De la mesa de redacciónDe Arcano Político
Han sufrido desproporcionadamente los pueblos indígenas, los
impactos económicos de la COVID-19, dijo en Roma este dos de enero, Gilbert F.
Houngbo, Presidente del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola de las
Naciones Unidas (FIDA), en la inauguración de la Quinta reunión mundial del
Foro de los Pueblos Indígenas.
Indicó, empero, poseen conocimientos esenciales para reconstruir un mundo post-pandemia más sostenible y resiliente, libre de pobreza y hambre.
"La COVID-19 ha devastado la vida de millones de
personas en todo el mundo. Pero esta terrible plaga también nos impulsa a
encontrar formas de vivir más en armonía con la naturaleza", dijo Houngbo.
"Sabemos que la única manera de lograrlo es uniendo fuerzas con los
pueblos indígenas, que son guardianes de la naturaleza y de una vasta reserva
de conocimientos tradicionales en todo el mundo".
Esta reunión bienal se celebra este año de forma virtual y
se centra en el tema El valor de los sistemas alimentarios indígenas:
resiliencia en el contexto de la pandemia de la COVID-19. Organizada por el
FIDA, reúne a 154 líderes indígenas de 57 países y representantes de
organizaciones de desarrollo y gobiernos para hablar acerca de los sistemas
alimentarios indígenas, la resiliencia que han mostrado frente a la COVID-19, y
los desafíos y oportunidades que afrontan en el futuro inmediato.
En un mensaje dirigido al Foro, Su Santidad el Papa
Francisco dijo que es necesario "promover un desarrollo que no lleve al
consumo como medio y como fin, sino que verdaderamente vele por el entorno,
escuche, aprenda y dignifique". El Papa añadió: "Sólo con esta
humildad de espíritu podremos ver la derrota total del hambre y una sociedad
basada en valores perdurable que no son fruto de modas pasajeras y sesgadas,
sino de la justicia y la bondad".
Entre los participantes en el Foro estaba Margaret Tunda
Lepore, miembro de los pueblos masai en el este de África, quien dijo que la
situación de su comunidad ha empeorado debido a la pandemia, que
"representa una seria amenaza a la economía de los pueblos indígenas,
cuyas formas de vida ya estaban comprometidas por los desafíos que plantean el
cambio climático y la posesión de la tierra". "La COVID-19 ha hecho a
los pueblos indígenas más vulnerables y marginados que antes", concluyó.
La pandemia de la COVID-19 plantea una gran amenaza para los pueblos indígenas de todo el mundo y afecta desproporcionadamente a las comunidades indígenas, intensificando las desigualdades estructurales subyacentes y la discriminación generalizada. Han disminuido sus posibilidades de acceso a los alimentos y el agua potable, y sus economías locales y tradicionales se han visto alteradas. Puesto que en muchos países continúan los confinamientos, las comunidades indígenas a las que se les niega sus derechos sobre la tierra o que no ejercen la libre determinación sobre sus territorios no pueden controlar sus actividades de producción de alimentos, lo que hace que pierdan sus medios de vida y se reduzca su capacidad para procurarse un sustento.
No obstante, los pueblos indígenas han aplicado sus propias
soluciones para hacer frente a la pandemia. Sus estilos de vida, sistemas
alimentarios, cultura y conexión con sus tierras han sido una importante fuente
de resiliencia ante la COVID-19. Estos pueblos han empleado sus propios conocimientos
y prácticas tradicionales, incluido el aislamiento voluntario y el cierre de
sus territorios, así como medidas de prevención en sus propias lenguas, a fin
de preservar la vida de sus comunidades.
"Los pueblos indígenas han demostrado cómo la resiliencia
debe desarrollarse desde la base, incorporando lo mejor de los conocimientos
tradicionales y manteniendo la conexión con la naturaleza", dijo Houngbo a
los participantes en el Foro.
"Incorporar los conocimientos y prácticas indígenas a la gestión de
los sistemas alimentarios mundiales puede dar lugar a nuevas y creativas
soluciones para los desafíos que enfrenta la humanidad, especialmente el cambio
climático. También puede contribuir a poner fin a las malas prácticas que
perjudican a los pueblos indígenas y a la naturaleza".
Los pueblos indígenas desempeñan un papel fundamental como
guardianes del medio ambiente, ya que el 80 por ciento de la biodiversidad del
mundo se encuentra en sus territorios.
La Quinta reunión del Foro de los Pueblos Indígenas se
extiende hasta el 4 de febrero. Irá seguida de una Semana de los Pueblos
Indígenas (8 a 12 de febrero) centrada en el diálogo sobre la conservación de
la biodiversidad. La sesión de clausura del Foro tendrá lugar el 15 de febrero.
El FIDA apoya proyectos centrados en los pueblos indígenas para asegurar la protección, promoción, reintroducción o revitalización de variedades de cultivos tradicionales locales, sistemas alimentarios, sistemas de semillas y sistemas agroecológicos respetuosos con la biodiversidad. Desde el inicio de sus operaciones hace cuatro décadas, el FIDA ha aprobado 245 proyectos que han apoyado al menos a 42 millones de indígenas.
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