* “21 Puntos de Reflexión” del Papa para el encuentro “Protección de Menores”
* Con la oración inicial, un video testimonio y las palabras del Santo Padre inició la mañana de este jueves, 21 de febrero de 2019, el Encuentro sobre “La Protección de los menores en la Iglesia”
Por Renato MARTÍNEZ
Periodista de Radio Vaticano
Inicia Encuentro sobre “La Protección
de los menores en la Iglesia”.
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Escuchemos el grito de los pequeños que piden justicia
Dirigiéndose a los Presidentes de las Conferencias
Episcopales de todo el mundo y a los demás participantes en este Encuentro, el
Santo Padre dijo que, “ante la plaga de abusos sexuales perpetrados por hombres
de Iglesia contra los menores, he pensado en interpelarlos a ustedes,
Patriarcas, Cardenales, Arzobispos, Obispos, Superiores Religiosos y
Responsables, para que todos juntos nos pongamos a la escucha del Espíritu
Santo y con docilidad a su guía escuchemos el grito de los pequeños que piden
justicia”.
Discutamos de manera sinodal, sincera y profunda
“Nuestro encuentro – señaló el Pontífice – está cargado por
el peso de la responsabilidad pastoral y eclesial que nos obliga a discutir
juntos, de manera sinodal, sincera y profunda, cómo afrontar este mal que
aflige a la Iglesia y a la humanidad. El santo pueblo de Dios nos mira y espera
de nosotros no simples y obvias condenas, sino medidas concretas y eficaces por
disponer. Es necesario ser concretos”.
Parresia, coraje y de concreción
Iniciamos, pues, nuestro camino armados de fe y del espíritu
de máxima parresia, de coraje y de concreción, alentó el Papa Francisco a los
participantes. “Como ayuda, quisiera compartir con ustedes algunos criterios
importantes formulados por las diversas Comisiones y Conferencias Episcopales –
los han enviado ustedes, dijo el Papa, y yo los he enumerado un poco – son
líneas guías para ayudarnos en nuestra reflexión que les serán entregadas a
ustedes. Son un simple punto de partida, que viene de ustedes y regresa a
ustedes, y que no quita la creatividad que debe existir en este encuentro”.
Sanemos las graves heridas de este escandalo
Antes de concluir sus palabras introductorias, el Papa
Francisco agradeció en nombre de todos a la Comisión Pontificia para la
Protección de los Menores, a la Congregación para la Doctrina de la Fe y a los
miembros del Comité Organizador por el excelente trabajo realizado con gran
compromiso en la preparación de este encuentro. “Finalmente – concluyó el Papa
– le pido al Espíritu Santo que nos sostenga en estos días y que nos ayude a
transformar este mal en una oportunidad para la conciencia y la purificación.
Que la Virgen María nos ilumine para buscar curar las graves heridas que el escándalo
de la pedofilia ha causado tanto en los pequeños como en los creyentes”.
“21 Puntos de Reflexión” del Papa para el encuentro “Protección de Menores”
Al inicio del Encuentro en el Vaticano sobre “La protección
de los menores en la Iglesia”, el Papa Francisco en sus palabras introductorias
compartió con los participantes algunas “líneas guías” para ayudar en el
trabajo de estos días. Se tratan de 21 “Puntos de Reflexión”, los mismos que
fueron formulados por las Conferencias Episcopales con vistas a este evento y
que el Santo Padre ha resumido en una lista que se distribuyó a los presentes:
“Un simple punto de partida – dijo el Pontífice – que viene de ustedes y
regresa a ustedes, y que no quita la creatividad que debe haber en este
encuentro”.
Puntos de Reflexión
1. Elaborar un vademécum práctico en el que se especifiquen
los pasos a seguir por la autoridad en todos los momentos claves de la
emergencia de un caso.
2. Establecer instalaciones de escucha, compuestas por
personas preparadas y expertas, donde se realice un primer discernimiento de
los casos de las presuntas víctimas.
