*Técnicas antiguas para almacenar contraseñas
*Concepto erróneo sobre lo que realmente interesa a los hackers, alerta a los expertos en seguridad
De la mesa de redacción
De Arcano Político
Un nuevo estudio de NordPass con sede en Panama sobre el
comportamiento online de los ancianos sugiere que, aunque un 74% menciona que
toma acciones para protegerse de las ciberamenazas, solo un 34% dice que cambia
y asegura regularmente sus contraseñas.
En general, los mayores creen que están bastante seguros en
internet. Por ejemplo, un 64% dice que nunca hace clic en enlaces sospechosos
de los correos electrónicos, un 58% que utiliza un software antivirus, y un 57%
nunca descarga archivos enviados por personas que no conoce. También merece la
pena considerar que los ancianos realizan estas acciones con mucha más
frecuencia que la gente joven.
Sin embargo, en lo referente a uno de los aspectos más
importantes de la ciberseguridad —las contraseñas—, nuestros mayores quedan a
la zaga. Si bien un 68% dice que tiene establecido un sistema claro, ese
sistema no es necesariamente el más sofisticado. Un 57% admite que simplemente
memoriza sus contraseñas, y un 57% afirma que las anota en un papel. Solo un
22% de las personas encuestadas dijo que almacena sus contraseñas en un gestor
de contraseñas.
“Está muy bien tener un sistema claro para gestionar todas
las contraseñas. Sin embargo, métodos como anotarlas en un papel puede que no
sean la mejor solución. No solo porque el papel sea fácil de perder o dañar,
sino porque también tiene una accesibilidad limitada. Por ejemplo, si dejas tu
cuaderno de contraseñas en el trabajo, no podrás acceder a tus contraseñas
desde casa”, dice Chad Hammond, experto de seguridad en NordPass.
Los ancianos también tienden a subestimar varias amenazas
relacionadas con las contraseñas. Hasta un 39% piensa que las posibilidades de
que sus contraseñas se filtren son escasas.
“Según el informe de Seguridad en Base a los Riesgos, hubo
3932 filtraciones de datos comunicadas públicamente que comprometieron más de
37 mil millones de registros. Esas son muchas oportunidades de ser hackeado”,
dice Chad Hammond, experto de seguridad en NordPass.
Además de eso, un 38% de los ancianos se siente seguro ante
un posible hackeo, incluso reutilizando sus contraseñas. Hasta un 34% cree que
está lo bastante a salvo para no ser hackeado, pese a que no siempre utiliza
contraseñas muy robustas. Un 29% de las personas mayores cree que, incluso si
se filtran sus contraseñas, no hay mucho riesgo de que alguien se aproveche de
ellas. Y un 28% no cree que ningún ciberdelincuente pueda tener interés en sus
contraseñas.
“Hay muchas ideas equivocadas sobre lo que los hackers
encuentran o no interesante. Una muy común es que los hackers solo atacan a los
ricos y famosos, pero esto no es cierto. Cualquiera puede ser un objetivo. De
hecho, varias cuentas terminan a la venta en la dark web: por ejemplo, una
cuenta de Facebook vale 75 $,” dice Chad Hammond, un experto de seguridad en
NordPass.
Aunque los ancianos tienen algunos buenos hábitos cuando
están online (no hacer clic en enlaces sospechosos, etc.), el experto en
seguridad comparte sus principales consejos de higiene de contraseñas para que
los ancianos tengan una mejor seguridad online:
Actualiza regularmente tus contraseñas. Es recomendable que
actualices tus contraseñas cada 90 días.
Establece contraseñas complejas. Una gran contraseña debería
ser larga, única, y contener una combinación de caracteres diferentes. Utiliza
un generador de contraseñas si te cuesta inventar una.
Prueba un gestor de contraseñas. Además de mantener tus
contraseñas seguras, los gestores de contraseñas también pueden avisarte si tus
contraseñas se ven comprometidas en filtraciones de datos, avisarte sobre
contraseñas antiguas o reutilizadas, y ayudarte a generar contraseñas robustas.
Metodología: El gestor de contraseñas NordPass encuestó de forma anónima a 1000 personas de 55+ años en los Estados Unidos y en el Reino Unido.
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