazada de su hijo”.
La madre de Faizah se casó muy joven y sufrió consecuencias mentales y físicas. UNFPA Asma Akter |
A los niños también les pasa
Los matrimonios infantiles ocurren en todo el mundo, en todo
tipo de comunidades y religiones. Los varones pueden casarse, y se casan,
siendo niños.
Según cifras del UNFPA, uno de cada 25 niños, o el 3,8%,
contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años.
“Era un niño”, explicó recientemente un hombre joven del Yemen
a UNFPA acerca de casarse a los 16 años. Su esposa tenía 13 años. “No pude
tomar mis propias decisiones”, explicó. “Mi padre me ordenó casarme y me casé”.
El matrimonio temprano impone a los niños y niñas las
responsabilidades de los adultos antes de que estén preparados.
En Georgia, los padres de Chinara Kojaeva intentaron casarla
con solo 15 años. "Me puse en contacto con la policía, y más tarde mis
padres me prometieron que me permitirían recibir instrucción y no casarme hasta
que cumpliera 18 años". Pero cuando tenía 17 años, intentaron nuevamente
obligarla a contraer matrimonio. Ella lo denunció a las autoridades y se mudó a
un refugio. Allí Chinara asiste a clases y aprende a pintar y a boxear.
"Aquí empecé una nueva vida", sostiene.
En algunas regiones prevalece más que en otras
En África Subsahariana el problema es tan grave como que el
38% de las niñas se han casado durante su infancia. Esto incluye, el 70% de las
niñas de Níger, el 68% de las de la República Centroafricana y el 67% de las
menores de Chad.
Por su parte, América Latina y el Caribe es la única región
del planeta en la que los matrimonios infantiles no han disminuido en la última
década. Todavía en promedio un 25 % de las mujeres jóvenes se han casado antes
de los 18 mientras en otras zonas del mundo se han registrado disminuciones
significativas.
Sí es posible eliminar el matrimonio infantil
Según cifras de UNICEF, en la última década se han logrado
evitar 25 millones de matrimonios infantiles. En ese periodo de tiempo, la
mayor disminución de la prevalencia de las uniones tempranas se ha registrado
en Asia Meridional donde se ha reducido hasta en un 50%.
Sin embargo, es necesario acelerar el proceso, o de lo
contrario, para 2030 otros 150 millones de niñas más se casarán antes de
cumplir los 18 años.
El Fondo de Población asegura que los programas para poner
fin al matrimonio infantil están marcando una diferencia, previniendo estas
bodas y liberando a las niñas de las uniones no deseadas.
Al crecer no me di cuenta de que a muchas niñas se les niega
la instrucción y se las fuerza a casarse precozmente.
El Programa Mundial para Poner Fin al Matrimonio Infantil,
del UNFPA-UNICEF, está llegando a millones de niñas y miembros de la comunidad
con información y servicios.
"Al crecer no me di cuenta de que a muchas niñas se les
niega la instrucción y se las fuerza a casarse precozmente. Tuve la suerte de
recibir una educación que me abrió las puertas", afirma Marie-Claude
Bibeau, ministra de Desarrollo Internacional de Canadá. El Gobierno de Canadá
es uno de los principales promotores del Programa Mundial. "Todos debemos
trabajar incansablemente para ayudar a las niñas y mujeres jóvenes a superar
las barreras a sus derechos y desarrollo para que puedan alcanzar su máximo
potencial”.
Mujeres y niñas de todo el mundo están compartiendo sus
historias en el sitio internet de esta agencia para contar qué pasó cuando se
atrevieron a decir no, puedes leerlas aquí.
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