Venezuela como México
Más de 1,75 millones de venezolanos vivían enColombia en
2020.PAHO/Karen González
De la mesa de redacciónDe nuestra asociada RNU
Migrantes y refugiados
Cerca del 40% de los venezolanos refugiados y migrantes han
sido desalojados durante la pandemia, un 38% más está en riesgo de perder su
hogar en su país de acogida, y la mayoría de ellos no ha recibido ninguna ayuda
de los gobiernos antes o después del desalojo, asegura un estudio realizado por
varias agencias de la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
“Mi esposo se quedó sin empleo, y nos cayó el arriendo, los
gastos, la comida. Tuve que tocar puertas porque sabía que me iba a quedar sin
comida y sin nada, porque nosotros aquí no conocemos a nadie”, cuenta Kelly,
una refugiada venezolana en Medellín, Colombia.
La madre es administradora de empresas, y tuvo que salir
huyendo de su país con su familia por la situación socioeconómica, como
millones más de sus compatriotas.
“Yo sueño con volver a ejercer, lo único que necesito es una
oportunidad”. Kelly recibió ayuda de la Agencia de la ONU para los Refugiados y
la Cruz Roja, y pudo evitar ser desalojada el año pasado, pero miles de
venezolanos no han tenido la misma suerte.
Cerca del 40% de los venezolanos refugiados y migrantes han
sido desalojados durante la pandemia, y un 38% más está en riesgo de perder su
hogar en su país de acogida, asegura un estudio realizado por varias agencias
internacionales.
El informe de la Plataforma de Coordinación Interagencial
para Refugiados y Migrantes de Venezuela, a la que pertenecen la Organización
Internacional de las Migraciones y la Agencia de la ONU para los Refugiados,
destaca que además tres de cada cuatro hogares desalojados están enfrentando
nuevos riesgos de desalojo y que una quinta parte de las personas afectadas son
embarazadas o madres de niñas y niños. La mayoría de ellos no ha recibido
ninguna ayuda de los gobiernos antes o después del desalojo.
Muchas personas refugiadas y migrantes en América Latina y
el Caribe, dependientes de la economía informal para sobrevivir, perdieron sus
trabajos durante la pandemia y se encuentran viviendo en situación de pobreza,
sin poder cubrir sus necesidades básicas, incluyendo el pago de alquiler,
detalla el estudio en el que también participó la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos.
Colombia es el país con mayor número de casos en los que se
le ha notificado del desalojo a los hogares encuestados con un 69,50%; seguido
por Brasil con un 59%; Ecuador con un 58,4 %; y Perú con un 55,7%.
“Los desalojos afectan los derechos humanos económicos y
sociales de las personas migrantes, refugiadas y desplazadas y en el contexto
actual principalmente el acceso a la vivienda digna de las personas
venezolanas. En este sentido, la Comisión observa que la recopilación de datos
es importante porque permite identificar las afectaciones diferenciadas, los
factores de discriminación y los múltiples aspectos interseccionales, incluyendo
el enfoque de género para orientar de forma precisa las políticas y medidas de
protección necesarias en los países de la región", expresó Julissa
Mantilla, relatora sobre derechos de las personas migrantes de la Comisión,
durante la presentación del informe.
En junio, más de mil venezolanos llegaron de manerasimultánea a Cúcuta. OPS/Karen González
Una dura situación
Según las encuestas que fueron realizadas en siete países de
América Latina y del Caribe – Perú, Ecuador, Brasil, Colombia, Panamá, la
República Dominicana y Guyana – la mitad de los hogares entrevistados viven en
una sola habitación. El estudio también muestra que el 11% de todos los
desalojos resultaron en indigencia y tres de cada cuatro de los hogares caerían
en indigencia si fueran desalojados.
La situación aumenta el riesgo de contagio de COVID-19, pero
además de los riesgos de salud causados por la indigencia que se relacionan con
la pandemia, las personas refugiadas y migrantes de Venezuela que fueron
desalojadas y viven en las calles se enfrentan a la estigmatización y al riesgo
de ser explotadas y abusadas laboral y sexualmente.
La irregularidad se ha confirmado como causante de
desalojos, con la mitad de las familias desalojadas sin documentos en su país
de acogida y sin la posibilidad de establecer contratos de arriendo formales.
“La necesidad de garantizar políticas públicas para el
acceso a la vivienda como paso siguiente a los esfuerzos en regularización es
clave si queremos evitar que sigan aconteciendo situaciones tan dramáticas como
las que hemos observado en este último año”, dijo Eduardo Stein, representante
especial conjunto para los Refugiados y Migrantes Venezolanos.
Colombia, durante la pandemia de COVID-19. © PAHO/Karen González Abril
Acción de los Gobiernos
Algunos gobiernos de la región, para prevenir la indigencia
durante la pandemia, han declarado prohibiciones temporales a los desalojos y
otras iniciativas. Sin embargo, algunas de estas regulaciones ya han expirado o
culminarán una vez finalice la declaración de emergencia, creando un posible
incremento en desalojos.
Asimismo, según el informe, los propietarios no están
cumpliendo con estas medidas en todos los casos. De acuerdo con los resultados
de la encuesta, 6 de cada 10 hogares que enfrentaron desalojos no tenían
contrato formal.
La falta de presencia y asistencia institucional incrementa
los niveles de vulnerabilidad, especialmente para mujeres, niñas y niños,
personas con discapacidad y pueblos indígenas.
La encuesta detalla diferentes tácticas y medios de
desalojos que fueron reportadas por organizaciones humanitarias, como amenazas
y uso de violencia, así como la violencia sexual, el acoso y la interrupción de
servicios como agua, electricidad y gas.
