Arcano mexicano
Expertos advierten que las pandillas están aprovechando la
vulnerabilidad de las comunidades más pobres para captar nuevos miembros.
Por Antoni BELCHIPeriodista enviado a Miami denuestra afiliada La Voz de
América
La seguridad, la violencia y el narcotráfico son algunas de
las cuestiones que más han preocupado a las instituciones del hemisferio
occidental en tanto que las bandas de crimen organizado y las pandillas
representan una amenaza para toda la región.
Expertos en la región sostienen además que la irrupción de
la pandemia, sin embargo, ha provocado que el crimen organizado se haya
fortalecido a medida que más personas se han visto en la necesidad de unirse a
las pandillas. Lo han hecho con un objetivo: sobrevivir y dar algún tipo de
sustento a sus familias.
El Consejo de las Américas, en colaboración con la
Universidad Internacional de la Florida (FIU en inglés), impulsaron una mesa
redonda virtual con varios expertos para analizar y abordar el impacto de la
pandemia en el crimen organizado en México y Centroamérica.
Luis Guillermo Solís, expresidente de Costa Rica y actual
director interino del Centro Latinoamericano y del Caribe Kimberly Green de la
FIU, expresó su “impresión” al comprobar que estos grupos de criminales habían
reforzado su presencia en la región en medio de la pandemia.
Estudiantes en las calles y baja vigilancia policial
“Han podido prosperar porque hay más estudiantes en las
calles y pueden agarrar miembros mucho más baratos, también hay lugares que
ahora están vacíos y no están vigilados por la policía y los mercados de
operación son mucho más grandes”, dijo durante su intervención.
Ante ese escenario, manifestó Solís, los actores políticos,
gubernamentales y la sociedad civil en general deben plantear un debate a gran
escala sobre “la salud de las instituciones, la fuerza de las organizaciones
comunitarias, la capacidad de las fuerzas de seguridad y el impacto de los
mercados internacionales de droga”, unos aspectos clave que podrían arrojar
algo de luz sobre los efectos “positivos” de la pandemia en el crimen
organizado.
Los estudiosos insisten en que la crisis sanitaria no solo no ha afectado a las actividades ilícitas, como el narcotráfico, sino que se han hecho mucho más fuertes gracias a que ahora muchas comunidades viven en una situación de vulnerabilidad porque no tienen ningún sustento económico.
“Lo hacen para sobrevivir”
“Hay varios informes que indican que los grupos organizados
se han adaptado muy bien a las circunstancias de la pandemia”, comentaba Sonja
Wolf, profesora asistente en el Programa de Políticas de Drogas en el Centro de
Enseñanza e Investigación Económica (CIDE) en México.
A algunos les ha ido tan bien, recuerda ella, que incluso
varios miembros de pandillas han estado repartiendo comida en comunidades
pobres, lo que ha permitido ser un “gancho” para captar nuevos miembros a las
gangas.
“El impacto de la pandemia nos tiene que hacer pensar en el
impacto que está teniendo en las economías de los hogares, ya que la gente está
acudiendo a estos grupos como método de supervivencia”, alertó Wolf aclarando
que “es muy posible que la gente no quiera colaborar con las gangas, pero
cuando lo hacen es por una cuestión de sacar adelante a su familia”.
Muchos se preguntan cuál es el trasfondo de todo esto para
haber llegado hasta esta situación. Los expertos que participaron en el debate
virtual coinciden al afirmar que la falta de injerencia por parte de las
administraciones públicas y otros poderes del estado ha provocado que estas
comunidades tengan que afrontar en solitario el fortalecimiento de las
actividades criminales en medio de la pandemia.
Los inmigrantes, otro objetivo de las pandillas
La pandemia también ha tenido un impacto directo en los
fenómenos inmigratorios. Las restricciones de viaje y el cierre de fronteras
han hecho que, prácticamente, la inmigración quedara estancada.
“Ha habido una inmovilidad forzada en los últimos 10 meses para la mayoría de las personas”, comentó Andrew Selee, presidente del Instituto de Políticas Migratorias (MPI).
Pero los líderes de las bandas de crimen organizado han
encontrado en los inmigrantes una oportunidad de oro para tratar de
persuadirlos y captarlos para realizar actividades ilegales. Ellos, como pasa
en las comunidades más vulnerables, tienen muchas necesidades y lo peor de todo
es que no se vislumbra una solución temprana a la crisis sanitaria.
Lo más probable es que estén varados varios meses más. Eso
hace, explican los analistas, que muchos también se vean obligados a ceder ante
el narcotráfico a cambio de algo de dinero o de comida.
Es un fenómeno que está ocurriendo especialmente en la frontera
entre México y Estados Unidos, donde el gobierno de Estados Unidos ha mantenido
cerrada la entrada terrestre de inmigrantes. También está ocurriendo en otros
países como Guatemala, Panamá y Costa Rica, “donde mucha gente lleva mucho
tiempo esperando y sin recursos económicos”.
“Los hacen vulnerables a las peticiones de organizaciones
criminales, están expuestos a las drogas y a la venta ilegal de estos
narcóticos”, remarcaba Selee.
Más colaboración en la región
Por eso, los expertos que participaron en este encuentro virtual pusieron de manifiesto la necesidad de diseñar programas mucho más eficaces para mejorar el bienestar de las comunidades más desfavorecidas, combatir el crimen organizado y el narcotráfico y afianzar alianzas entre los gobiernos de la región para impulsar mejores políticas al respecto.
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