3. Establecer criterios para la participación directa del
Obispo o del Superior Religioso.
4. Implementar procedimientos compartidos para el examen de
las acusaciones, la protección de las víctimas y el derecho de defensa de los
acusados.
5. Informar a las autoridades civiles y a las autoridades
eclesiásticas superiores de acuerdo con las normas civiles y canónicas.
6. Realizar una revisión periódica de los protocolos y de
las normas para salvaguardar un ambiente protegido para los menores en todas
las estructuras pastorales; protocolos y normas basados en los principios de la
justicia y de la caridad y que deben integrarse para que la acción de la
Iglesia en este campo también sea conforme a su misión.
7. Establecer protocolos específicos para la gestión de las
acusaciones contra los Obispos.
8. Acompañar, proteger y cuidar a las víctimas,
ofreciéndoles todo el apoyo necesario para su completa recuperación.
9. Incrementar la conciencia de las causas y de las
consecuencias de los abusos sexuales a través de iniciativas de formación
permanente de Obispos, Superiores religiosos, clérigos y agentes pastorales.
10. Preparar caminos para el cuidado pastoral de las
comunidades heridas por los abusos, así como itinerarios penitenciales y de
recuperación para los culpables.
11. Consolidar la colaboración con todas las personas de buena
voluntad y con los operadores de los medios de comunicación para poder
reconocer y discernir los casos verdaderos de aquellos falsos, las acusaciones
de calumnias, evitando rencores e insinuaciones, habladurías y difamaciones
(cf. Discurso a la Curia Romana, 21 de diciembre de 2018).
12. Elevar la edad mínima para contraer matrimonio a 16
años.
13. Establecer disposiciones que regulen y faciliten la
participación de expertos laicos en las investigaciones y en los diferentes
grados de juicio de los procesos canónicos concernientes a los abusos sexuales
y/o de poder.
14. El derecho a la defensa: es necesario salvaguardar el
principio de derecho natural y canónico de la presunción de inocencia hasta que
se demuestre la culpabilidad del acusado. Por lo tanto, es necesario evitar que
sean publicadas las listas de los acusados, incluso por parte de las diócesis,
antes de la investigación previa y la condena definitiva.
15. Observar el tradicional principio de la proporcionalidad
de la pena con respecto al delito cometido. Deliberar que los sacerdotes y
obispos culpables de abuso sexual de menores abandonen el ministerio público.
16. Introducir reglas concernientes a los seminaristas y
candidatos al sacerdocio o a la vida religiosa. Para ellos introducir programas
de formación inicial y permanente para consolidar su madurez humana, espiritual
y psicosexual, así como sus relaciones interpersonales y su comportamiento.
17. Efectuar para los candidatos al sacerdocio y a la vida
consagrada, una evaluación psicológica realizada por expertos cualificados y
acreditados.
18. Indicar las normas que rigen el traslado de un
seminarista o aspirante religioso de un seminario a otro; así como de un
sacerdote o religioso de una diócesis o congregación a otra.
19. Formular códigos de conducta obligatorios para todos los
clérigos, los religiosos, el personal de servicio y los voluntarios para
delinear los límites apropiados en las relaciones personales. Especificar los
requisitos necesarios para el personal y los voluntarios, y verificar sus
antecedentes penales.
20. Ilustrar toda la información y datos sobre los peligros
del abuso y sus efectos, cómo reconocer los signos de abuso y cómo denunciar
las sospechas de abuso sexual. Todo esto debería hacerse en colaboración con
los padres, los profesores, los profesionales y las autoridades civiles.
21. Es necesario que se instituya, allí donde aún no se ha
hecho, un órgano de fácil acceso para las víctimas que deseen denunciar
eventuales delitos. Un organismo que goce de autonomía incluso con respecto a la autoridad eclesiástica
local y compuesto por personas expertas (clérigos y laicos), que sepan expresar
la atención de la Iglesia a aquellos que, en este campo, se consideran
ofendidos por actitudes inadecuadas por parte de los clérigos.
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