El informe también indica que en caso de ser desalojados,
solo un 7% de las personas estaría
dispuesto a volver a Venezuela y un 73% piensa que el retorno al país de origen
representa un riesgo para sus hogares.
Los trabajadores de salud hacen la prueba rápida deCOVID-19
a los venezolanos que regresan deColombia a su país por el puente
interancionalSimón Bolívar. OCHA/Gema Cortes
Se necesita ayuda
En la región, los socios de la Plataforma están incrementado
los niveles de asistencia, reforzando y expandiendo las capacidades de
albergues temporales y de alternativas de alojamiento, preparando acomodaciones
de emergencia en hoteles para recibir a las personas desalojadas, dando
información y apoyo legal para reportar incidentes o amenazas de desalojos, y
distribuyendo asistencia en efectivo, subsidios de arriendo y otro tipo de
asistencia para las personas más vulnerables, incluyendo a las personas
desalojadas o en riesgo de desalojo.
Las agencias piden a los Gobiernos, entre otras cosas, que
adopten todas las medidas administrativas y legislativas necesarias para
garantizar condiciones de vivienda dignas para las personas refugiadas y
migrantes de Venezuela, incluyéndolas en la oferta estatal existente para el
acceso a vivienda o a líneas de subsidios especiales adaptadas a su situación
socioeconómica.
También pidieron a las autoridades civiles brindar protección contra las intimidaciones, amenazas o expresiones de xenofobia vinculados a los procesos de desalojo, mediante la garantía de acceso a rutas de prevención y protección.
Una madre venezolana en Medellín, Colombia, sueña con ejercer nuevamente su profesión. Y sacar adelante a su familia.
— Acnur/Unhcr Américas (@ACNURamericas) February 17, 2021
La oportunidad de trabajar permite a los refugiados y migrantes reconstruir sus vidas y soñar con un mejor futuro. pic.twitter.com/ESDmpkpIRg
Otros datos del estudio
El 86% de los encuestados manifestó que el principal impacto
del COVID-19 es la acumulación de deudas, y para más del 45%, es la exposición
de amenaza al desalojo
El 34,1% de los encuestados que manifestaron tener una
situación que limita la identificación de alternativas al desalojo, identificó
cuatro principales: el 50,9 % asegura que es la falta de red de apoyo, el 48,3%
el miedo relacionado con el riesgo de contagio por el COVID-19; el 25,5% la
falta de información/orientación acerca del tipo de medidas, recursos o
alternativas a las que puede acceder para evitar el desalojo; y el 18,8% no
sabe qué instituciones u organizaciones pueden ayudarle
Los tres principales impactos que identificaron los
encuestados en caso de ser desalojados son: que el hogar quede en situación de
calle con 74,7%; el riesgo al contagio en medio de la pandemia del COVID-19 con
60,5%; y la falta de acceso a los servicios públicos con 45,7%
El 81% de los encuestados que han sido desalojados, afirman
que no hubo ninguna presencia de autoridades civiles de orden local durante los
desalojos. Solo en el caso de Brasil, se identificó que las autoridades civiles
locales tuvieron presencia, por lo menos, en el 50% de los casos de desalojo
El 27% de las personas manifestaron haber sufrido algún tipo
de incidente que las puso en riesgo desde que abandonaron su país de origen. Un
52,3% señaló haber vivido un robo y en un 27,2% haber recibido amenazas e
intimidaciones
Las agencias de la ONU distribuyen ayudaproporcionada por
el sector privado entre familiasvenezolanas que viven en Perú. OIM Perú
El 77,4% manifestó que sufrieron algún incidente de
seguridad relacionado al desalojo. De estos, cerca del 48% manifiestan que han
vivido “otras situaciones” de incidentes vinculados al desalojo en el país de
destino: al 27% les han realizado un corte de los servicios básicos, más del
23% han vivido confrontaciones de forma directa con el arrendador, más del 14%
han tenido situaciones de discriminación o xenofobia, y finalmente, en un 10%,
han recibido mensajes intimidatorios por vía telefónica
Solo el 4,7% tiene permiso de residencia permanente. Para el
4,6% la expedición de la visa o permiso está pendiente o en proceso. Solo el
0,8% tienen visa vigente o permiso por trabajo o estudios, y el 0,5% visa de
turista vigente. El 58,3% de los que no tienen visa o permiso de residencia han
sido desalojados, y en un 41,7% están en riesgo de desalojo
Frente a la intención o no de presentar una solicitud para
la determinación de la condición de refugiado, del 77,4% de los refugiados y
migrantes de Venezuela encuestados que respondieron: el 39,6% no tienen la
intención de presentar una solicitud; el 26,8% piensan aplicar, pero no lo han
hecho todavía; El 21,6% aplicaron y están pendientes de la decisión; sólo el
5,4% de los refugiados y migrantes que participaron en la encuesta cuentan con
el estatus de refugiado
Entre quienes no han solicitado, pese a tener la intención
de realizar la solicitud para la determinación de la condición de refugiado
(29%), la principal razón para no haber realizado la solicitud es la falta de
información con un 56,6%. Las otras dos razones que le siguen son: el costo del
proceso de la solicitud de asilo con un 41,6%, y la falta de documentación con
un 28,1%, finalmente la falta de tiempo con 9,9%
A nivel de país de acogida, Colombia tiene el mayor
porcentaje en la falta de información como razón para no presentar una solicitud
para la determinación de la condición de refugiado, pese a tener la intención,
con más del 50%; seguida por Brasil con el 50% y Ecuador con un más del 30%
Brasil con el 37%, es el país donde los refugiados y migrantes recibieron mayor asistencia para prevenir o protegerse de los desalojos, le sigue Perú con un 32%; Ecuador con un 31% y Colombia con un 25%
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